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Afiches de TeatroTrayectoria y recorrido visual del Teatro de la Pontificia Universidad Católica de Chile.Patricio Rodríguez Plaza

© Inscripción 2021-A-1863Derechos reservadosMarzo 2021ISBN 978-956-14-2792-1ISBN digital 978-956-14-2793-8

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CIP-Pontificia Universidad Católica de ChileRodríguez-Plaza, Patricio, autor.Afiches de teatro : trayectoria y recorrido visual del Teatro de la Pontificia Universidad Católica de Chile / Patricio Rodríguez-Plaza.1. Teatro Universidad Católica (Chile) Historia.2. Afiches chilenos - Historia.3. Teatro - Chile - Historia. I. t.2020 741.670983 DDC23 RDA

Dedico este libro a la memoria de mi abuela materna Teresa Iturrieta Díaz

Esta investigación y la escritura que la expone en este formato libro, han sido posibles por la disposición, deferencia y profesionalismo de muchas personas.

En primer lugar agradezco a la Rectoría de Ignacio Sánchez, como también a Luis Prato, decano de la Facultad de Artes; a Alejandra Wolff, directo-ra de Patrimonio, Archivo y Publicaciones, y a Alexei Vergara, director de la Escuela de Teatro, por haber propuesto y aceptado que parte de mi trabajo estuviese dedicado a esta tarea.

A Ma. Angélica Zegers y Patricia Corona, de Ediciones UC, quienes estuvieron en el origen de este proyecto.

Mis agradecimientos van también a la jefa de la Biblioteca del Campus Oriente, Amelia Muñoz, así como a Yanina Valeria, Angélica Contreras y Pedro Véjar del mismo lugar académico, como a Angélica Martínez, Constanza Alvarado, Rodrigo Canales y Patricia Hernández, del Programa de Investigación y Archivos de la Escena Teatral de la Escuela de Teatro.

También mi reconocimiento a Verónica Tapia Courbis, Sergio Aravena Caro, María Ignacia Goycoolea, Marcela Rivera, Florencia Aguilera y Pablo Cisternas del Teatro UC, como a Jorge Padilla, exdirector de la Escuela de Arte de la misma Universidad Católica, Juan Francisco Olea y Macarena Baeza de la Fuente.

Mi gratitud a todos y todas quienes amablemente me concedieron entrevistas que me permitieron completar una historia respecto de conocimientos

que sin ellos no hubiese alcanzado. A Inés Stranger, Mario Costa, Javier Pañella, Pablo de la Fuente, Alberto Montt, Gerardo Rivera, Sol Undurraga, Juan Ignacio Viveros, Juan Domingo Marinello, Amalá Saint-Pierre, María Inés Silva, Ramón López Cauly, Ramón Núñez, Milena Grass, Isabel Vásquez Olate, Luis Poirot, Claudio di Girolamo y Ximena Ulibarri Lorenzini. También a Roberto Chávez Labra por el trabajo de transcripción y ordenamiento de tales entrevistas y de otros materiales de mi archivo personal que sirvieron para esta investigación.

Parte importante del tiempo dedicado a la es-critura de este libro se lo debo al Concurso de Apoyo a Sabáticos Internacionales, versión 2017, realizado en los hechos el año 2018, de la Vice-rrectoría Académica de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Mis agradecimientos desde acá a Patricia García en su calidad de directora de Desarrollo Académico.

Por último deseo dejar constancia, una vez más, del excepcional ambiente profesional y humano de la Escuela de Teatro de la Pontificia Universidad Católica de Chile en donde me desempeño como profesor e investigador. En parte importante esto se debió a Adriana Ossa y Edith Velázquez.

Mi deuda profesional y fraterna queda con la pro-fesora Bernardita Abarca, quien se dio el trabajo de leer y revisar una primera versión completa del manuscrito de esta investigación. Igualmente a Juan Villegas, por sus sabios consejos de antigua y última generación.

AGRADECIMIENTOS

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El presente libro es resultado de una investigación respecto de los afiches del Teatro de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Estos conforman un recorrido visual y cultural, en estrecho vínculo con una trayectoria creativa y académica de 75 años de historia. Ello, tanto en relación a obras teatrales, como en cuanto al resto del universo visual con el que ha entrecruzado su destino: programas, invitaciones, recortes de periódicos, cuadernillos de mediación, escenografías, etcétera. Sin obviar que parte de ese material ha servido, asimismo, como atesoramiento patrimonial, identificación y engalanamiento de espacios profesionales específicos, celebraciones artísticas o información telemática y virtual.

Tematizado desde el ámbito de los Estudios Teatra-les, el estudio levanta la proposición de un marco interpretativo y comprensivo que permite, luego, describir, caracterizar y examinar, los carteles mismos. También los antecedentes y trabazones contextuales con los que han marcado su destino. Ello en el entendido que los Estudios Teatrales, desde su origen, han seguido expandiéndose más allá de la sola comprensión del texto dramático; e incluso en cuanto a lo que ocurre solo a nivel creativo sobre el escenario.

Desde un lugar más amplio y como trasfondo de justificación epistemológica se encuentra la idea que entiende lo teatral como un fenómeno cultural y, por tanto, susceptible de ser concebido y explo-rado, tanto desde su dimensión productiva, como desde las mediaciones y las recepciones. Trilogía que, pese a los destiemposo desniveles propios de

un quehacer tan vasto y complejo como el teatro, funciona en una constante interdependencia1.

Así, desde tales planteamientos, la investigación ha tratado el afiche teatral como un objeto, no solo dueño de una visualidad y una semántica propia, sino también como un elemento sobre el cual se le ha imprimido –en especial, con el paso del tiempo– una serie de usos sociales. Cuestiones que se encuentran a su vez atrave-sadas por exigencias teóricas y requerimientos conceptuales que permitan el entendimiento de las problemáticas que todo esto propone.

En tal sentido, los afiches del Teatro de la Pontificia Universidad Católica de Chile, son materias de enunciación informativa, signos de encuentro y señales de memoria. Todo ello construido sobre la base de la dimensión estética que los consti-tuyen, para convertirlos en piezas asociadas a la publicidad teatral. Pero también, en tanto objeto de exhibición y decoro e incluso en cuanto bien y valor abierto, cada vez, a nuevos sentidos cultu-rales. La estética, como noción, que es utilizada e interpretada acá, en dos significados más o menos precisos. Primero como un ámbito de configuraciones formales y experiencias sensi-bles. Y en segundo lugar, en cuanto disciplina de origen filosófico, justamente, para el estudio de las sensibilidades, sean estas estimuladas por la cultura especializada o la vida cotidiana.

En términos metodológicos, esta búsqueda se centró en una actividad exploratoria de lectura inductiva y de reconstitución, literal y metafó-

Introducción

1 Esta investigación forma parte de un proyecto mayor, que ha buscado formular aproximaciones res-pecto de saberes y objetos de conocimiento nómadas. En especial en correspondencia con el teatro, entendido como un arte múltiple, cuyas ramificaciones se despliegan en la vida social, en dimensiones tan disímiles como la educación, el juego, la información, la cultura especializada, popular o mediática.

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AFICHES DE TEATRO. Trayectoria y recorrido visual del Teatro de la Pontificia Universidad Católica de Chile/ Patriciorodríguez-plaza

En este mismo sentido, hubo un último punto que permitió detenerse en lo ocu-rrido, una vez que se decidió, desde el 2006, una política visual, determinada por el trabajo de un equipo de profesio-nales del ámbito comunicativo.

Todo esto significó que la presente inves-tigación estuvo sujeta, en lo esencial, a la manipulación de documentos originales y fuentes primarias.

Documentos guardados o exhibidos en el Teatro UC, La Biblioteca del Campus Oriente, la Escuela de Teatro o el Archivo Personal del investigador. Pero también, parte de su base de análisis estuvo dada por testimonios vertidos en sendas entre-vistas que son consignadas cada vez que corresponde. Entrevistas que traslucen relatos preciosos de protagonistas y testigos de un quehacer lleno de sinuo-sidades; privilegiando los oficios menos vistosos, pero centrales para la creación y recuperación de estas piezas gráficas.

Ahora bien, como forma de darle un cierto orden a una investigación que no es histórica, sino crítica, se ha recurrido a la proposición de cuatro tramos de tiempo.

Uno comprende los años 1950 a 1973, incluyendo, cuando corresponda, deta-lles a años anteriores a esa fecha. Otro situado entre 1974 y 1989; mientras un tercero va desde 1990 a 2005. Una última selección que abarca desde 2006 a 2018, subdividida a su vez en los periodos 2006-2014 y 2015-2018.

El último segmento corresponde a una época que marca la puesta en acción de una política que incorporó la realización

ricamente, de diferentes escenarios, a partir de muestras representativas de imágenes, obras, textos y contextos. Búsqueda que estuvo, a su vez, guiada por la idea de definir y la manera de estudiar este tipo de fenómeno cultural más allá de su propósito original que, como se sabe, es publicitar una obra de teatro. Cuestión asociada a aquella que buscó mostrar las motivaciones y formas que adquiere y guían el atesoramiento institucional que ha asumido este tipo de afiche.

En cuanto a los afiches y las obras tea-trales mismas, se propuso una descrip-ción y análisis, tanto respecto de las configuraciones y materialidades que los constituyen, como en relación a las estrategias formales que se establecen en su cometido.

Afiche de El tiempo y los conwayde 1952.

Diseño e ilustración de Claudio Di Girólamo, 31x42 cm.

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Introducción

de producciones teatrales en asociación con gru-pos o personalidades externos a las coordenadas interiores del Teatro UC. A esto se sumó la idea de invitar a compañías ajenas, en un claro com-promiso de ampliar la parrilla programática del Teatro, el cual vive hoy una situación muy dife-rente respecto de otros tiempos, en que todo era asumido por su propia gestión y financiamiento.

Estos tiempos aludidos encuentran, por su parte, referencia y apoyo en los trabajos de Gisele Muni-zaga, María de la Luz Hurtado y Consuelo Morel; investigadoras que han realizado la historia crítica, tanto del Teatro UC como de la Escuela de Teatro, proponiendo indispensables lecturas interpreta-tivas del desenvolvimiento de tales instituciones2.

También se debe confirmar que la presente inves-tigación se sitúa en una perspectiva cuya matriz académica es una Facultad de Artes, es decir, un espacio que admite una diversidad de disciplinas de enseñanza y prácticas creativas. La cual, junto a los ámbitos artísticos que desarrolla en térmi-nos docentes, se define por generar, incentivar y promover investigaciones teóricas en cualquiera de estas especialidades.

A modo de sinopsis y como forma operativa de todo lo que se expone, se debe consentir que son tres los territorios culturales específicos presentes, tanto en sus consideraciones teóricas como en sus recorridos de exploración práctica.

Uno es el teatro en sentido lato, asumido como un trasfondo, consecuencia natural de los objetivos formulados. Otro, el teatro de carácter univer-sitario, como es el Teatro UC. Finalmente, una Escuela de Teatro que, aunque está amarrada a

ese teatro de educación superior, mantiene una exigente autonomía académica. Autonomía, que en niveles educativos presenta y ofrece los grados de licenciatura en actuación y magíster y doctorado en estudios y prácticas teatrales.

En lo que respecta a la estructura del libro, este se divide en cinco capítulos que de algún modo pueden leerse con cierta independencia. También este se puede consultar fijándose solo en sus imágenes que, como era de esperar, son parte sustancial de esta publicación.

El primer capítulo está referido a definiciones, conceptualizaciones y a modos disciplinares que permitan el estudio de este tipo de afiche; ello, tanto en su especificidad visual, como en los otros usos que ha vivido luego de concluido su objetivo primario. Un objeto, que si bien tiene como base las piezas producidas por el Teatro de la Pontifi-cia Universidad Católica de Chile, se encuentra emparentado con una tradición que excede este determinado contexto institucional.

Un segundo capítulo se detiene en los lugares que guardan, exponen y han generado algunos de los afiches más representativos de todos estos años de historia. Hechos y lugares que se encuentran asociados a personas, sin las cuales, todo este trabajo no hubiese sido posible.

El tercer capítulo propone una lectura informativa e interpretativa de las formalidades y configura-ciones de obras visuales específicas. Esta mirada entrega detalles de aspectos plásticos, icónicos, semánticos y materiales, deteniéndose además en obras de artistas y fotógrafos, así como respecto de marcas, logos y signos institucionales diversos.

2 Morel Montes, Consuelo, Memoria Histórica Escuela de Teatro UC (1979-2009).En la senda de la Es-cuela de Artes de la Comunicación,Santiago, Pontificia Universidad Católica de Chile, 2013. Hurtado, María de la Luz, Memorias Teatrales.El Teatro de la Universidad Católica en su cincuentenario, Pontificia Universidad Católica de Chile, Apuntes, 1993. Hurtado, María de la Luz y Munizaga, Gisele, Testimonios del Teatro.35 años de Teatro en la Universidad Católica,Santiago, Ediciones Nueva Universidad, 1980.

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AFICHES DE TEATRO. Trayectoria y recorrido visual del Teatro de la Pontificia Universidad Católica de Chile/ Patriciorodríguez-plaza

El concepto clave es aquí el de diseño, entendido como una noción amplia y comprensiva, más allá del sentido un tanto mezquino que suele atribuírsele.

Por su parte, el cuarto capítulo alude a las relaciones que se establecen entre afiches y obras teatrales determinadas. Tales relaciones se disponen tanto desde las tipografías como desde las imágenes figurativas y no figurativas o las fotografías como signos que significan, en diversos grados y logros, lo que quieren señalar.

De igual modo, se alude allí al hecho de que ciertas obras no han guardado sus afiches, mientras que otras, habiendo tenido toda su batería gráfica lista, no fueron presentadas en el momento que correspondía.

El quinto y último capítulo es un trabajo de investigación cuya base se encuentra en aquella política visual y de relación con el medio cultural y social, instaurado entre los años 2006 a 2014 en el Teatro UC. De igual modo se hace cargo de lo ocurrido entre los años 2015 y 2018, periodo en el que se transforma de ma-nera radical, tal política global, así como la idea del afiche como un elemento reproducido en un número importante de ejemplares.

Cabe destacar que el formato escritural adoptado en el libro es el del ensayo. En tal sentido y considerando la investiga-ción llevada a cabo, su propósito es dar cuenta de una ruta. No agotar ni crear una estructura o método replicable;

aunque no se niega que pueda, en algún sentido, servir para algo parecido.

Así como Jorge Luis Borges planteó alguna vez que la metafísica no era más que una rama de la literatura fantástica3, se podría asumir que todo intento por sistematizar y poner por escrito una investigación cualitativa, no es otra cosa que la versión de un ensayo. Es decir, un ejercicio por producir reflexiones y meditaciones que, considerando datos, se transformen en información y cono-cimiento, más allá de la pretensión de ofrecer una estructura susceptible de ser consultada como modelo.

Es preciso señalar que con fines de com-prensión serán utilizadas, de manera indistinta, las nociones de afiche (del francés affiche) o cartel (del italiano cartello), así como, cuando corresponda, los conceptos de Teatro de Ensayo –que es como se llamó en sus inicios esta institución– como el de Teatro UC, que es el nombre oficial con el que se conoce desde 2013.

Por último cabe indicar que este es un primer libro publicado en Chile con esta temática que expone una selección y ordenamiento de imágenes de este tipo de afiche. Publicación, que entre otros propósitos, espera contribuir al rescate y difusión del patrimonio visual de estos archivos, que es también una invitación a visibilizar y promover el campo de la investigación en este dominio.

Afiche de Pueblecitode 1956.

Diseño e ilustración de Claudio Di Girólamo, 31x42 cm.

3 Borges, Jorge Luis, “Tlön, Uqbar, Orbis Tertius”, Borges Esencial, Portugal, Alfaguara, 2017.

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Un primer acercamiento a los afiches teatrales producidos por la Pontificia Universidad Católica de Chile significa otear una pregunta inicial que desplie-gue algunos de los contenidos esboza-dos: ¿por qué esta institución teatral y universitaria ha generado, alentado y diseñado afiches para llevar cabo y comunicar sus propósitos artísticos? Pregunta que, al mirar la historia de las distintas vicisitudes vividas por tales afiches, compromete otras dos interrogantes, que han servido además como orientaciones: ¿qué características poseen estos objetos que los han hecho merecedores a tales niveles de uso? y ¿Cuáles son los ejes de pensamiento que permiten los abordajes más adecuados para su estudio?

Acaso un primer apunte que favorezca una explicación sería la cita a Susan Sontag, quien hace varios años escribió un lúcido texto respecto del afiche y su significación política, recordando que los primeros productores de tales expresiones produjeron “[publicidad] mayormente [para] bienes de consumo no durables y para obras de teatro”1. Coincidencia, que como tantas otras, demuestra las conexiones de este teatro chileno con la llamada cultura occidental.

Pero también esta institucionalidad, alentada por los movimientos de mo-dernidad que la han caracterizado, ha necesitado recurrir a herramientas de la publicidad para mostrar, tanto al resto de la misma institución educativa, como a otros segmentos de la sociedad, lo que hace desde este ámbito creativo. Estos han sido canales de pensamiento que le han servido como propaganda de sus ideales e identidades, las que son también identificaciones2.

Afiche de La gotera del comedorde 1972.

Fotografía de Bob Borowicz, 25x50 cm.

1 Sontag, Susan, El Afiche: Publicidad, Arte, Instrumento Político, Mercancía, 1970. Publicado en línea en: http://www.tallercfilpe.com.ar/2013/images/stories/taller1/lecturas/10_El_afiche_Susan_Sontag.pdf

2 Marcos García de la Huerta se refiere, primero, a que la identidad es un concepto heterónomo, en el sentido de aludir a lo indeterminado y plural. Lo cual confirma la idea de que los colectivos son entidades abiertas, permeables a otras formas de vida y sujetas a permanentes cambios. Grupos que se definen en no poca medida por lo que quieren ser y no solo por lo que han sido. De allí que el con-cepto de identidad debe entrecruzarse con el de identificación, esto es como “algo más sutil e indeterminado, más incierto y abierto que un ´ser´ inmutable. Cf. Identidades culturales y reclamos de minorías, Santiago de Chile, Editorial Universitaria, 2010, pp. 22-23. Reflexiones Americanas. Ensayos de Intra-Historia,Santiago, Lom Ediciones 1999, p. 132.

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Capítulo 1 / Estudio, definiciones, conceptos

Desde allí, se puede hablar de este tipo particular de afiche, como de un elemento simultáneamente excéntrico y creativamente polivalente. Incluso, se le puede citar como una pieza para-dójica ya que, si bien no responde en exclusiva a ninguna de las situaciones mencionadas, comparte con todas algún tipo de conexión, tanto de dependencia como de autonomía relativa.

Especificidad, función y ciudad

Ahora bien, en un nivel de especificidad constitutiva, y asumiendo los despla-zamientos y las definiciones señaladas, se puede reafirmar que este tipo de afiche ocupa, por varias razones, un lugar singular. En un principio no forma parte, ni del texto dramático, ni tam-poco del texto espectacular como tal3, aunque se le reconoce su fundamento en el lugar la producción del teatro.

Tampoco puede colocársele, sin más, como parte de la arquitectura teatral con la que también se elabora sentido de espectáculo y de teatralidad4. Allí

Afiche para La expulsión de los jesuitas de 2014.

Diseño y piezas gráficas de Gerardo Rivera, 42.5x58 cm.

se ubica, como en un primer espacio determinado, el afiche como una es-pecie de tautología visual, sin perder, por ello, su condición propia.

En lo relativo al ámbito de la recepción, no hay forma de situársele solo en el lugar del espectador que, enfrentado a la eventual lectura del afiche, perci-be información pudiendo reelaborar algunos rasgos de una obra teatral determinada. Sin dejar de reconocer que ese es el lugar, para el cual se dis-pone su objetivo fundamental.

Ni menos de forma exclusiva –aunque esto puede relativizarse– se puede concebir el afiche teatral como parte constitutiva de la crítica especializada tradicional o de la eventual información periodística, sea en versiones impresas o tecnológicas.

Desde aquí, entonces que el cartel tea-tral sea concebido como un mensaje desde y parael teatro, constituyéndose en un lugar visual de enunciación que comunica un mensaje más o menos evidente, dependiendo de la estructura que posea. Mas también como un des-pliegue de cuestiones que lo exceden en su evidencia, ubicándose, como se ha dicho, en un espacio excéntrico y móvil

3 “[…] el texto espectacular englobaría a todos los elementos performativos de la escena: la actuación del actor, las acciones que plantea la escena, pero también el decorado, la escenografía, la iluminación, los objetos, el vestuario, la música, en pocas palabras, todos los elementos visuales y sonoros […]”. Féral, Josette, Teatro, teoría y práctica: más allá de las fronteras, Buenos Aires, Galerna, 2004, p.115. También tal expresión remite a texto escénico, “[a] la relación entre todos los sistemas significantes utilizados en la representación y cuya organización e interacción constituyen la puesta en escena”, Pavis, Patrice, Diccionario del teatro. Dramaturgia,estética, semiología,Buenos Aires, Paidós, SAICF, 2008, p. 472.

4 Féral, Op. Cit.,p 89.

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AFICHES DE TEATRO. Trayectoria y recorrido visual del Teatro de la Pontificia Universidad Católica de Chile/ Patriciorodríguez-plaza

por entremedio de la trilogía anotada5.

Desdeel teatro, ya que su concepción y realiza-ción material corresponde al nivel de la crea-ción de la puesta en escena, desde donde se le piensa, muchas veces, al menos en Chile, bajo la supervisión omnipresente del director. Una realización directiva que en más de una ocasión le deja al eventual diseñador una cierta libertad creativa, justificada, al menos en parte, por la confianza en quien realiza y también ¿por qué no? en la ignorancia respecto de asuntos grá-ficos y publicitarios de quien dirige. Este está, muchas veces, guiado por una cuestión menos de conocimiento publicitario que de intuiciones marcadas por el gusto que, como sabemos, pue-den ser gravitantes en cualquiera de las etapas o momentos de la realización teatral. Gusto, que muchas veces responde a los hábitos de percepción de quien ordena, quien, por lo demás, asiste al consentimiento de lo que será el afiche, frente a una imagen desprovista de toda la información tipográfica que luego se le imprime encima. De tal forma que el director no tiene a la vista el producto final de lo que hará aparición luego en el espacio público, con lo cual su apreciación resulta parcial, remarcando con ello la escasa proyección que su elección o aceptación inicial pueda tener en el espacio de la propaganda6.

Pero, tal cual se ha dicho, el afiche se sitúa en términos que podrían expresarse también como parael teatro en cuanto su ubicación y lectura nos guían hacia lo publicitario, o de forma más difusa, hacia los imaginarios que moviliza lo teatral en su más amplia acepción.

En efecto, muchas veces nos enteramos de acon-

tecimientos teatrales a través de este medio, sin siquiera asistir a ellos, pero rememorando lo que sabemos de tal o cual pieza escénica, o añorando o reconociendo algo de la versión que esa vez se presentó.

Fenómeno que se hace más evidente, cuando de lo que se trata es de grandes y reconocidos dramas teatrales, que, por ser parte del acervo cultural y social, poseen una memoria histórica que los reconoce y legitima en cuanto tales; sirviéndose para ello de variados mecanismos y soportes, que se han señalado en aquella trilogía determinada.

Sea como fuere, desde esta especie de expresivi-dad múltiple, el afiche nos invita e informa, nos hace tomar partido o rechazo, ya sea hacia la obra, la institución o el lugar –entendido como el espacio donde se sitúa el teatro y también como la arquitectura de este– que aparece expuesto allí. Incluso con las referencias visuales y artís-ticas a las que pueda hacer alusión. Sin olvidar, por supuesto, el acontecimiento, tantas veces repetido, de la ignorancia a la que es sometido el afiche en medio de la vida urbana, tan llena de mensajes y estímulos.

En efecto, cabe poner de manifiesto lo que resulta, entre otros, un asunto esencial en este tipo de material gráfico, como es lo referido al espacio público de la ciudad. Es allí, en lugares abiertos o no tan abiertos, donde estas figuras en papel terminan por constituir su composición más elocuente y operativa. Es evidente que esto último ha variado, debido a las décadas de existencia del Teatro de la Pontificia Universidad Católica de Chile así como de los cambios en la topografía cultural de la ciudad de Santiago, por lo que solo

5 Supra.Introducción.

6 Infra.Capítulo V.

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Capítulo 1 / Estudio, definiciones, conceptos

es posible esbozar un recorrido apro-ximado, teniendo en consideración lo ocurrido en un tiempo reciente.

Así, respecto a los lugares físicos en donde se situaban hasta hace muy poco estas piezas, y más allá de los consabidos espacios institucionales propios, se han privilegiado siempre ciertas calles centrales de los barrios universitarios del centro de la ciudad, como República, Avenida España, Sa-zié, etc. También las calles del barrio histórico de Lastarria, así como el Barrio Bellavista del lado norte del río Mapocho, privilegiando las librerías, los campus universitarios, los pubsy los cafés. También los institutos culturales binacionales, tales como el Goethe-Institut, el Instituto Francés de Cultura, el Instituto Chileno-Norteame-ricano y el Instituto Chileno-Británico de Cultura. A estos recorridos se le fueron sumando los espacios del tren metropolitano inaugurado en 1975, lo cual repercutió en una cobertura bastante mayor que la habitual.

En efecto, este medio de transporte incorporó el servicio de paneles infor-mativos en sus distintas estaciones, lo que fue aprovechado por el Teatro UC como forma de ampliar los espacios de comunicación con los habitantes de la ciudad. De todos modos, un afiche debe siempre y a pesar de toda programación eventual, contar con lo fortuito e im-previsible de su colocación, asunto que forma parte de esta condición esencial.

Un punto operativo y doméstico im-

Teatro UC, Plaza Ñuñoa y Oficinas del Teatro UC.

(Fotografías de Constanza Sandoval y Claudio Zamorano).

portante para comprender mejor la naturaleza del afiche de teatro es el referido a que este tipo de imagen en papel, a diferencia de otros, no concibe de manera obligatoria su emplaza-miento como una acción de encolado, ni en su anverso ni en su reverso. Esto debido a los espacios en que son puestos y expuestos, los que corresponden –tal cual fue consignado al hacer referencia a la trayectoria histórica del Teatro de la Universidad– a vitrinas, estanterías de librerías, espacios de teatros o paneles del tren metropolitano. Lugares que no permiten ese tipo de fijación, sino, a

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Capítulo 1 / Estudio, definiciones, conceptos

lo más, las chinchetas o cinta adhesiva para que puedan ser reemplazados con facilidad por otras imágenes. Tampoco es posible, al menos en la tradición de estas piezas, el pegado simultáneo de varios o muchos afiches en el espacio público que son las calles, los pasos bajo nivel u otros rincones de la ciu-dad, los que, al ser dispuestos de esa forma, terminan armando una gran imagen a partir de la repetición de una individualidad objetual.

No, el afiche teatral se define acá, de alguna manera, por su extrema indi-vidualidad, la que puede ser eventual-mente suspendida o alterada por el acompañamiento de otros pocos afiches que publicitan, por lo general, distintos acontecimientos culturales: recitales musicales, campañas de incentivo a la lectura, títulos de libros, exposiciones artísticas, etcétera. Ello debido al ca-rácter de un campo cultural específico que, pese a las transformaciones que puede haber sufrido el teatro como un ámbito bastante más diversificado y amplio respecto del existente en otros tiempos, sigue siendo restringido. Al menos respecto de fenómenos cultu-rales massmediáticos,los que pueden permitirse publicitar de forma profusa en el espacio anónimo de la ciudad, lo cual resulta aún más evidente en relación a un teatro universitario de nuestro medio, que debe hoy competir con una oferta mucho más amplia que en otros tiempos.

Afiche de Artde 1999.

Fotografía de Luis Poirot, 43x60.5.

Afiche de El Mercader de Veneciade 2008.

Ilustración Verde, Diseño Joaquín Cociña.

Pero esta excentricidad y polivalencia del afiche del Teatro UC –que por cierto no está lejos de las características del afiche teatral entendido en términos genéricos y occidentales– lo es también por la dimensión estético– artística, que le es propia en este itinerario.

Originado en el ámbito propio del arte teatral, este objeto tensa, desde el prin-cipio, un mensaje que es, como se sabe, tanto comunicativo, como ilustrativo. Así, por medio de sus configuraciones formales y objetivos instrumentales, este crea un mensaje en el sentido más amplio del término. Por medio de la aparición de láminas, imágenes o letras, expone un concepto creativo, asociado, ya sea a la obra teatral que publicita, como respecto de mismo.

De tal manera que, desde su inicio, este se justifica, de forma primordial

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AFICHES DE TEATRO. Trayectoria y recorrido visual del Teatro de la Pontificia Universidad Católica de Chile/ Patriciorodríguez-plaza

Afiche de Los Caminos de Don Floridorde 2008.

Diseño Gráfico Martín Erazo y Omar Galindo, 53.5x36.5 cm.

y no exclusiva, como mensaje estético y no solo como artístico, en el sentido moderno y convencional del término. Este no es nunca solo un objeto de contemplación, aunque no niega la aparición intermitente de tal condición.

Cuestión que, y pese al paso del tiempo –o quizá por lo mismo– va procurando distintas significaciones asociadas con el sentido de belleza, encanto, ornamento o decorado.

En efecto, la disposición que va adqui-riendo al ser sometido a otras trans-figuraciones, como es el carácter de pieza patrimonial u objeto de adorno o identificación profesional, señalan su condición creativamente ambigua, toda vez que al dejar su principal propósito publicitario inmediato, adquiere otros usos, que no son solo ser documento u objeto de deleite y gratuidad.

Es por ello estético, en el sentido filo-sófico del término, en tanto sinónimo de sensibilidad y configuración formal. Diseño, colores, líneas, texturas, ico-nicidades, plasticidades, tipografías, pueden ser percibidas como eventua-lidades estéticamente interesantes, aunque no caigan en la determinación de una obra de arte7.

Estudios teatrales y epistemología estética

Motivado por los antecedentes y el con-junto de circunstancias que rodean la producción, exhibición y atesoramiento de los afiches de este teatro universita-rio, queda por avanzar una perspectiva epistemológica que permita su inves-

7 Infra.Capítulo III.