Introducción

Desde la antigüedad, los recursos hídricos han estado ligados al establecimiento y formación de los asentamientos humanos, así como el uso de los frentes de agua ha ido cambiando a lo largo del tiempo. Por ejemplo, en las ciudades preindustriales las zonas frente al mar eran utilizadas para actividades comerciales, estableciéndose una estrecha relación entre las líneas de costa y el desarrollo y crecimiento.

Esta relación se interrumpió con la era industrial y se dio lugar a usos como grandes puertos comerciales, industriales, de almacenaje y transporte (Marshall, 2001). Posteriormente, tras la evolución de la tecnología y, con ello, de los cambios en las formas de transporte, las actividades portuarias se trasladaron fuera de las ciudades. Las plantas industriales y la infraestructura ya obsoleta fueron abandonadas, generándose una serie de problemas ligados no sólo a la contaminación de las líneas de costa, producto de las actividades industriales, sino también al deterioro urbano de las zonas portuarias, a causa del descuido del paisaje estético de los frentes de agua (Breen, 1996).

Sin embargo, desde la década de los ochenta, para revertir los efectos del deterioro —físico, social, y económico— de los centros de ciudad y de otras partes importantes de la misma, así como de la creciente preocupación por la temática de la calidad ambiental y el uso sustentable de los recursos naturales, los proyectos de regeneración urbana en frentes de agua se han convertido cada vez más en estrategias de los gobiernos estatales y locales para impulsar que las antiguas zonas portuarias sean revalorizadas y revitalizadas en nuevas direcciones (Breen y Rigby, 1994).

Así, la reavivación de los frentes de agua es una tendencia que ha tenido lugar en todo el mundo durante las últimas tres décadas y ha crecido en popularidad. Estas intervenciones se han enfocado en el objetivo de cambiar la identidad de las ciudades para convertirlas en mejores lugares para vivir, y en fomentar los beneficios ecológicos y sociales de la revitalización urbana de estas zonas (Smith y García, 2012). Se evidencia, cada vez más, que los frentes de agua se están transformando en áreas residenciales y recreativas, combinándose con actividades comerciales, de oficinas y funciones de servicio capaces de impulsar un desarrollo sostenible de las ciudades (Dale, Dushenko y Robinson, 2012).

Bajo este marco, el objetivo general del capítulo es ofrecer un panorama de recientes experiencias de renovación de frentes de agua, que sirva de base para contextualizar los fenómenos territoriales a los cuales se enfrentan la revitalización de éstas zonas, y analizar qué elementos de sustentabilidad urbana incorporan tales intervenciones.

Para ello, se tomaron en cuenta diferentes latitudes que evidencian cómo distintas ciudades en contextos diversos han y están experimentando nuevas formas de hacer frente a un desafío particular de desarrollo en las zonas que bordean un canal, el mar o un río.

El estudio escapa al recorte territorial hacia proyectos iberoamericanos, pero presenta tres casos de particular interés que ofrecen un mayor horizonte de desafíos en la renovación de frentes de agua, así como de estrategias exitosas de intervención que pueden ser consideradas como prácticas de planeación urbana sustentable.

El primero es un proyecto ya consolidado en la ciudad de Montreal, el cual recuperó su antiguo puerto y cambió la vocación comercial de la zona hacia el turismo y la cultura. Posicionó el viejo puerto en uno de los principales atractivos de la ciudad.

El segundo caso se encuentra en la ciudad de Ghent, en Bélgica, donde un nuevo barrio construido en la obsoleta zona industrial, ubicada en el antiguo puerto, contribuye a solucionar los actuales déficits de vivienda y a recuperar y revalorizar el pasado industrial de los antiguos astilleros, a la vez que impulsa un nuevo entorno urbano vibrante frente a los canales de agua.

Finalmente, en el ámbito iberoamericano, el tercer ejemplo lo encabeza el premiado proyecto Parque Madrid Río, el cual recuperó el eje fluvial que había limitado el cauce del río a una estrecha franja lineal a causa del desarrollo de la ciudad, para crear un corredor verde que rehabilitara y renovara la edificación de los barrios limítrofes al frente de agua, así como corredores peatonales verdes que unen distintos parques urbanos con el centro de la ciudad.

Nuevas estrategias de revitalización urbana de los frentes de agua

El nuevo-viejo puerto: Montreal, Canadá

La renovación del viejo puerto de Montreal es un ejemplo de cómo una intervención de planeación urbana ha restablecido la vocación del puerto hacia un espacio urbano dedicado a la recreación, el turismo y la cultura.

A finales de la década de los setenta, tras la caída de su actividad, y con el objetivo de ocupar la zona histórica que se había quedado vacante por el movimiento del puerto, el gobierno de Canadá creó una corporación para gestionar, desarrollar y sostener nuevas actividades en la zona. Se establecieron dos unidades de negocio: los muelles del viejo puerto de Montreal y el Centro de Ciencias de Montreal (Old Port Montreal, 2005).

Para la renovación urbana fue necesario: eliminar las antiguas líneas de ferrocarril que existían y establecer un parque lineal a lo largo de la zona histórica, mejorar el acceso al río, y establecer actividades y proyectos comerciales que son operados directamente por la Corporación (los estacionamientos, el Port d’escale, la Torre del Reloj de la playa, y el Centro de Ciencias de Montreal) (Old Port Montreal Corporation, 2005).

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Imagen 1. Estacionamientos, el Port d’escale, la Torre del Reloj de la playa y el Centro de Ciencias de Montreal. Fotografía: Natalie Rosales.

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Imagen 2. Parque lineal en las antiguas vías del ferrocarril. Fotografía: Natalie Rosales.

Para ello, se elaboró un plan maestro cuyo objetivo principal fue mejorar la infraestructura marítima y revitalizar la zona del puerto a través de un proceso de participación pública que fomentara su redescubrimiento.

El nuevo-viejo puerto de Montreal se inauguró en 1992, en el 350 aniversario de la fundación de Montreal. Posteriormente, en 2005, el gobierno y la Corporación del Viejo Puerto de Montreal crearon un plan con una visión de desarrollo para el periodo 2005-2015, con la finalidad de mejorar la infraestructura cultural y aumentar el turismo en la zona (Old Port Montreal Corporation, 2005).

Hoy por hoy, el nuevo-viejo puerto alberga actividades y servicios turísticos que se llevan a cabo en las cuencas, parques y otros espacios modificados en el sitio. Existen cruceros, excursiones, paseos y atracciones marítimas por el río, que promueven su valor histórico y cultural, además de restaurantes, boutiques de verano y el Centro de Ciencias de Montreal.

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Imagen 3. Espacios convertidos en el sitio (restaurantes y boutiques de verano). Fotografía: Natalie Rosales.

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Imagen 4. Entrada a Puerto Viejo Montreal. Fotografía: Natalie Rosales.

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Imagen 5. Parques del Puerto Viejo Montreal. Fotografía: Natalie Rosales.

Actualmente Puerto Viejo Montreal recibe alrededor de seis millones de visitantes al año y se ha posicionado como una de las zonas de recreación más populares de la ciudad.

Nueva vida en los viejos astilleros: Ghent, Bélgica

En los antiguos astilleros donde se reparaban los buques de la ciudad de Ghent, ubicados en las inmediaciones de los tres muelles más antiguos: Houtdok (en el norte), Handelsdok (en el centro) y Achterdok (en el sur), se está desarrollando un proyecto habitacional que busca rescatar el rico pasado industrial, e impulsar un nuevo y vibrante barrio que bordee el frente de agua, y con ello reutilizar el área de los antiguos astilleros, los cuales —debido al declive en la producción de la industria de algodón en el siglo xx, junto con la crisis económica de los años treinta del mismo siglo— generaron que las actividades portuarias se movieran poco a poco de la zona alrededor de los viejos astilleros hacia un nuevo puerto (Dokgent, 2014).

El área se ubica al este del centro histórico de la ciudad y cuenta con una superficie aproximada de 414,000 m2 y mide 13.6 ha de canales de agua. El proyecto surgió de la necesidad de resolver la problemática de escasez de viviendas, debida al crecimiento de la ciudad estudiantil —dentro de 10 años se espera un incremento de 8,500 viviendas—. Sus principales objetivos son: detener la migración de la ciudad —familias jóvenes y de la tercera edad—; fomentar la vida en la ciudad, y reutilizar el área de los antiguos astilleros.

La renovación incluye la construcción de alrededor de 1,200 unidades de vivienda, de las cuales se contempla que 20% sea vivienda social, 20% sea vivienda modesta y 60% sea vivienda de libre mercado. Las distintas tipologías habitacionales destinadas a una gran diversidad de usuarios —gente joven, hogares con niños, personas de la tercera edad— incluyen desde nuevas modalidades como cohousing —casas flotantes que están amarradas verticalmente sobre los muelles—, lofts —ubicadas en antiguas estructuras industriales— y viviendas tradicionales (Revitalisering Oude Industriehavens, 2014).

La construcción de viviendas en un entorno rodeado por más de 18 ha de agua (canales) y parques estará conectada con el resto de la ciudad a través de la extensión del transporte público y tres puentes para peatones y bicicletas. Para impulsar el desarrollo de la zona y de los barrios de los alrededores, y que los viejos astilleros se conviertan en parte del centro de la ciudad, se contempla la introducción de servicios adicionales —escuelas primarias, guarderías, una biblioteca y un área para realizar deportes— y espacios públicos abiertos de alta calidad construidos en ambos lados del canal, además de un sector de oficinas de innovación y nuevas tecnologías, áreas de servicios y tiendas.

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Imagen 6. Plano del proyecto. Fuente: Revitalisering Oude Industriehavens, 2014.

Otro aspecto relevante es que se prevé que las viviendas incluyan elementos de sostenibilidad, como arquitectura pasiva y de bajo consumo energético o sistemas de calefacción alternativos.

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Imagen 7. Perspectiva del proyecto. Fuente: Revitalisering Oude Industriehavens, 2014.

La propuesta ha sido impulsada por el ayuntamiento de la ciudad de Ghent en coordinación con la diputación de la provincia de Flandes Oriental desde el 2011. En el proceso se han buscado socios que colaboren con la visión, la experiencia y el financiamiento. Ello bajo un procedimiento transparente y ágil que permita la puesta en marcha del proyecto (Dokgent, 2014). Por lo que se elaboró un plan maestro en el que se estableció el marco financiero, el desarrollo urbano y la calidad arquitectónica, elementos de sostenibilidad, el enfoque del proyecto, y las fases de instrumentación.

Estas últimas se dividen en dos. La primera contempla la construcción de edificios administrativos de la ciudad de Ghent; biorremediación de los canales, así como la de un puente peatonal que será la primera conexión con el centro de la ciudad y la de un muelle con 34 lugares de amarre para casas flotantes, un área definida con funciones mixtas, privadas y públicas, que pueden ser un ejemplo para el desarrollo integral y que se prevé creara un importante efecto de atracción. La segunda comprende la edificación de un clúster de servicios públicos y proyectos habitacionales de departamentos.

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Imagen 8. Loft construido en las antiguas estrucuras industriales de los astilleros. Fotografía: Natalie Rosales.

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Imagen 9. Casas flotantes. Fotografía: Natalie Rosales.

A la fecha se ha comenzado la construcción de los primeros tres puentes peatonales y de bicicletas, y la renovación del muelle en donde se amarrarán 34 casas flotantes.

A la espera de la evolución del proyecto entero, en el espacio se ofrece cine, exposiciones, teatro y deportes para los habitantes del barrio y el resto de los ciudadanos de Ghent.

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Imagen 10. Muestra de cine en los viejos astilleros. Fotografía: Natalie Rosales.

Madrid Río, Madrid, España

El proyecto de la red verde en los márgenes del río Manzanares surge como una iniciativa para recuperar la relación de los ciudadanos con el ámbito fluvial y el cauce canalizado.

El río se asienta sobre una cuenca de 69 km y recibe en su recorrido agua de más de 30 arroyos. El crecimiento urbano de la ciudad de Madrid, desde la primera mitad del siglo xx hizo que el tejido urbano se aproximara a los límites del cauce dejando en ciertos tramos una estrecha franja, rígida y lineal distancia de la ribera que se prolonga de norte a sur. Posteriormente, en la década de los setenta se construyó el arco oeste de la autopista M-30, limitando el río en ambos márgenes por los carriles de circulación, lo que hizo que éste quedara completamente aislado, inaccesible e invisible (Parque Lineal de Manzanares, 2014).

Entre 2003 y 2007 se llevó a cabo una obra de entierro del arco oeste de la M-30 en el ámbito del río, aspecto que hizo posible la liberación de más de 50 ha de terreno ocupado por calzadas y coches, con la intención de recuperar el eje fluvial y crear un eco eje que estuviera conectado por zonas verdes y jardines históricos, logrando que una de las zonas de la ciudad más degradada y descuidada se convertirá en una de las más bellas y de mayor calidad ambiental (Ayuntamiento de Madrid, 2007).

El objetivo fundamental del proyecto es la revitalización integral a la escala del barrio y ciudad, creando nuevas oportunidades frente al río, que contribuyan a ordenar, renovar, cualificar la imagen y funcionalidad del conjunto edificado. Esto a partir del establecimiento del eje medioambiental del Manzanares y de la revitalización del eje de interés histórico-artístico, ambiental y cultural recoletos-prado. Todo ello contribuirá a transformar las relaciones entre el centro histórico, el río y los distritos de la periferia, y a fundar nuevos focos de centralidad y áreas de oportunidad y competitividad en la ciudad. (Ayuntamiento de Madrid, 2010).

Por consiguiente, ha diseñado el Plan Director de rehabilitación del entorno del río Manzanares que concibe, en sucesivas aproximaciones o escalas —que van desde el ámbito territorial o estratégico al local o específico—, una serie de directrices que han sido pensadas para coordinarse con las actuaciones de la Empresa Municipal de Vivienda y Suelo, la ordenanza municipal de conservación, rehabilitación y estado de conservación de la edificación (ITE) o actuaciones singulares en una primera etapa. Entre las medidas contempladas en el plan sobresalen:

  1. Constituir un eje medioambiental vertebrador de la ciudad desde el Monte de El Pardo hasta el límite con Getafe, articulado a través del Proyecto Madrid Río.
  2. Ordenar, desarrollar y urbanizar el espacio público existente en las riberas del Manzanares, en particular los terrenos recuperados con el soterramiento de la M-30 oeste.
  3. Posibilitar el proceso de apropiación por los ciudadanos madrileños de este nuevo espacio público, mediante la participación e información ciudadana, la accesibilidad y disfrute del ámbito y su integración con otros ejes lúdicos y culturales de la ciudad.
  4. Mejorar la integración urbana entre el centro y los distritos del sur y el este de la ciudad, transformando el río Manzanares de barrera urbana a un ámbito de encuentro ciudadano y conexión entre barrios y equipamientos.

El proyecto ha sido desarrollado por la Coordinación General de Proyectos Singulares e implica la coordinación de la Dirección General de Planeamiento Urbanístico / Dirección General de la Oficina del Centro. Cabe destacar que para la realización del plan se dividieron las estrategias de actuación en ocho proyectos, todos incluyen: regeneración e integración entre el paisaje y la actividad humana de los márgenes del río en toda su longitud; incorporación del río como doble línea de fachada que configurará un conjunto enlazado de espacios verdes que se infiltra en la ciudad; nuevo sistema de movilidad y accesibilidad; integración y calidad urbana de los barrios limítrofes al río, y protección y revalorización del patrimonio histórico.

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Imagen 11. Construcción del proyecto río Manzanares. Fuente: Ayuntamiento de Madrid, 2007.

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Imagen 12. Río Manzanares. Fuente: Ayuntamiento de Madrid, 2007.

Elementos de sustentabilidad que incorporan

Como se ha observado, los tres casos de estudio ilustran que los frentes de agua constituyen una oportunidad para la revitalización urbana y la generación de beneficios en términos ecológicos, económicos, sociales y territoriales.

Estos elementos representan una guía para saber cuáles son los puntos clave en que los proyectos de renovación y reutilización de los frentes de agua pueden contribuir a los ejes de un urbanismo sustentable. A continuación se esbozarán cuatro puntos clave identificados.

Punto clave 1. Reciclaje urbano e innovación territorial

Como se observa en los casos de estudio, las zonas que bordean a los frentes de agua, en ocasiones han sido abandonadas, ya sea por la obsolescencia de la infraestructura, por el cambio en las dinámicas urbanas, por procesos históricos de declive en ciertas formas de producción y transporte o por el cambio en el uso de nuevas tecnologías. Sin embargo, lo que evidencian los tres proyectos es que el reuso y regeneración de las áreas vinculadas con los cuerpos de agua —ya sea mediante la recuperación e incorporación de los antiguos puertos e infraestructuras obsoletas o la vinculación de las riberas de ríos al tejido urbano existente— fomenta el reciclaje urbano y el desarrollo compacto de la ciudad, además de constituir una estrategia eficaz para detonar procesos de desarrollo económico y revalorización urbana que generen cambios potenciales no sólo en el lugar específico, sino en el conjunto de la ciudad en el mediano y largo plazo.

Cuadro 1
Elementos de sustentabilidad que incorporan los proyectos • Aumentar la vitalidad cultural de los espacios públicos.

  • Maximizar el beneficio público de los frentes de agua a través del acceso físico y visual, y su conexión con el tejido urbano existente.
  • Incrementar la cantidad de parques y otros espacios públicos.
  • Permitir usos mixtos compatibles a lo largo de las zonas que bordean los frentes de agua.
  • Crear proyectos que impulsen el valor económico de las zonas que bordean los frentes de agua.
  • Restaurar, proteger y mejorar la calidad del agua y de los recursos naturales que están intrínsecamente vinculados a estos ecosistemas.
  • Involucrar a la comunidad como un socio activo de la revitalización.
  • Fomentar la participación de distintos actores sociales (agencias gubernamentales, desarrolladores, organizaciones comunitarias, grupos ambientalistas).
  • Incluir criterios de diseño urbano sustentable (impulso a eficiencia energética de la edificación, la gestión de producción y consumo de energía, agua, materiales y residuos).
  • Reutilizar y mejorar la infraestructura existente.
  • Mejorar la gestión de los recursos hídricos.
  • Mejorar el medio ambiente urbano.
  • Mejorar el paisaje urbano.
  • Promover valores históricos y medioambientales.
  • Fomentar el balance de usos del suelo para satisfacer las necesidades de los residentes, visitantes, y de las comunidades ecológicas.

Fuente: Elaboración de la autora.

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Imagen 13. Reciclaje urbano. Fotografía: Natalie Rosales.

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Imagen 14. Revalorización urbana. Fotografía: Natalie Rosales.

Igualmente, el reciclaje urbano permite crear el ambiente propicio para impulsar nuevos desarrollos y modelos urbanos que incluyan normas de diseño urbano de alta calidad y consideraciones en materia de sostenibilidad urbana como: edificación y construcción sostenible, ciudades compactas, estrategias innovadoras para reinventar el uso de viejos espacios, así como la promoción de zonas de la ciudad complejas y diversas.

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Imagen 15. Nuevas centralidades. Fuente: Revitalisering Oude Industriehavens, 2014.

Por ejemplo, en los tres casos de estudio se fomenta la diversidad de usos culturales, comerciales y de vivienda, y la mezcla funcional y social. Destaca también la relevancia de conectar, tanto funcionalmente como desde el punto de vista de la accesibilidad, las zonas de con frente de agua con el tejido urbano; de tal manera que éstos se conviertan en nuevos espacios públicos en la ciudad.

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Imagen 16. Playa temporal en la vieja zona industrial Ghent. Fotografía: Natalie Rosales.

Así, la revaloración de dichas áreas genera nuevas centralidades que fomentan el uso intensivo de espacios abiertos y públicos que permiten la recuperación y recualificación de suelos en desuso en el interior del ámbito urbano y la renovación del tejido de actividades sociales y económicas.

Asimismo, se conecta con la ciudad mediante opciones de transporte sostenibles para desplazarse dentro y fuera de los puertos y canales. Por ejemplo, el viejo puerto de Montreal, donde el transporte marítimo que cruza el río San Lorenzo se enlaza con la principal red de carriles bici de la ciudad, o los puentes en Ghent que unirán los canales con el centro de la ciudad.

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Imagen 17. Perspectiva de los puentes en Ghent que conectarán los canales con el centro de la ciudad. Fuente: Revitalisering Oude Industriehavens, 2014.

Punto clave 2. Desarrollo de estrategias ambientales para la mejora del medio ambiente urbano

La calidad ambiental de los sistemas de arroyos, ríos, canales, lagos, bahías y el mar es un requisito previo para todos los desarrollos de los frentes de agua. Aunque también se incluye la conservación y recuperación de los sistemas ecológicos que alojan a plantas, anfibios y aves propias de estos ambientes, y su función como espacio de encuentro público en la ciudad y de vinculación con la naturaleza y con los procesos que sustentan la vida (Farr, 2007).

Los distintos proyectos de renovación incorporan consideraciones ambientales, entre ellas la biorremediación y la recuperación del agua como un elemento de calidad ambiental dentro del desarrollo. También abordan cómo las riberas y los cursos fluviales pueden convertirse en grandes conectoresentre hábitats dentro de la ciudad y las periferias urbanas, lo cual aumenta la permeabilidad urbana.

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Imagen 18. Espacios naturales en Puerto Viejo Montreal, Canadá. Fotografía: Natalie Rosales.

De ahí que se pueda concluir que los proyectos de rehabilitación y renovación vinculados con los frentes de agua pueden ser aprovechados no sólo como elementos detonantes de procesos económicos, sino también como estrategias para aumentar la biodiversidad en las ciudades y acercar a los ciudadanos a espacios naturales en el interior de la trama urbana.

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Imagen 19. Parque lineal del río Manzanares. Fuente: Ayuntamiento de Madrid, 2007.

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Imagen 20. Impulso a actividades recreativas. Fotografía: Natalie Rosales.

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Imagen 21. Amphi-bus. Fotografía: Natalie Rosales.

Punto clave 3. Rehabilitación y reutilización del patrimonio cultural y natural para reafirmar la identidad histórica

El agua es una parte del paisaje urbano que además de ser utilizada para funciones del transporte marítimo y fluvial, entretenimiento y cultura, permite mantener la herencia colectiva en la que se vinculan el agua y la ciudad, eventos, patrimonio histórico y natural (Ritchie y Randall, 2009). Esto constituye un aspecto fundamental en el fortalecimiento de la identidad cultural y urbana de las ciudades.

Este tercer elemento expone las posibilidades de rescatar la memoria histórica de los frentes de agua, ya sea a través de la recuperación de la relación de los barrios y la ciudadanía en general con el río, la rehabilitación de infraestructuras vinculadas a los usos dependientes del agua o mediante el impuso de actividades recreativas. Por ejemplo, el amphi-bus, un autobús que se convierte en barco y explora la zona histórica de Montreal y el Puerto Viejo Montreal, ofrece una experiencia inusual de la ciudad y el río.

También destacan los viejos astilleros de Ghent, pues mantienen el carácter histórico de la zona reutilizando elementos del patrimonio arquitectónico e industrial.

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Imagen 22. Reutilización y recuperación de las viejas estructuras industriales de los viejos astilleros en Ghent. Fotografía: Natalie Rosales.

Punto clave 4. Participación de distintos actores sociales

Las estrategias de intervención para revitalizar las áreas ligadas a los frentes de agua son el resultado de la combinación de acciones en diferentes ámbitos: social, cultural, económico y ambiental. Igualmente, son procesos a largo plazo que requieren de coordinación intergubernamental e intersectorial, así como de alianzas público-privadas, en que todos los actores se beneficien de las potencialidades de la renovación de la zona. En este sentido, en los tres proyectos es posible observar que las estrategias de intervención incluyen el punto de vista de diferentes actores sociales, así como los medios adecuados para la gestión de los proyectos en corto, mediano y largo plazo.

Asimismo, en estos procesos de renovación, las autoridades públicas han velado por garantizar que exista un equilibrio entre el beneficio público y la rentabilidad de los desarrolladores, con la finalidad de que las asociaciones fomenten el bienestar y la cohesión social —parques, espacios abiertos, plazas, acceso del público, corredores, mezcla de vivienda de libre mercado e interés social.

Para lo cual se requiere de la creación de instrumentos financieros y de gestión, en los tres casos particulares: la Corporación de Puerto Viejo Montreal y su alianza con la sociedad inmobiliaria de Canadá y el Centro de Ciencias de Montreal; la búsqueda de socios comerciales que detonen y aceleren el proceso de instrumentación de los proyectos en la ciudad de Ghent, donde participaron el ayuntamiento, la diputación de distintas provincias, la Unión Europea y diversos agentes de desarrollo inmobiliario, y la colaboración intergubernamental entre la Coordinación General de Proyectos Singulares, la coordinación de Planeamiento Urbanístico y la Empresa Municipal de Vivienda y Suelo, en el proyecto Madrid Río.

De igual manera, resalta el papel preponderante que la ciudadanía y las comunidades locales están jugando cada vez más como fuerza motriz para el redescubrimiento y revitalización de las zonas ligadas a los frentes de agua, así como en el impulso a iniciativas para mejorar las condiciones urbanas que fomenten un desarrollo sostenible.

En resumen, es posible observar cómo los planes maestros flexibles están ganando terreno en el ámbito de la planeación y gestión de grandes proyectos urbanos, como la revitalización de los frentes de agua. Los planes establecen una visión a largo plazo e incluyen etapas y fases de reconstrucción de la totalidad del desarrollo, pero incorporan proyectos específicos detonadores de sinergias a corto plazo que contemplan usos temporales y enfoques participativos de abajo hacia arriba, con una autogestión más inmediata y una perspectiva local.

Conclusiones

Los frentes de agua son un elemento fundamental en la planificación y gestión de las ciudades contemporáneas, que permiten emprender acciones de sustentabilidad urbana. Esto es lo que los proyectos presentados han evidenciado.

Hoy por hoy, la renovación y revalorización de los frentes de agua están asumiendo nuevos significados, en los que la innovación, la puesta en marcha de estrategias ambientales, la rehabilitación y reutilización del patrimonio cultural y natural, y la coordinación intergubernamental e intersectorial en beneficio de alianzas público-privadas que fomenten el bienestar y la cohesión social, pueden convertir un entorno deteriorado, o en desuso, en un nuevo espacio físico que reinvente la línea de costa, el caudal del río, y lo direccione como un nuevo escenario público que se vuelva la expresión de su lugar y tiempo.

Fuentes consultadas

Bibliografía

Breen, Anne y Dick Rigby (1994), Waterfronts: Cities reclaim their edge, Nueva York, McGraw-Hill Professional Publishing.

Breen, Anne (1996), The new waterfront: A worldwide urban success story, Singapur, McGraw-Hill.

Dale, Anne, William Dushenko y Pamela Robinson (eds.) (2012), Urban sustainability: Reconnecting space and place, Toronto, University of Toronto Press.

Farr, Douglas (2007), Sustainable urbanism: Urban design with nature, Nueva Jersey, Wiley & Sons, Inc.

Marshall, R. (2001), Waterfronts in post-industrial cities, Londres, Spon Press.

Ritchie, Adam y Tomas Randall (2009), Sustainable urban design: An environmental approach, Nueva York, Taylor & Francois.

Smith, Harry y María García (eds.) (2012), Waterfront regeneration: Experiences in city-building, Edimburgo, Routledge.

Recursos electrónicos

Ayuntamiento de Madrid (2007), “Proyecto Madrid Río; proyectos singulares”, documento pdf disponible en: <https://goo.gl/R4vE5b> [Consulta: 2/10/2014].

Ayuntamiento de Madrid (2010), Plan Director de rehabilitación del entorno del río Manzanares, documento pdf disponible en: <https://goo.gl/Bk9WWM> [Consulta: 18/01/2010].

Dokgent (2014), “Dokland Projectc”, sitio disponible en: <//dokgent.be/> [Consulta: 11/11/2014].

Old Port Montreal (2005), “Activities and programming”, sitio disponible en: <http://www.oldportofmontreal.com/> [Consulta: 28/11/2014].

Old Port Montreal Corporation (2005), “The Old Port of Montreal Corporation History”, sitio disponible en: <https://goo.gl/A2p8po> [Consulta: 28/11/2014].

Parque Lineal del Manzanares (2014), “EL Grupo de Investigadores del Parque Lineal (gipl)”, sitio disponible en: <http://www.parquelineal.es/gipl/> [Consulta: 21/11/2014].

Revitalisering Oude Industriehavens (2014), “Ghent Project”, sitio disponible en: <http://www.roi-project.be/> [Consulta: 08/10/2014].

Falsa

El Colegio Mexiquense, A.C.


Dr. Víctor Humberto Benítez Treviño

Presidente

Dr. José Antonio Álvarez Lobato

Secretario General

Dr. Miguel Ángel Ruz Barrio

Coordinador de Investigación

Agradecimientos

La planeación de este libro ocurrió durante el II Congreso Iberoamericano de Suelo Urbano (II cisu), llevado a cabo en el Palacio de los Matrimonios, el Colegio Universitario de “San Gerónimo” y el Convento de San Francisco de Asís, en La Habana Vieja, Cuba, en diciembre de 2014. Por ello, es oportuno agradecer a quienes lo hicieron posible.

A la doctora arquitecta Patricia Rodríguez Alomá, directora del Plan Maestro para la Revitalización Integral de La Habana Vieja Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana, y a la arquitecta Clara Susana Fernández, por coordinar el Comité Organizador. Asimismo, al doctor Miguel Padrón Lotti, quien asumió la Coordinación del Comité Científico Cubano.

A El Colegio Mexiquense, A.C., que ha sido desde hace seis años la sede de la coordinación general del Comité Permanente del Congreso Nacional, y ahora del Iberoamericano de Suelo Urbano; también, desde hace cuatro, del Comité Científico, a cargo de Carolina I. Pedrotti. Esta coordinación contó con el apoyo permanente de Sofía Espinoza y, desde octubre de 2013, de Elda Gómez.

Como parte del Comité Organizador, reconocemos el apoyo de las instituciones de América Latina y la Península Ibérica que se comprometieron con nosotros en esta tarea: el Plan Maestro para la Revitalización Integral de La Habana Vieja, adscrito a la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana; el Instituto de Planificación Física (Cuba); el Instituto del Conurbano de la Universidad Nacional de General Sarmiento de Argentina; la Federación Iberoamericana de Urbanistas (fiu); la Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación, y la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu), de México.

También a las instituciones que integran el Comité Organizador y el Comité Científico del Congreso Iberoamericano de Suelo Urbano: Sedatu, a través de la Dirección General de Desarrollo Urbano y Suelo; Comisión para la Regularización de la Tenencia de la Tierra (Corett), a través de la Dirección de Planeación y Desarrollo Institucional; Instituto de Administración y Avalúos de Bines Nacionales (Indaabin); oficina de la onu-Hábitat en México; Asociación Nacional de Instituciones de la Enseñanza de la Planeación Territorial, Urbanismo y Diseño Urbano, A.C.; El Colegio de México, a través del Centro de Estudios Demográficos, Urbanos y Ambientales (cedua); Foropolis; Universidad Nacional Autónoma de México (unam), a través del Programa Universitario de Estudios sobre la Ciudad, del posgrado en Urbanismo y del Instituto de Investigaciones Sociales; Universidad de Guadalajara, a través del Departamento de Estudios Regionales; Colegio Universitario de San Gerónimo; Instituto Superior Politécnico “José Antonio Echeverría” (ispjae); Instituto de Planificación Física, a través del Departamento de Investigaciones; oficina de la onu-Hábitat en Cuba; Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (pnud), y Unión Nacional de Arquitectos e Ingenieros de la Construcción de Cuba.

Con el mayor aprecio y respeto, también reconocemos el esfuerzo y dedicación de los coordinadores de panel, panelistas, ponentes y relatores, quienes hicieron los debates más creativos, profundos y plurales.

Especialmente, damos las gracias a los autores de los capítulos de este libro, por su dedicación y compromiso para ofrecer contenidos de calidad, actualidad y pertinencia que iluminan el pensamiento iberoamericano sobre los fenómenos del suelo urbano y el desarrollo de las ciudades.

Sin riesgo de excesos, podemos afirmar que se dio cita una cantidad muy importante de expertos en materia de suelo y desarrollo urbano de América Latina y que los contenidos fueron de alto nivel científico y clara convicción filosófica y política, lo que permitió confrontar posiciones e ideas que esperamos se vean reflejadas en los textos del libro.

Alfonso X. Iracheta
Carolina I. Pedrotti

Introducción

El conjunto de las actividades humanas utiliza el territorio como principal soporte; igualmente, la economía capitalista tiene al suelo como factor determinante de su desarrollo y consolidación.

La tendencia global del incremento de la población urbana y, por ende, del crecimiento acelerado de las ciudades, determinan que el suelo no sólo sea un factor crucial para las condiciones de vida de la población urbana, sino también motivo de crecientes conflictos y tensiones.

El suelo urbano y urbanizable se caracteriza por ser un recurso finito, cuya escasez se expresa en las dificultades que acarrea al gobierno en la gestión de las ciudades, y en las penurias que causa a la población de menores recursos para acceder a un pedazo de tierra donde asentarse. Esta característica determina que el proceso de valorización —además de ser constante— tenga una alta dependencia de sus usos y aprovechamiento, los cuales, en el contexto urbano, tienen especial influencia en el desarrollo de infraestructuras, equipamientos y condiciones que regulan la edificación.

Los frentes de agua en las ciudades representan un gran potencial como factor de valorización urbana, que aportan elementos ambientales, calidad paisajística y atractivos para la localización de actividades que contribuyen a mejorar sensiblemente la calidad de vida. Dentro de la lógica contemporánea, sometida a las fuerzas del mercado, ofrece efectos de plusvalía evidentes sobre el precio de los terrenos que los bordean.

Las ciudades portuarias o que cuentan con frentes de agua relevantes (ríos o lagos) están sometidas a múltiples retos: urbanísticos, económicos, medioambientales, etcétera; por lo que la reconversión de los antiguos puertos constituye una oportunidad interesante para su reordenamiento y dinamización; muy a menudo estas zonas se convierten en el centro de las operaciones de transformación urbana que se inscriben, por su magnitud, en los llamados grandes proyectos urbanos, procesos de gran complejidad que requieren muchos medios y voluntad política, pues sus repercusiones serán estratégicas y decisivas para el porvenir de la ciudad.

Las actividades portuarias son relocalizadas en su mayoría, y los espacios y edificaciones desactivados son recuperados y transformados para albergar nuevas funciones de centralidad urbana. El carácter atractivo de esta franja litoral (waterfronts) se utiliza para establecer una valorización inmobiliaria y atraer programas afines que aprovechan la favorable implantación al borde del agua: oficinas, comercios, actividades turísticas, vivienda de alto estándar, paseos peatonales y espacios públicos de privilegiada calidad que, en muchos casos, se han integrado a sus centralidades tradicionales. Este tipo de intervención urbanística garantiza una dinámica que favorece la construcción de la ciudad sobre la ciudad, siempre y cuando predomine en su diseño la política de estado en favor de la ciudad y su comunidad y no sólo del negocio inmobiliario privado.

Los espacios portuarios abandonados expresan elementos testimoniales de su antigua actividad. De ahí que la concepción inicial de los proyectos de frentes de agua haya evolucionado a una tendencia que postula que muchos de los espacios portuarios abandonados ofrecen potenciales residuales para las actividades acuáticas. Así, un número cada vez mayor de operaciones han tratado de favorecer la reintroducción o el desarrollo de nuevas funciones portuarias adaptadas al contexto urbano y aparecen tipos de reconversión mixtos, en los cuales se mantienen o se crean ciertas funciones portuarias (pasajeros, cruceros, transporte por barcos, sector terciario portuario) con el fin de integrarlas en el funcionamiento urbano.