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Primera edición, 2018



ISBN:
978-607-9442-92-7



D.R. © Jorge Adolfo Tijerina Morales



Editorial Página Seis, S.A. de C.V.

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Adolfo es un adolescente aparentemente común que va a la escuela, vive con sus padres y su hermano y tiene un mejor amigo llamado Giovanni. Un día, un ángel misterioso le revela la existencia de otra dimensión llamada la Segunda Cara; el universo está dividido en dos planos y lo que los humanos conocemos es solo uno de ellos. Estos acontecimientos lo llevarán a descubrir Artarum, una institución que se encarga de regular el paso de criaturas entre los dos mundos. Así, tendrá que librar batallas épicas con ayuda de tecnología avanzada, poderes especiales y, sobre todo, un grupo excepcional de amigos que lo guiará y apoyará en esta aventura espectacular.

 





Esta historia fue terminada de escribir por un niño soñador el 20 de agosto de 2007 a las 8:14 p. m. Tiempo después, fue terminada de editar por un joven guapo el 6 de febrero del 2016 a las 12:31 a. m.



Atentamente,

el niño soñador y el joven guapo

SEGUNDA CARA





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PRÓLOGO





Hubo una vez una dimensión cúbica perfecta que albergaba estrellas, constelaciones y mundos sorprendentes, al igual que todo tipo de paisajes y animales quizá solo vistos en los sueños más grandiosos. Esta dimensión estaba unida por los cuatro elementos de la vida: fuego, aire, tierra y agua. Un día, el Supremo Creador decidió fortalecer la unión mandando a su hijo primogénito. Al hacer esto, los cuatro elementos se fortalecieron lo suficiente como para depender en su totalidad de él, pero al ser crucificado y asesinado por la Lanza Sagrada se creó un colapso que fracturó los elementos y dividió la dimensión en dos Caras. El Supremo Creador tomó las llamó Primera y Segunda Cara, y les asignó guardianes: Unori, Dosaro y Tresmond se encargaban de la Segunda Cara, mientras que el Supremo Creador se ocupaba de la Primera Cara, en la que se quedaron los humanos terrenales, que evolucionaban según el tiempo y el momento, capaces de razonar, tener sus propias reglas y creer en lo que veían sus ojos y en lo que les dictaban el corazón y la mente. En la Segunda Cara se quedaron todo tipo de criaturas fabulosas que eran consideradas mitos, supersticiones o leyendas en la Primera Cara.

Las dos Caras permanecían separadas, hasta que el Supremo Creador decidió unirlas de nuevo, de tal modo que pudieran estar en contacto un limitado tiempo para que la situación no se saliera de control como antes. Cuatro veces por mes durante solo una hora, las dimensiones se unían por medio de un camino de luz, que permitía salir y entrar a voluntad a cualquier especie de la Primera y Segunda Cara. Todo marchó bien los primeros años, pero al paso del tiempo se salió de control: las criaturas fantásticas y míticas de la Segunda Cara hacían travesuras muy grandes; algunas se controlaban, pero muchas otras no. Fue por eso que personas leales al Supremo Creador fundaron una institución para controlar el flujo de entradas y salidas de criaturas de la Segunda Cara; a esta institución se le llamó Artarum.

Artarum, además, es la escuela que tiene el Principio Elemental, eso significa que enseñan a controlar los cuatro elementos principales de la vida. Sin embargo, Artarum no es la única escuela, está también Geshna, que tiene el Principio de las Tinieblas, y Carem, que tiene el Principio Celestial. Las tres escuelas acordaron preservar la vida y la paz entre las dos Caras: a este acuerdo se le llama Pacto de Unión y año con año comienza a perder fuerza.