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Para mis hijos, que también son
listos, fuertes y auténticos,
Miles Roosevelt y Frederick Heschel:

Ustedes me hicieron mamá,
e hicieron que todo fuera mejor
de lo que la niña que hay en mí
alguna vez hubiera podido imaginar.

INTRODUCCIÓN

Ser humano pareciera ser algo simple. Después de todo, estamos hechos de tan solo seis elementos: oxígeno, carbono, hidrógeno, nitrógeno, calcio y fósforo. Estos seis elementos forman todo lo que somos: las células y los órganos en nuestro cuerpo, y hasta nuestro maravilloso cerebro, que puede pensar y calcular y sentir tantas cosas. ¡Solo seis elementos! Suena simple, ¿verdad?

¡Pues te equivocas! La mayor parte del tiempo, ser humano no es para nada simple. Podremos estar hechos de solo seis elementos, pero a veces se sienten como unos seis mil al mismo tiempo. Y al momento de pasar de ser niñas a jóvenes mujeres, hay muchos cambios que nuestros cuerpos, nuestros celebros y nuestras emociones deben atravesar. De hecho, muchas veces, se sentirá como un millón de elementos todos juntos. Entonces, ¿cómo puede un cuerpo hecho de solo seis elementos llevar una vida tan increíblemente complicada?

Bien, mi época de jovencita fue una experiencia intensa y gracias a eso ahora me siento capacitada para poder hablarte sobre lo complicado de estar vivos y, especialmente, sobre lo complicado de ser mujer. Verás, me convertí en actriz a la edad de 11 años, y mi carrera fue un éxito bastante inesperado y emocionante tanto en mi época de niña como de adolescente. De hecho, entre mis 14 y 19 años tuve mi propio programa de televisión llamado Blossom. Se trataba de una chica (¡yo!) que crecía junto a sus dos hermanos varones y un padre divorciado. Como actriz –y frente a la audiencia adolescente de casi todo los Estados Unidos y de muchos otros países donde se trasmitía mi show–, tuve que interpretar algunos de los eventos más memorables y desafiantes que les suceden a las adolescentes. Eventos como: el primer beso, tener que ir a comprar tampones por primera vez, enfrentar la presión de mis pares para beber alcohol o drogarse y el nacimiento de grandes amistades; y todo esto mientras experimentaba las mismas cosas en la vida real. (Un dato vergonzoso: ¡mi primerísimo beso fue en televisión!)

A los 19 años, decidí tomarme un descanso de la actuación para poder ir a la universidad y cursar la carrera de Neurociencia, que es el estudio del cerebro y el sistema nervioso. Después de eso, cursé otros siete años para obtener mi doctorado en Neurociencia. ¡Estudié mucho! Tuve a mi primer bebé mientras estaba en la universidad, y al segundo después de haber obtenido mi doctorado. Eran tiempos alocados. Ser mamá y estudiante significaba hacer malabares entre amamantar y cambiar pañales un millón de veces al día, mientras asistía a clase, estudiaba para los exámenes y escribía una tesis doctoral –lo que equivale a un libro de unas 300 páginas… Y todo eso, sin dormir.

Mientras criaba a mis hijos, fui profesora de Ciencias para chicos de entre 9 y 17 años, y luego retomé la actuación, y terminé haciendo el personaje de la neurobióloga Amy Farrah Fowler en The Big Bang Theory. Es así que, además de ser una científica en la vida real, ahora también interpreto a una en la televisión. ¡Una vez más: el arte imitando la realidad!

Entonces, puede que te estés preguntando: ¿Cómo se relacionan el ser una niña actriz y luego obtener un doctorado y tener dos hijos y ser parte de una exitosa comedia televisiva con entender los desafíos tan especiales de ser mujer?

Bien, estar tan expuesta a la mirada del público desde pequeña me hizo pensar mucho sobre cómo la gente ve a las mujeres y qué es lo que se espera de nosotras… Y eso es muy diferente de lo que se le exige a un varón. Se esperaba que yo luciera de una manera determinada y que actuara de un modo particular… al mismo tiempo que dejaba de ser una niña y me convertía en una mujer frente a la mirada de los otros. Eso significó muchísima presión, y me llevó a darme cuenta de lo diferente que es el mundo para las mujeres.

Dedicarme a la ciencia nunca estuvo en mis planes, porque creía que la ciencia y las matemáticas eran solo para los chicos. Pero fue un tutor muy especial que tuve a mis 15 años quien me dio la confianza para convertirme en científica –aunque la mayoría de los científicos siguen siendo hombres, así que hoy día esto es igual de complicado. Estar de novia, luego casarme y tener hijos siendo científica también ha sido muy difícil, ya que manejar todo eso demanda mucho tiempo, mucha energía y mucho poder mental. Además, ingresar en un campo donde las mujeres no suelen ser fácilmente aceptadas trae su propio conjunto de desafíos. Se necesita de mucha estabilidad.

Creo que ser actriz en un mundo dominado por la tecnología se asemeja bastante a lo que deben sentir los adolescentes hoy en día. Una gran parte de mi vida personal se expone en las redes sociales, es importante saber qué es lo que los demás dicen de mí, y además existe mucha presión para lucir de una determinada manera, y más cuando eres mujer. ¡Supongo que esto mismo sienten los adolescentes de hoy!

Quisiera compartir mi historia y mi visión contigo, y así brindarte una especie de guía para descubrirte a ti misma. Ser mujer en esta época es más complicado que en cualquier otro momento de nuestra historia, y espero que algunas de mis experiencias puedan ayudarte. Soy una chica que rara vez sintió que encajaba. Soy la chica que amaba la ciencia, pero no sabía cómo alcanzarla. Soy una persona creativa que ama el arte, y también acepta la perspectiva científica de las cosas. Y soy una mujer independiente que, además, ama ser madre. Pasé muchos años de mi vida desafiándome para ser más y hacer más de lo que creí que podía ser o hacer, y eso se ve reflejado en esta vida frenética, y a veces exigente, pero de la cual estoy orgullosa. Quiero compartir mi pasión por convertirme en la mejor mujer que puedo ser, y contarte cómo las decisiones que tomes pueden y deben acompañarte para siempre. Puedes ser lista, fuerte y auténtica, y espero poder mostrarte cómo.

He leído muchos libros. Algunos hablan del cuerpo y el cerebro desde un punto de vista científico; otros sobre lo difícil que es ser mujer; y muchos otros sobre cómo las mujeres podríamos cambiar el mundo. Quiero que este libro sea todas esas cosas juntas: que te ayude a entender tu cuerpo, a amarte tal como eres y a convertirte en una joven mujer que está en control de sus propias decisiones, es segura de sí misma y está lista para comerse el mundo.

Así que, ¡aquí vamos!