image

image Talento Femenino image

NURIA CORONADO

MUJERES DE FRENTE

image

© Autora: Nuria Coronado Sopeña

© Edita: LoQueNoExiste (www.loquenoexiste.es)

© Diseño y maquetación: LoQueNoExiste

Impresión: Ulzama

Reservados todos los derechos

image

En memoria de Ana Orantes, Sandra Palo, Nagore

Laffage, Laura del Hoyo, Laura Luelmo, Diana Quer…

y de los peques asesinados con la complicidad

de quienes creen que un maltratador puede ser

un buen padre y que por suerte para ellos y ellas

tienen a unas madres inmensas como Margarita

Dopico, Angela González o Ruth Ortiz que los siguen

manteniendo vivos en sus corazones.

A madres como Juana Rivas, Karen Gutiérrez,

Minerva Kadar, Isabel López… que aun arrodilladas

por la justicia patriarcal y el estigma social siguen

luchando por sus hijas e hijos.

A Amelia Tiganus, a Patricia Carmona, a C. la

superviviente de La Manada…

Por vuestro gran sacrificio y valentía.

A tantas que sufrieron, sufren y sufrirán.

Por vosotras, por nosotras.

A las que siguen estando, aunque ya no estén.

Por todas en presente. Porque sin importar la parte

del mundo en la que viváis, todas combatimos para

romper las cadenas machistas y vivir en libertad.

Porque a pesar de todo el dolor,

la lucha merezca la alegría.

El impuesto laboral que algunas mujeres pagan,
debería ser erradicado
por sus hombres

Como buena

enamorada,

lo amé.

Me desnudé

caliente

cada noche y

lo crie

con mis pechos y

con mis guisos.

Le entregué

todas las flores

que me nacían

de la boca y

me depilé

el sexo,

como si fuera

una amante

en celo

que siempre se mantiene

imberbe.

Durante años,

incendié

sus sueños,

detonando

con mis uñas

las piedras

del camino y,

con toda la dulzura

de mi carne,

hice de madre

para nuestros

cachorros.

De vez en cuando,

entre pañales,

cortinas y

ladrillos,

yo conseguía

levantar

un poco

el vuelo y

bordar

un camino

propio

(sin más alas

que las del

trapo del polvo).

Hoy,

con el futuro

profesional

reventándome

la puerta,

necesito que él

haga lo mismo

conmigo.

Pero me temo que,

de la misma forma

que no se va a depilar

el “seso”,

tampoco

sabrá

(o querrá)

detonar

mi destino.

Yolanda Sáenz de Tejada

ÍNDICE

Voces de tantas otras. Prólogo de Ana Pardo de Vera

Un mundo mejor. Presentación de Silvia Gil Cerdá

Introducción

Ser feminista, la forma reflexiva de ser mujer. Ana de Miguel Álvarez

La mujer borrada. Laura Freixas Revuelta

El amor como acto político. Coral Herrera Gómez

Cuerpos cosificados. Yolanda Domínguez Rodríguez

Denunciar al patriarcado. Towanda Rebels

Lo político es feminismo. Lorena Morales Porro

La justicia sensible. Teresa Peramato Martín

Derrotar al enemigo. Luz Almeida Castro

La libre elección, el discurso mezquino. Laura Nuño Gómez

La maza contra la desigualdad. Pilar Llop Cuenca

Una bomba de relojería. Marina Marroquí Esclapez

El mayor amor del mundo es el de la primera persona. Pamela Palenciano Jódar

El impulso de remediar el mundo. Minou Tavárez Mirabal

La doble violencia en las mujeres con discapacidad. Teresa Palahí Juan

Sororidad siempre. Sonia Vivas Rivera

Patada al armario. Kika Fumero

La batalla de todas por todas. Marta Nebot Sánchez

Narradora de igualdad. Lydia Cacho Ribeiro

La liberación del activismo afrofeminista. Lucía Mbomio Rubio

La revolución más pacífica. Nuria Varela Menéndez

La dimensión global. Epílogo de Cristina Villanueva Ramos

Sobre la autora

Sobre la ilustradora

Agradecimientos

La vida me ha regalado muchas experiencias, pero ninguna comparada con la del feminismo. Gracias a esta lucha que te reconcilia de tanto dolor y te hace caminar en una sola dirección: la de ser una misma, he crecido conectada al compromiso de muchas mujeres valientes que antes que yo hicieron el mismo camino. A todas ellas les agradezco su ejemplo. De su semilla, hoy nace este libro.

En esa simiente hay un nombre de mujer que admiro y quiero porque además de no decaer en una lucha que es por todas, me regaló cinco presentes inmejorables. Gracias a Juana Rivas y a un acto que organicé para ella con el que recaudar dinero para comprar juguetes de Navidad para sus hijos, otras guerreras llegaron a mi vida y se instalaron en el compartimento mágico de la sororidad.

Ellas son mi genealogía cercana y el mejor ejemplo de lo que representa el feminismo radical como vía para tornar luz este mundo lleno de sombras. Gracias Marina Marroquí, Lorena Morales, Zúa Méndez y Teresa Lozano porque desde aquel diciembre en el que nos unimos para decir que Juana seguía estando en nuestra casa, nos reconocimos como hermanas para siempre. Por eso aquí no podíais faltar. También a una tocaya, que, aunque esté a 500 kilómetros de distancia, formó parte de aquel día y está igual de cerca: Nuria González.

Gracias por supuesto al resto de mujeres que hoy ponen el morado sobre el blanco. Referentes todas ellas que me dejaron colarme un rato de sus vidas para seguir aprendiendo y reafirmar que, si nosotras paramos, se para el mundo. Son Coral Herrera, Ana de Miguel, Marta Nebot, Kika Fumero, Pilar Llop, Minou Tavárez, Sonia Vivas, Luz Almeida, Teresa Peramato, Nuria Varela, Yolanda Dominguez, Laura Nuño, Laura Freixas, Teresa Palahí, Pamela Palenciano, Lucia Mbomio y Lydia Cacho.

Gracias también a Ana Pardo de Vera y Cristina Villanueva. A pesar de que su tiempo es escaso hicieron un hueco desde el cariño y son quienes abren y cierran con su talento y talante estas páginas que ahora empiezas. Y a Silvia Gil por su preciosa presentación. Ella sabe lo duro que es mantenerse firme en un mundo como el de la Guardia Civil que, aunque lo intenta, camina lento al destino de la igualdad.

Gracias a Vera Yin Yang por esta portada que es un regalo que nace de un alma bella como la suya. A veces se empieza llorando, pero acabar en el sitio que nos pertenece: el del yo fuerte, merece el esfuerzo. También a Yolanda Saénz de Tejada por regalarme(nos) dos poesías que son alas para nuestro corazón.

Y como no, a esta editorial capitaneada por Mercedes Pescador por confiar de nuevo en mí y tenderme la mano sin dudarlo. Y a mi editora favorita, Carolina Orihuela decirla que no hay mejor complicidad que la suya para este nuevo viaje a la tierra del feminismo.

Gracias a Jaime Estévez, fundador y director de Agora News. Hoy, un programa de televisión on line que empezamos hace tres años sin chiringuito alguno pero cargados de entusiasmo y ganas, tiene el mejor de los reconocimientos: la visibilidad de todas las protagonistas y el aprecio de quienes nos ven. Y el libro es el resultado de este camino andado.

Gracias también a mi familia. Sin ella, nada de lo que hoy soy y hago sería posible.

Y a ti, querida lectora, querido lector, gracias también por sumar y por hacer de tu complicidad por la igualdad eso que tan bonito decía Celia Amorós: Cuando se quiere la democracia, se quiere el feminismo.

image

image

Prólogo

Sumisión e Iglesia, violencia de género y discapacidad, amor romántico frente a pornografía violenta, educación y cultura, capitalismo y patriarcado, imagen y mujeres, proxenetismo y prostitución… No existen mujeres en el mundo para tanta desigualdad, pero sí hay mujeres que luchan contra ella y te convencen con razón y argumentos (y un profundo dolor histórico) de lo que debería ser ya una cuestión de fe laica: hoy necesitamos el feminismo como el aire que respiramos, entre otras cosas y apurando cruelmente la metáfora, porque sin feminismo, las mujeres dejamos de respirar demasiadas veces. Para siempre. Asesinadas o rotas de daño por la violencia machista.

Hay en este libro de Nuria Coronado voces feministas que interrumpen pensamientos: las voces de Silvia, Coral, Ana, Marta, Kika, Pilar, Marina, Towanda Rebels, Sonia, Luz, Teresa, Nuria, Yolanda, Laura, Marta, Lorena, Pamela, Susana, Lucía, Cristina… Conversan con la autora en el libro, pero se dirigen al mundo de frente y sin matices. Mujeres que luchan por otras mujeres que no pueden ni pudieron luchar. ¿No las oyen?

Desconozco en qué momento Nuria Coronado decidió reunirse con ellas para abrir en canal su experiencia y conocimientos y plasmarlo en Mujeres de frente —este libro que hoy vas a empezar a leer—, pero tenemos que celebrar ese día, esa ilusión y ese esfuerzo. Nuria deja en nuestras manos un estallido de educación en la igualdad y de denuncia por la igualdad.

Donde hay educación no hay distinción de clases. Ni de género, se apuntilla en estas páginas a Confucio sin pretenderlo. La gran asignatura pendiente en colegios, institutos y hogares, la educación en igualdad de género, sí se despliega, en cambio, en estas páginas con toda su crudeza, con voces que la reclaman explicando por qué no la tuvimos nunca y por qué la hemos reivindicado siempre.

Por qué, pese a la revolución feminista de este siglo 21, seguimos sufriendo violencia, explotación, precariedad, abusos o ninguneos, sobre todo, allí donde no se nos ve. Donde las mujeres no son más que lo que valen para otros, sea un maltratador o los dueños de un negocio de proxenetas y puteros.

Dar las gracias a Nuria y a quienes se enfrentan al patriarcado en este libro no es suficiente. La denuncia suele ser un ejercicio doloroso, pero pueden empezar por ahí: dando voz a estas voces que dan voz a otras. A tantas.

Ana Pardo de Vera
Periodista y directora de Público

image

image

Presentación

Poco después de conocer a Nuria, la vi exponerse delante de un foro muy complicado. Se expone a diario, me dirán. Sí, lo hace, pero yo tuve la suerte de ser testigo de su valentía en el tú a tú, en un medio en el que las ideas preconcebidas están insertas. Se le ofreció un reto y sin pestañear dijo que sí. Y allí estaba ella, mostrando con convencimiento su expertise.

La defino como una gran constructora (no me gusta emplear términos bélicos para hablar de feminismo). Es una parte muy importante del engranaje del feminismo actual en España. Ha focalizado su mirada en la creación de un mundo mejor y pone toda su inteligencia y empeño en conseguirlo. Está construyendo, aporta. “Es cuestión de tiempo que la igualdad se asiente en nuestro escenario de vida” es una de las frases que más escucho. Creo que no. El tiempo solo nos hace más viejas, más viejos. Nada se reconduce por sí.

Es periodista y esa parte de su ser es más que palpable. Escucha pacientemente y como si hubiera podido poner post-its mentales en cada una de las frases que ha dicho la persona a la que entrevista, los recupera, formula preguntas pertinentemente y desgrana el discurso. Ávida de saber y de entender, sin renunciar a sus fuertes convicciones. Sin duda, es digna de admiración. Incansable trabajadora por la igualdad, no permite que el desánimo se apodere de ella, por difíciles que sean las circunstancias.

Además, es especialista en crear redes. El feminismo nos ha hecho conscientes de que este trabajo de construcción es un trabajo en equipo. Mujeres y hombres juntos por y para la igualdad. Su mano siempre está tendida. Juntas somos más fuertes, juntas todo es posible. Y en eso está.

Te mereces ver ese mundo más justo que ansías, Nuria. Nos merecemos un mundo más sororo, un mundo más feminista.

Este libro Mujeres de frente es una muestra patente de la personalidad y la entrega a la causa de la igualdad de nuestra escritora: crea redes, explica con argumentos, indaga y construye.

Silvia Gil Cerdá
Comandante de la Guardia Civil

Introducción

Siempre detrás, borradas, invisibilizadas, ignoradas, ninguneadas. Ciudadanas de segunda e incluso sin ninguna clase. Así hemos estado y estamos las mujeres en el mundo. Nuestro lugar designado por el patriarcado es el del territorio del cero a la izquierda. Y allí, el volumen de nuestra voz ha sido también silenciado. Nuestra boca nunca fue nuestra.

Desde siempre se nos ha mandado callar, obedecer, entregar todo sin rechistar y gratis… Así se ha forjado la barra libre de un dolor inmenso del que el machismo ha bebido tanto que hasta se ha emborrachado de sí mismo y por ahí sigue dando tumbos. Brindar con nuestro dolor le sabe a gloria. No le importa el sufrimiento zurcido a trozos, el de cada uno de nosotras, con el que compone una guerra que no acaba. Una guerra contra nosotras que nos desangra, nos devasta, nos hiere, rompe nuestras almas y sueños.

Por eso escribo este libro, porque a pesar de este deseo incesante de hacernos morir en vida, hemos alzado la voz. Nos hemos resistido al destino impuesto. No teníamos nada más que perder y todo por ganar. De tanto que nos han quitado, tal y como canta Cristina del Valle, “nos han quitado hasta el miedo”. Somos mujeres de frente que nacen de quienes antes estuvieron igual. Enfrentándose a un sistema para cambiarlo. Luchando por lo que nos pertenece que es la mitad de todo.

Nos hemos hecho fuertes aun temblando, aun asesinadas, aun violadas, maltratadas, mal pagadas, culpabilizadas o no creídas. Hemos dicho no a seguir siendo sus putas, sus hornos, sus sirvientas, sus todo… y así haciendo de lo personal lo político vamos a mantenernos, dándonos las manos, juntas. Diciendo no a todo lo que sea sinónimo de desigualdad.

Estas páginas con 20 mujeres de rompe y rasga son el mejor ejemplo. Todas y cada una de ellas combaten en el día a día la mayor injusticia que ha habido desde que el hombre es hombre machista. Son el mejor homenaje que he encontrado para hacerles. Son una pequeña muestra de la gran genealogía de guerreras que están al frente de la dignidad de todas y todos… Por que donde hay borrones impuestos mi cuenta nueva siempre es una: visibilizarlas.

Mientras haya quienes usan palabras y políticas a modo de balas contra nosotras, las feministas nos mantendremos de frente. Estaremos erguidas, de pie, libres, combativas, seguras, mostrando quienes somos y lo que hemos sido. Estamos hartas de que pasen los siglos y de seguir reclamando nuestra parte. Estamos cansadas de seguir siendo, tal y como decía la periodista Carmen de Burgos, “la masa inerte al lado de la actividad social masculina”. Aspiramos a compartir con el hombre obligaciones al mismo tiempo que derechos. “Queremos tornarnos en la criatura consciente y digna llamada a colaborar y preparar un porvenir dichoso».

Un porvenir en el que ni asesinadas se habrá acabado con nosotras. “Nos quisieron enterrar, pero no sabían que éramos semilla”. Porque no se puede acabar con la mitad del mundo cuando ha soltado sus cadenas del opresor.

image

image

© Montserrat Boix

Inmensa, tanto por su sabiduría como por su corazón. Así es Ana de Miguel, una maestra con el don de derribar los muros del patriarcado y hacernos ver el horizonte inmenso y violeta a base de palabras y preguntas. Y es que esta referente, que cada día se siente “más filósofa y por lo tanto más feminista y viceversa”, se apoya en las reflexiones y los razonamientos para divisar “el lugar que se nos ha impuesto históricamente a las mujeres en el mundo” y colocarnos en el que nos pertenece por justicia histórica.

Una reubicación que la discípula de Celia Amorós y Amelia Valcárcel logra poniendo el GPS del feminismo en dirección al momento presente. “Tenemos que comprender dónde estamos para saber a dónde vamos”, asegura. “Mis maestras han comprendido que las mujeres tenemos la capacidad de pensar en el sentido de la vida y de la Humanidad y tomar las riendas y ponernos a cambiar el mundo”, añade.

Sin embargo, el problema para lograrlo no es solo “que históricamente nos hayan borrado de todo y solo queden y estén los nombres de ellos”, sino que, como aclara de Miguel, en disciplinas tan básicos para la evolución del mundo como la Filosofía todo tiene y se nombra en masculino. “El problema de la Filosofía, como del resto de disciplinas, no es solo que Rousseau, Kant o Aristóteles hayan dado un sentido a la vida de los varones y otro al de las mujeres. El problema es que lo que es verdad para los hombres es falso para las mujeres cuando la Filosofía es la reflexión universal”.

Y ejemplos, para desgracia nuestra, no faltan. “En la moral sexual siempre hubo una doble moral sexual conceptualizada por filosofía. Mientras que la promiscuidad sexual era un valor sexual para ellos, para las mujeres era el desvalor, una pérdida. De ahí viene la expresión de que se había echado la vida a perder. ¡Qué filosofía es aquella hecha por y para los varones y a la que llaman filosofía humana! Hasta que no llega el feminismo no hay filosofía alguna. Si todo empieza en que lo verdadero es la esencia tiene que ser igual para ambos. Si algo es bueno para mí lo es para un hombre, con esta universalización se hace filosofía”.

Ahondando en el machismo filosófico

Para Ana de Miguel esta no filosofía vendida por su gran patrocinador, el patriarcado, es la clave de que el mundo nos duela siempre a nosotras de diversas maneras. “Rousseau, que es nombrado como el filósofo igualitarista, contribuye al discurso de la diferencia. Él decretó que el sentido de la vida de las mujeres era el de servir a los hombres. Las mujeres no podemos seguir siendo un pequeño detalle, tenemos que darnos conciencia e importancia, tomarnos en serio lo que los filósofos, antropólogos o cualquiera han dicho de nosotras, porque eso significa tomarnos en serio a toda la Humanidad. Cuando las filósofas como yo nos hemos tomado en serio la tarea de pensar hemos visto la exclusión y la subordinación. Desde el ágora para los griegos, la religión para los medievales o la Ilustración del siglo XVIIII hemos sido segadas de todo. Platón y Aristóteles negaron que el espacio público fuese un lugar permitido para las mujeres. Ellos construyeron un discurso diferente en el que la diferencia y la complementariedad era la de tener proyecto de vida y por otro lado que las mujeres estuvieran sin derechos políticos ni civiles. Lo nuestro solo iba de hacer nuestras vidas fáciles y agradables”.

La escritora y conferenciante habla de cómo lo construido a través de esta negación es una sociedad inhumana hasta un grado impresionante. “En esa sociedad una cosa es legitimar la violencia contra el enemigo (en las diferentes guerras de la historia hay que ir a luchar contra el otro bando) y otro es perpetuar y legitimar la violencia contra las personas que están en una situación inferior como en el caso de la violencia patriarcal”.