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Miguel LÓPEZ MELERO

Fundamentos y prácticas
inclusivas en el Proyecto Roma

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Fundada en 1920

Nuestra Señora del Rosario, 14, bajo

28701 San Sebastián de los Reyes – Madrid - ESPAÑA

morata@edmorata.es – www.edmorata.es

© Miguel LÓPEZ MELERO

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© EDICIONES MORATA, S. L. (2018)

Nuestra Sra. del Rosario, 14

28701 San Sebastián de los Reyes (Madrid)

www.edmorata.es-morata@edmorata.es

Derechos reservados

ISBNebook: 978-84-7112- 868-3

Compuesto por: M. C. Casco Simancas

© Imagen de la cubierta de Javier Peinado Huertas, reproducida con autorización

Nota de la editorial

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A Candela, mi nieta, que me ha enseñado nuevas y maravillosas formas de amar.

Y

a las maestras y maestros del Proyecto Roma por el tiempo vivido juntos que ha marcado sus vidas y la mía; por su tesón, generosidad y compromiso con los valores de la escuela pública.

Muchas gracias.

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Sobre el autor

Prólogo

Y con sus voces iniciamos este libro

CAPÍTULO 1: Fundamentos epistemológicos: Teoría-práctica-teoría

1.1. Desde la Neurología de los Procesos Cognitivos y Meta-cognitivos: LURIA

1.2. Desde la Psicología del Desarrollo y el Aprendizaje: VYGOTSKY

1.3. Desde la Pedagogía (BRUNER, FREIRE y DEWEY): La educación como culturización

1.4. Desde la Epistemología (HABERMAS): La comunicación como transformación social

1.5. Desde el mundo de las emociones y sentimientos (MATURANA)

1.6. Desde la metodología de investigación (KEMMIS y MCTAGGART)

CAPÍTULO 2: Nuestros principios pedagógicos

2.1. Todas las personas son competentes para aprender

2.2. El trabajo cooperativo y solidario en el aula

2.3. El aula como comunidad de convivencia y aprendizajes

2.4. La construcción social del conocimiento: Co-construcción

2.5. El respeto a la diferencia como valor

CAPÍTULO 3: Las estrategias metodológicas que utilizamos en el Proyecto Roma

3.1. La fotografía como anticipación del aprendizaje

3.2. Procesos cognitivos y meta-cognitivos de la vida cotidiana

3.3. La mediación como puente cognitivo y cultural

3.4. Los proyectos de investigación: un modo de aprender a aprender en cooperación

3.5. La asamblea en el Proyecto Roma: Su sentido didáctico

CAPÍTULO 4: Nuestras prácticas de aula

4.1. La importancia del conocimiento del cerebro para nuestras prácticas de aula

4.2. El papel del alumnado en la construcción social del conocimiento

4.3. El papel del profesorado en nuestras clases

4.4. Lo que entendemos por contenidos escolares o material de aprendizaje

4.5. ¿Cómo lo hacemos en nuestras clases?

4.6. La evaluación diagnóstica ¿al servicio de la exclusión o de la inclusión?

CAPÍTULO 5: El Proyecto Roma: Un proyecto moral

5.1. Una nueva forma de pensar

5.2. Una nueva forma de conversar

5.3. Una nueva forma de sentir

5.4. Una nueva forma de actuar

... Y al final de nuevo la voz del profesorado que conseja

Bibliografía

Otras obras de Morata

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Miguel LÓPEZ MELERO es catedrático de Universidad de Didáctica y Organización Escolar en la Universidad de Málaga. Antes fue profesor en la Universidad Complutense de Madrid así como profesor visitante y colaborador de varias universidades (Bolonia (Italia); Bremen, Berlin, Colonia, Hamburgo (Alemania); Linz, Viena (Austria); Bucarest, Iasi (Rumanía); Budapest (Hungría) ; Lima (Perú), San Salvador de Jujuy (Argentina); Santiago de Chile (Chile); Guadalajara (México), La Habana (Cuba), etc. Además, a menudo imparte cursos y seminarios en numerosas universidades europeas y es ponente y conferenciante habitual en congresos nacionales e internacionales.

Sus líneas de investigación principales son: a) El Proyecto Roma una experiencia de educación en valores y de desarrollo de procesos lógicos de pensamiento (cognición, lenguaje, afectividad y autonomía) en personas excepcionales en situaciones y contextos normalizados; b) Escuela Inclusiva: currículum y formación del profesorado; c) La educación intercultural; d) Calidad de Vida y Ciudades Educadoras. Educación en Valores; e) Universidad y Cultura de la Diversidad.

Entre sus publicaciones merecen mención: Aprendiendo a conocer a las personas con síndrome de Down. (1999) El Proyecto Roma, una experiencia de educación en valores (2003), Conversando con Maturana de Educación (2003), Construyendo una escuela sin exclusiones. Una forma de trabajar en el aula por proyectos de investigación (2004); así como numerosos trabajos en distintas publicaciones colectivas.

Colabora habitualmente en revistas especializadas, entre ellas: Behinderte Menschen. (Linz, Austria); Behinderten Pädagogic (Frankfurt, Alemania); Sinéctica (Guadalajara, México); Ponto de Vista. (Florianópolis, Brasil); Brasileira de Educação Especial. (São Paolo, Brasil); Cuadernos de Pedagogía (Barcelona, España); Innovación Educativa (Santiago de Compostela, España); Interuniversitaria de Formación del Profesorado (Zaragoza, España). Educación Inclusiva. (Jaén, España); Tavira (Cádiz, España); Organización y Gestión Educativa (Madrid, España); Educación, Política y Sociedad (Madrid, España);

Ha recibido varios premios a su labor docente e investigadora como el recibido en 2005: I Premio Internacional en Investigación sobre Discapacidad Intelectual. Fundación Caja Navarra. Pamplona, o el recibido por el Ministerio de Educación de Perú, Placa y Diploma en Reconocimiento por su aporte y compromiso a la construcción de una escuela para todos y para todas que valore las diferencias. Ciudad de Lima (Perú, 2006).

En la actualidad es director del Grupo Consolidado de Investigación HUM-246: Cultura de la Diversidad y Escuela de la Junta de Andalucía (P.A.I.) y director del Proyecto Roma.

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Muchos1 podrían ser los argumentos para escribir este libro, pero la verdadera razón es que nace de la práctica y la reflexión de un grupo de docentes comprometidos con la escuela pública, con la intención de que otras y otros docentes, si lo desean, puedan transformar sus respectivas clases.

Desde los años 2009 al 2014, en varios centros educativos de Andalucía, los miembros del Grupo de Investigación Consolidado HUM-246 de la Junta de Andalucía llevamos a cabo un Proyecto de Excelencia (P08-HUM-3748-MA) y, tras cuatro años trabajando cooperativamente en dichos centros, algunas y algunos docentes, al final del mismo manifestaron que “sería una pena que ahora que hemos comprendido la metodología del Proyecto Roma se dejara” y expresaron el deseo de continuar juntos y buscar un lugar donde pudiéramos vernos una vez al mes para seguir en esta dinámica de reflexión sobre nuestra práctica y ‘estar al día’ con lecturas que enriquezcan dicha práctica. Consideramos que Antequera era la ciudad equidistante y decidimos hablar con la dirección del Centro de Profesorado de esta ciudad. Muy amablemente el equipo directivo del CEP nos dio todo tipo de facilidades para ello. Aprovechamos la ocasión para manifestar nuestro agradecimiento a los responsables por su generosidad y acogida. Este grupo de docentes de distintas provincias de Andalucía y de distintos niveles educativos (Infantil, Primaria, Secundaria y Universidad) continuamos reuniéndonos y, en una de estas reuniones, les comenté que me gustaría saber su opinión sobre los fundamentos, los principios y las estrategias del modelo educativo del Proyecto Roma y, asimismo, qué opinaban de la dinámica de sus propias prácticas. Sus pensamientos me parecieron muy interesantes y por eso decidimos escribir este libro. Pero no pretendemos hacer un tratado de pedagogía, tan solo una ayuda para aquellos docentes inquietos que desean iniciar procesos de innovación en sus clases.

Cuando uno se enfrenta a escribir un libro como éste sobre los fundamentos epistemológicos, los principios, las estrategias y las prácticas de un modelo educativo como el del Proyecto Roma, tiene dudas de cómo empezar. Yo, sin embargo, lo tenía muy claro: escribiría sobre lo que me han dicho que hace el grupo de docentes que forman el profesorado del Proyecto Roma2, y que desde hace 20, o quizás 25 años, apoyados en el pensamiento de diversos autores como LURIA (1974, 1986, 1997); VYGOTSKY (1977, 1979, 1986, 1995); BRUNER (1984, 1988, 1990, 1997); FREIRE (1990, 1993, 1997); DEWEY (1971, 1989); HABERMAS (1987a y b, 1999, 2002); MATURANA (1990, 1994, 1997, 1999) y KEMMIS y MCTAGGART (1988) han logrado construir un modelo de enseñanza y aprendizaje democrático muy diferente a como se suele desarrollar en las instituciones educativas donde trabajan, muy a pesar de las críticas negativas que cada cual ha sufrido en sus centros respectivos y de los obstáculos, a veces, de la propia administración educativa, precisamente por ser innovadores y no ajustarse a lo establecido. Como la última vez que tuvimos que oír de un responsable de la administración educativa que debemos ‘estar’ en el sistema y no estar fuera de éste, cuando nosotros defendemos un modelo educativo democrático. Defender el proyecto educativo democrático que emana del cumplimiento de los Derechos Humanos (1948) y de los Derechos del Niño (1989), ¿es estar fuera del sistema?

Hemos asumido y defendemos el proyecto educativo democrático que emana de ambas leyes y de ahí que nuestra preocupación sea saber qué debe aprender nuestro alumnado y cómo debemos enseñarlo, sería más apropiado decir, cómo debe aprenderlo. Este es nuestro sentido del currículum escolar y, para nosotros, esto no es solo una cuestión académica y de ajuste al sistema, sino ética, porque no tiene que ver solo con los contenidos curriculares, también tiene que ver con lo que nos vamos configurando a través de los mismos y cómo vivimos todo este proceso en nuestras clases, en las aulas no solo se aprenden unos contenidos, aprendemos un modo de convivir (MATURANA, 1994). Por eso no es ingenuo ofrecer unos contenidos u otros ni un modo de construirlos u otro, porque ello va configurando nuestra personalidad. De ahí que afirmemos que la doble finalidad de la escuela pública sea aprender a pensar y aprender a convivir a través de los sistemas de comunicación, de las normas y los valores que establezcamos democráticamente y se vivan en nuestras clases. Consideramos la escuela pública como una opción ideológica y moral, donde la ética y el conocimiento son los dos caminos para construir lo público. Por eso somos defensores de la escuela pública.

¿Y qué nos hace diferentes a otros profesionales?

Quizás, lo que nos diferencia sea ese compromiso ético que hemos incorporado a nuestras vidas, más allá de cumplir con nuestra tarea docente y, también, la autocrítica permanente porque nuestro modelo educativo no es un sistema cerrado, sino que estamos en continua transformación desde la reflexión y el debate permanente de nuestras prácticas.

En este sentido, el profesorado debe tener claro su propia visión del mundo y el valor que para él tiene la educación. Es decir, cuál es el modelo de sociedad que desea construir y qué tipo de ciudadanía pretende formar con el modelo educativo de su colegio. Siendo conscientes de que sus acciones repercuten muy directamente sobre el destino del alumnado. No es ingenuo construir un currículum u otro. Si esto lo tenemos claro podremos entender que hay modelos educativos que restringen las posibilidades de acceso al conocimiento al alumnado y otros que las favorecen y, lógicamente, ello genera consecuencias. En el primer caso de exclusión y en el segundo de inclusión. Nosotros somos defensores de la escuela pública que es la escuela inclusiva: una escuela de todos y para todos, pero con todos y con todas.

La estructura del libro es bien sencilla: se inicia el libro con los pensamientos e ideas básicas del profesorado del Proyecto Roma sobre los fundamentos de sus propias prácticas. Nuestras reflexiones posteriores sobre estas opiniones constituyen el corazón del libro, organizado en cinco capítulos: Un primer capítulo sobre los fundamentos epistemológicos, donde se justifica la necesidad manifiesta de este profesorado de que “no puede haber buenas prácticas si no hay una buena teoría”. Un capítulo segundo donde exponemos de manera breve los cinco principios generadores de la puesta en práctica del Proyecto Roma. El tercer capítulo está dedicado a las estrategias metodológicas que lo sustentan. En el cuarto se describen las condiciones que, a juicio de estos docentes, deben reunir unas buenas prácticas y algunos ejemplos de proyectos de investigación llevados a cabo en Infantil, Primaria, Secundaria y Formación Profesional. Un quinto capítulo donde definimos cómo el Proyecto Roma se ha ido construyendo como un proyecto moral, porque en este profesorado encontramos sus grandes virtudes como docentes: la humildad y la autocrítica y el compromiso permanente; ya que vivimos convencidos de que nuestra manera de intervenir en el aula marca el destino de muchos niños y muchas niñas. Como no podía ser de otra manera, al final del libro, volvemos al profesorado, a las voces de sus protagonistas, para que aporten a otras y otros docentes, propuestas y razones que daríamos a otros docentes para iniciar un cambio en sus clases y centros a través del Proyecto Roma.

Probablemente quien lea el libro tenga una visión muy distinta a la nuestra. Nosotros solo vamos a intentar describir lo que hacemos y por qué lo hacemos, buscando esa coherencia que nos define de no hacer las cosas ‘porque sí’, sino que todo cuanto hacemos en nuestras clases está respaldado por los autores anteriormente mencionados. No por querer diferenciarnos del resto de profesionales, sino por identificarnos con nuestro modelo.

Por muy bueno que sea un proyecto de innovación educativa, fracasará en manos de personas que no tengan inquietudes por la innovación y escasa formación. Así que para llevarlo a cabo necesitamos personas que estén comprometidas con la educación pública. Sin olvidar que humanización, democracia y emancipación son los pilares fundamentales que sustentan nuestro modelo y su defensa el objetivo prioritario del mismo, donde la confianza en las competencias cognitivas y culturales de todas las personas aviva nuestro deseo e interés en aportar ideas y pensamientos que ayuden en la construcción de una nueva cultura escolar que humanice un poco al mundo deshumanizado en el que nos encontramos y que nos arrastra irremisiblemente a pensar que las cosas son como son y nada se puede hacer ante ello. Nosotros nos resistimos a este inmovilismo. Las cosas no son como son, sino como las hacemos. Somos lo que vivimos. Solo cuando esto se comprende, se actúa. Y eso es lo que venimos haciendo este grupo de docentes desde 1990, actuar. Actuar para transformar y cualificar nuestros centros y, de este modo, nosotras y nosotros vamos cambiando y transformándonos.

1 Aunque utilizaremos en algunas ocasiones profesor y profesora, niño y niña, para facilitar la lectura evitaremos la reiteración utilizando el masculino como genérico o términos como profesorado o alumnado. (N. del E.)

2 El Proyecto Roma, como experiencia de educación en valores, es un modelo de desarrollo humano y surge con una doble finalidad: por un lado, aportar ideas y reflexiones sobre la construcción de una nueva teoría de la inteligencia que no discrimine a nadie ni por la etnia, el género, el hándicap, la religión, la procedencia, etc., considerando las diferencias humanas como valor y no como una lacra social y dos, como proyecto educativo pretende cualificar los contextos familiares, escolares y sociales desde la convivencia democrática, el respeto mutuo y la autonomía personal, social y moral.

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No encontramos mejor manera de empezar este libro que no sea con las voces de las y los protagonistas: un grupo de docentes comprometidos con la educación pública. Así piensan:

Es complicado decir en una frase lo que ha significado el Proyecto Roma. Hace ya 21 añitos de nada que el Proyecto Roma se introdujo en mi vida, sin que yo fuese muy consciente de ello. El Proyecto Roma ha supuesto una transformación generalizada en mi vida: ahora es diferente la percepción que tengo del mundo, estoy mucho más pendiente de que no se vulneren los derechos humanos. Mi lenguaje se ha vuelto más respetuoso y tengo mucho más cuidado a la hora de exponer mis ideas o pensamientos, intento dejar claro el significado concreto de lo que expreso; algunos de los valores que poseía se han potenciado y se han añadido otros nuevos como la valoración de las diferencias; todo esto me hace ser mejor persona y, además, he aprendido que antes de realizar cualquier cosa debo pensarla muy bien y analizar los pros y los contras.

En mi vida social me ha dado la oportunidad de conocer a personas muy diferentes que han enriquecido notablemente mi vida y, sobre todo, me ha regalado amigos y amigas de los de verdad con los que comparto principios y valores, y eso no tiene precio. En mi vida familiar se han enriquecido nuestras relaciones, me ha enseñado a ser una buena madre y ha permitido que todo lo transformado en mí y en mi vida social sea trasladado a los que más quiero, a mis hijos y a mi pareja. En mi vida profesional me ha dado lo que pocas personas de mi profesión poseen, seguridad en mí misma, puedo presumir de saber por qué hago lo que hago y me ha permitido participar en la construcción de un modelo educativo inclusivo y democrático. Pero, sobre todo, me ha convertido en una maestra “todo terreno” que disfruta y hace disfrutar a su alumnado construyendo juntos el conocimiento. En fin, que buena parte de lo que soy se la debo a este Proyecto.

(Tere. Maestra de Infantil.)

Si he de plantearme qué ha supuesto para mí el Proyecto Roma creo que es justo decir que, además de un modo de entender la vida, ha sido la respuesta a mis interrogantes y dificultades como maestra.

Toda mi vida ha estado marcada por la consciencia de la diversidad y las dificultades que se plantean en nuestra cultura con ella, al igual que ha sido constante la lucha que han mantenido las personas que más he querido y quiero por respetar y luchar para que esa diversidad sea lo normal.

Lógicamente, ya como maestra me planteé que si lo era, lo sería para todas las niñas y niños que coincidieran conmigo. No sería maestra para unas pocas personas dejando a otras de lado sin aprender y esto suponía buscar algo que no me habían enseñado en la facultad; es decir, un modelo educativo que me permitiera conseguirlo.

Y lo tenía cerca, muy cerca, tan solo tenía que llevarlo a mi aula. Y lo hice con miedo, paciencia, mucho esfuerzo, ilusión, encontrando una amiga, compañera de trabajo, y con el mejor maestro que se puede tener y, desde ese momento, supe que daba igual las necesidades o dificultades que se plantearan, ya fuera en el aula o en la escuela, pues yo tenía los fundamentos, los principios y las estrategias que me daban la autonomía profesional para resolverlas, solo me faltaba ponerlo en práctica y eso hicimos mi compañera y yo.

(María José. Maestra de Primaria.)

Me gustaría señalar que con esta metodología ha sido la primera vez en casi veinte años de trabajo docente que el alumnado al tocar la sirena, no quería salir ni dejar el trabajo que tenían entre manos. Esto no me había ocurrido ni cuando daba clases como Maestro de Educación Física. También decir, que he descubierto con el alumnado una forma de aprender, junto a ellos, y darme cuenta que la única manera de avanzar es construir todos juntos lo que hacemos cada día. Es duro desprenderse de esa “capa de maestro”, que te hace saberlo todo, y empezar a descubrir y trabajar con cosas nuevas que no conoces, junto a tu alumnado... Entrar en el Proyecto Roma me ha hecho formarme como docente cada día, con nuevas lecturas, intercambiando reflexiones con los compañeros y compañeras, y teniendo la necesidad de aprender y leer cada día para poder mejorar mi práctica docente.

Y, por último, con el Proyecto Roma he descubierto lo que significa la palabra inclusión, el trabajar todos y todas juntos y no diferenciar a nadie por ninguna circunstancia. “Las diferencias enriquecen”, y esta frase tan simple no la valora uno hasta que no lo vives en primera persona con el alumnado. Sobre todo, lo observo ahora cuando entro en otras aulas y en un simple vistazo veo a niños y niñas separados del grupo, aunque estén realizando la misma tarea, una pena, pero es la realidad de la mayoría de las aulas.

(José Miguel. Director de centro.)

El cambio es duro, y conlleva necesidad de actualizarse pedagógicamente, cuando no formarse desde cero en teorías de las que en la facultad se estudian, pero…, a esto se sumarían los inconvenientes que hemos tenido, la oposición de familias y parte del claustro, mucho tiempo invertido (sobre todo en Secundaria)... ¿Y por qué entonces sigo embarcado en este cambio metodológico que supone el Proyecto Roma? Principalmente por dos motivos:

a) La fundamentación teórica que soporta y da sentido a cada paso de mi práctica docente.

b) El compromiso moral del Proyecto Roma, que busca construir una sociedad mejor, más humana y no excluyente, en el que me reconozco totalmente.

Estamos trabajando en centros escolares que no son educativos, donde se etiqueta y margina al alumnado como si fuesen ciudadanos y ciudadanas de segunda, donde no se cree en su capacidad de aprender y se coarta su creatividad y participación en su proceso de aprendizaje, y he encontrado en el Proyecto Roma la herramienta que me ayuda a cambiar este contexto, a hacerlo más democrático, más humano y que valora a cada persona sean cuales sean sus peculiaridades.

(Manuel. Maestro de Secundaria.)

Cuando conocí el Proyecto Roma, encontré lo que nos dijiste en la primera clase de tu asignatura: La cuadratura del círculo. El qué y el cómo. No es solo una manera de trabajar, es asumir una visión distinta de la educación, de los seres humanos, de la vida. El conocer el Proyecto Roma me cambió tanto como persona que el trabajar según su metodología solo es una consecuencia, inevitable, pero consecuencia de mis cambios personales.

Desde mi experiencia, primero como alumna y ahora como profesora, entiendo que no todo el mundo asimila sus principios de la misma manera. Algunos de mis compañeros y compañeras, así como alumnos y alumnas, no llegan a comprenderlo realmente y continúan con su vida de siempre. En este sentido me siento afortunada porque he sido capaz de aproximarme a su complejidad y asumirla como verdadera, aunque esto haya supuesto para mí muchos conflictos internos y que surgiera la necesidad de reorganizar mis pensamientos. Es un proceso duro pero satisfactorio.

(Verónica. Profesora de Universidad.)