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Manuela Espinal Solano

Es posible que escribir una biografía para Manuela Espinal Solano teniendo este libro tan autobiográfico entre tus manos sea un poco absurdo. Nacida en Medellin en 1998, aún no había terminado el colegio cuando a sus dieciocho años escribió esta pequeña e íntima novela para un concurso literario. Justo en ese momento la editorial Angosta, dirigida por el reputado escritor Héctor Abad, la descubrió, pero Manuela les dijo que no podía publicar con ellos porque estaba pendiente de saber si ganaba o no el concurso. La respuesta de la editorial fue la siguiente: «Ojalá pierdas el concurso».

Por suerte para ellos no ganó y Angosta publicó Quisiera que oyeran la canción que escucho cuando escribo esto, que ha recibido alabanzas tanto del público como de la crítica. Al igual que la protagonista, Manuela viene de una familia de tradición musical y tiene un don para ese arte, al igual que ella también decidió aparcar ese regalo de la genética para dedicarse a otra cosa: escribir. Y lo hace de maravilla.

«Yo quise escribir sobre lo que he vivido, sobre la música. Nunca he querido cantar en público, la voz para mí es muy íntima».

Título original: Quisiera que oyeran la canción que escucho cuando escribo esto

Primera edición: mayo de 2018

Diseño de colección: Estudio Lápiz Ruso

Corrección: Editorial Barrett

c/o Schavelzon Graham Agencia Literaria

www.schavelzongraham.com

C/ Profesor Manuel Clavero Arévalo, 2, bloque C, 4.º D, Sevilla

www.editorialbarrett.org

info@editorialbarrett.org

ISBN: 978-84-948936-1-2

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Cuando Manuela Espinal escribió Quisiera que oyeran la canción que escucho cuando escribo esto tenía dieciocho años, estaba a punto de graduarse del colegio y era, quizás, la única adolescente que no quería convertirse en una estrella pop. La madre de Manuela, heredera de una larga tradición musical, soñó siempre que vería a su hija en los escenarios, cantando frente a un micrófono, acompañada por un piano de cola; pero Manuela decidió que su futuro era otro: que la música estaba bien para las duchas y las reuniones familiares, pero que lo suyo, si es que podía llamar algo propio, era la literatura.

«Cantar es un acto que pertenece al pasado –dice la narradora de la novela–. Hablar también. Lo que digo queda en el pasado, ni siquiera yo lo recuerdo. Mis palabras son olvidadas, mis pensamientos, mis canciones. Lo que canté ayer ya no existe. La diferencia está en el público, en los testigos, ellos son los que dificultan el olvido. Si hay alguien que escucha lo que tienes para decir, tal vez lo recuerde; si hay dos, es más probable. Y allí está la explicación: buscan fama porque le temen al olvido. Yo no».

Este libro es un fuerte indicio de que Manuela no estaba equivocada. Otros indicios son los textos periodísticos que empieza a publicar en los principales medios colombianos. Uno más: la absoluta seguridad con que habla de un oficio que no ejerce con las ventajas de los genes. También tiene un grupo de cuentos inéditos que confirma la poca suerte que hubo en el proceso de escritura de la novela: Manuela Espinal es, por un lado, una escritora de talento excepcional, cuyo principal atributo es la intuición para mirar en el detalle justo, en la escena adecuada, en el recuerdo más iluminador, y, por otro, tiene una extraña capacidad de aprendizaje que le ha permitido hacerse rápidamente de las herramientas más efectivas para contar las historias que habitan su universo interior.

Quisiera… es ficción, pero tiene mucho de autobiográfico. Le da forma literaria, con un estilo de una madurez y una sobriedad asombrosas, a unas inquietudes muy reales: ¿Cómo alejarse de algo que llevas en la sangre? ¿Cuándo vale la pena decirle no a una tradición que, pese a todo, amas? Y lo más importante: ¿cómo explicarlo?

Este podría ser el tema de la novela: una narradora, con evidentes parecidos a la autora, que se niega a seguir el deseo de fama que le han legado dos generaciones de cantantes. Pero más allá, el libro trata sobre el amor incondicional a una madre, sobre la frustración de los sueños, sobre la inconmensurable fuerza de voluntad que requiere tomar las riendas de la propia vida y sobre el valor de la renuncia.

Todas estas preocupaciones, y la forma en que las trata la autora, superan los prejuicios que se pueden tener sobre la escritura de una adolescente. Superaron los míos, con seguridad. Me gusta decir, con Manuela Espinal, que Quisiera… es una novela escrita por una autora joven pero que no es una novela juvenil. Por su brevedad, el libro podría leerse con tranquilidad en unas cuantas horas, pero luego queda en la cabeza del lector, resonando, como la mejor de las canciones.

José Andrés Ardila, es periodista colombiano y editor de Angosta, el sello literario independiente del escritor Héctor Abad, que publicó el primer libro de Manuela Espinal Solano en Colombia.

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