El Bosco

Rey Naranjo Editores

Marcel Ruijters

I

Los perros del Señor

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¡Vamos!

¡Dale!

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Un espectáculo fascinante, ¿verdad? ¡Un par de golpes certeros ~o ni siquiera eso~ y cualquier idea de cooperación desaparece!

Miramos a unos ciegos y nos vemos a nosotros mismos. Ahí a la izquierda, por ejemplo…

Veo hombres y mujeres de Dios que creen que nadie los ve y apuestan como la gente común.

Sí… y un cerdo demasiado rápido para un hombre…

¡Por la cuenta que le trae!

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Fíjate, seguro que si alguien dice algo a los alegres apostadores, ¡resultará que el Señor hace los ojos gordos especialmente

para ellos!

¿Qué otra cosa se podría esperar de los pobres de espíritu?

¡Hombre…! El Señor ya nos pide que pasemos sin tantas cosas…

¡Es un consuelo saber que dedicará sus beneficios a limosnas!

¡Agua-fiestas!

Eh…

Je, je, je…

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Ven, Jeroen, ya basta por hoy.

¡Yo me quedo un rato más! Justo ahora se está poniendobueno.

Lo hecho, hecho está, pero es mejor mantenerel silencio en presencia de los servidores de Dios…

¿Jan?

¡AARGH!

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Esta ciudad tiene oídos… y a menudo los llevan justamente los servidores de Dios…

Sí, es una buena ciudad para vivir, si estás dispuesto a trabajar.

El abuelo acertó al venir a vivir aquí.

Pero ¡gracias a ellos nos ganamos bien la vida!

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Tenemos que aprovechar la luz del día. Si me lo permites, empezaré con un par de bocetos de nuestros curiosos conciudadanos…

¡Mi hermanito ha quedado tan impresionado por el mal comportamiento del público, que lo único que le ha impedido meterse a monje y llevar una vida ejemplar han sido las ganas de trabajar en el taller!

¿Qué tal le va al cerdo?

¡El ganador todavía no estaba decidido, ¡Ja, ja!

Mira, los cerdos tienen colmillos en forma de garfio, como los de la carnicería de aquí al lado.

¿El monasterio? Demasiado tarde, ¡tú te quedas conmigo!

Estábien.

n

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Vistos de reojo, quienes creen que nadie los observa se muestran como las bestias que son realmente:

¡he aquí al hombre!

De momento el único Ecce Homo que nos interesa es este.

Ni una palabra, ¿entendido?

¿Jan?

Vale.

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Decidme, ¿hay algo mejor que la satisfacción de terminar un

trabajo? Mañana

es el gran día…

Bueno, este varón de dolores va a la cama.

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Pues no, maestro Van Aken, no estamos satisfechos.

Habéis pintado a los judíos, los asesinos de Dios, con demasiada benevolencia, y en el sufrimiento falta sangre. ¡Esto es el Calvario, no un paseo de tabernas!

Y además: ¿por qué tiene vuestro Cristo estos rasgos tan femeninos?

¿Cómo ha podido ocurrir algo así? Vuestro padre trabajó muchísimo para los dominicos.

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¿Y bien?

¡Creo que lo que pasa es que no quieren pagar el precio acordado!

Yo ya tenía un mal presentimiento…

y lo ignoré. Trae mala

suerte ver que

golpean a

un hombre

de Dios,

os lo

digo yo…

¿”Rasgos femeninos”? Pero ¿de dónde ha sacado eso? ¡Es el amor que irradia el Señor! ¿Acaso habrían querido que lo pintásemos como aun salvaje peludo?

¿Cómo ha podido ocurrir algo así? Vuestro padre trabajó muchísimo para los dominicos.

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¿Y si las palabras sarcásticas de Jeroen el día de San Martín llegaron tan lejos que ahora han vuelto para hacernos la vida imposible? Y Jan, ¿con quién te peleaste aquel día?

{Suspiro}

Bueno, podremos pasar el invierno si vendo algunas tierras más…

No podemos ofender a los dominicos. Son demasiado importantes para nosotros. Tal vez deberíamos empezar de cero…

¡Que tontería, Goessen!

¡Los odio!

En fin.

Espero que

vosotros también

sepáis lo que

tenéis que

hacer…

¿Cómo? ¿Ahora es culpa mía?

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Ha pasado más de un año…

Padre, ¿qué tengo que hacer para continuar con tu obra?

Hijos, hijos míos… Confiad en el talento que se os ha concedido… ¡Especialmente tú, Jeroen!

¡Desde aquí arriba, veo que es una época difícil para ti, pero los muertos también podemos ver el futuro! Y bueno, en realidad no está permitido, pero te voy a revelar un secreto…

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Nuestra casa se salvó del fuego, y creo que es un buen augurio para nuestra familia. ¡Ahora todo depende de ti y de Goessen! Ah, parece que he hablado demasiado… Tengo que irme, Jeroen.

¡Nada es para siempre, ni siquiera el poder de los dominicos! ¡Sé fiel a tu pincel, observa el mundo, no pierdas el tiempo, y la fama será tuya!

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¡No me gusta pasarme tanto rato entre estas piedras indiferentes!

Pero es que es verdad.

¿Dónde se ha metido Jeroen ahora?

Se va solo muchas veces, lo ha heredado de padre. Pero no si se lo voy a seguir tolerando mucho tiempo más.

¡Jan!

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Ah, ¡ahí está! ¿Con quién está hablando?

Ahí están mis hermanos, Goessen y Jan. Ellos también trabajan en el taller

familiar.

Vaya, vaya… ¡Toda una estirpe de creadores de diablillos!

Ya iba siendo hora de que conociésemos al nuevo maestro de obras. ¡Este es Allart!

II

La ciudad tiene oídos

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¡Solo los pobres de espíritu se conforman con copiar ejemplos!

Mucha gente intentó salvar sus posesiones del fuego, con o sin suerte…

Bueno, ya basta de hablar sobre aquel maldito día; especialmente tú, Jeroen. todavía eras demasiado pequeño para poder acordarte de algo.

Dicen que el fuego empezó en la calle de los tintoreros,

por una negligencia de uno de ellos. Parece mentira que una profesión que da tanto color a una ciudad también pueda convertirla

en ceniza gris.

Pero a veces hay que innovar. ¿Acaso no se crearon cosas nuevas cuando se reconstruyó la ciudad después del gran incendio?

¡Bah,

qué dices! ¡Los tintoreros siempre se llevan la culpa de todo!

Oh, pero me acuerdo vívidamente, Goessen…

Lo que más

recuerdo es que padre puso todos los cuadros a salvo.

Sabias palabras… Sin duda, de alguien que murió

pobre como una rata.

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