Holanda hoy


Holanda_hoy


Los Países Bajos, conocidos popularmente como Holanda, es un país de 41.528 km2 (de los cuales el 18% es agua) y 17 millones de habitantes. Está atravesado por los tramos finales de los ríos Rin y Mosa y se abre al Mar del Norte entre los estuarios de los ríos Escalda y Ems.

Más de un cuarta parte de la superficie del país se encuentra bajo el nivel del mar y solo una mínima parte supera los 20 metros de altitud. El punto más bajo está cerca de Róterdam, que está a 6,75 metros por debajo del nivel del mar; el más alto está en el Drielandenpunt (punto de tres países), en la frontera con Bélgica y Alemania, situado a 321 metros de altura.

La protección natural de un imponente conjunto de dunas naturales se une a la construcción de diques artificiales e impresionantes obras de ingeniería para protegerse del mar y, al mismo tiempo, para ganar terreno al agua y construir tierra firme. El viajero puede experimentar la sensación curiosa de estar paseando en unos terrenos que no existían cuando él nació. Los holandeses tienen un dicho: “Dios creó el mundo, pero Holanda la crearon los holandeses”.

La mayor parte de la población se concentra en las zonas centro y occidental del país. El llamado Randstad es una concentración urbana, como un semicírculo, formada por Ámsterdam, Róterdam, Utrecht y La Haya, los grandes focos de población, a las que se unen otras más pequeñas en las fronteras con Bélgica y Alemania. El resto del país es una combinación de zonas agrícolas, pequeñas ciudades y parques y zonas naturales protegidas.

Holanda es un país dinámico que combina el respeto y el gusto por la tradición con la modernidad, el cosmopolitismo y el gusto por lo alternativo. La arquitectura tradicional de las granjas y los molinos se combina con los rascacielos, y los rebaños de ovejas pastan en los terrenos de un moderno complejo industrial. Las autopistas son cruzadas por ecoductos, pasajes que permiten a la fauna de los parques naturales cruzar de lado a lado. En muchas ciudades pequeñas y pueblos cuentan con granjas infantiles con animales, para transmitir a los niños el amor a la naturaleza.

Molinos, tulipanes, bicicletas y queso son los iconos típicos del país. Pero la manera de ser de su sociedad es lo que lo hace especial para el visitante. Tolerantes con la diferencia y siempre dispuestos a sacar la mejor parte de las dificultades cotidianas, los holandeses son disciplinados y amantes de la eficacia, pero al mismo tiempo nunca dirán que no a una cervecita fresca o a un chocolate caliente cuando el trabajo está listo. No en vano se les conoce como “los mediterráneos del Norte”.

ANTES DE PARTIR


CUÁNDO VIAJAR

Las mejores estaciones para visitar Holanda son la primavera y el verano, por tener mejor clima. En primavera es la época de los bulbos en flor y de junio a septiembre se celebran acontecimientos culturales, musicales y de todo tipo. De todas maneras, el invierno es una época preciosa para ver la Holanda más fría y, si hay suerte, patinar en canales y lagos. Y la Navidad ofrece múltiples mercadillos y los fuegos artificiales de Nochevieja. Otoño cuenta con los bosques de color dorado y la fauna que se deja ver con más tranquilidad en los parques naturales.

En general, la época más lluviosa es la primavera y la más fría, el final del invierno. De todos modos, al viajar a los Países Bajos hay que llevar siempre un poco de ropa de abrigo en la maleta y equipamiento adecuado para la lluvia y el viento, ya que el clima es muy cambiante.


Tulipanes
Keukenhof

Para disfrutar de los campos de tulipanes en su máximo esplendor hay que viajar en primavera, pero es recomendable informarse bien, porque debido al tiempo la floración puede trasladarse entre marzo o mayo. Una buena pista para saber cuándo estarán en su punto es ver las fechas de apertura de la exposición del parque Keukenhof, en Lisse, que ofrece composiciones florales y cuya celebración cambia cada año en el calendario.



CÓMO IR

Avión

Las principales rutas aéreas que llevan desde España hasta Holanda son varias. El aeropuerto principal es el de Ámsterdam, el aeropuerto de Schiphol. El trayecto dura algo más de 2 horas. También se puede llegar con otras compañías a través de los aeropuertos de Eindhoven, Róterdam y Maastricht. Dependiendo de la zona que se quiera visitar, es muy recomendable llegar vía el aeropuerto de Charleroi, a 50 km de Bruselas, o el de Weeze, en Alemania, al lado de la frontera holandesa y a 30 km de la ciudad de Nimega (Nijmegen).

Bajo el aeropuerto de Schiphol está la estación de ferrocarriles, desde donde salen trenes hacia el centro de Ámsterdam cada 15 minutos. El trayecto dura unos 20 minutos. También de allí salen trenes a las principales ciudades de Holanda y a otros países. Hay también muchas líneas de autobús y servicios lanzadera de autocares que conectan con hoteles y calles del centro.

Coche o tren

Desde la frontera de España con Francia hasta Holanda hay, como mínimo, unas 13 horas de coche. Casi lo mismo es lo que tarda la conexión en autocar y en tren. En este caso es necesario cambiar de tren, y de estación, en París.

Lo más práctico es llegar al país con avión y una vez allí alquilar un coche o desplazarse en tren o autocar.

DOCUMENTOS Y MONEDA

En base a los acuerdos de Schengen, para viajar a Holanda, como país miembro de la UE, no es necesaria ninguna formalidad extra, pero se debe llevar el DNI o el pasaporte en vigor. Asimismo, es importante contar con la tarjeta de asistencia sanitaria europea, que permite los convenios con la Seguridad Social española.

La moneda holandesa es el euro y el voltaje de la electricidad es igual que en España. Hay muchos establecimientos que no aceptan tarjetas de crédito, con lo que es recomendable llevar también efectivo.

DROGA Y PROSTITUCIÓN

La droga y la prostitución son los dos grandes temas por los que todo el mundo se pregunta al hablar de Ámsterdam. La sociedad holandesa puede parecer muy tolerante si se la compara con otros países de nuestro entorno, y en muchos temas lo es. Sin embargo, en torno a esto hay muchos mitos a desterrar.

Los holandeses y en concreto los habitantes de Ámsterdam están un poco hartos de que se identifique su ciudad con un fumadero de marihuana y un burdel. Es cierto que, según la legislación holandesa, la droga es ilegal pero se puede fumar hachís y marihuana en los establecimientos catalogados y rotulados como “coffee shop”, que tienen una licencia especial del Estado. En ellos se puede encontrar hasta una carta con la variada oferta que tienen, pero sin embargo no se puede consumir alcohol ni, en algunos de ellos, tabaco. La entrada está prohibida a los menores de edad.

Pero a los holandeses les gusta la libertad pero también, y mucho, las normas. El viajero puede estar fumando un porro dentro de un coffee shop sin ningún problema, pero si sale a la calle para disfrutarlo en la acera tomando el sol se puede encontrar con un policía municipal que le ponga una multa que le va a salir cara. Y ante cualquier duda sobre un establecimiento, el Estado lo cierra inmediatamente. Es ilegal producir, poseer, vender, importar y exportar drogas. Los coffee shop solo pueden vender drogas blandas y en pequeñas cantidades, no más de cinco gramos de cannabis por persona al día.

En los últimos años el gobierno se ha puesto las pilas y el tema de las drogas se afronta ahora con mucha más severidad. Los heroinómanos están atendidos y, de hecho, se experimenta una sensación de más peligro al pasear por otras ciudades europeas que por Ámsterdam. Los servicios sociales de la ciudad están a menudo desbordados con los hippies de los años 70 que llegaron a la ciudad aspirando la libertad y quedaron atrapados en la adicción.

Lo mismo pasa en torno a la prostitución. El viajero se sorprende al ver a las prostitutas saludar desde los escaparates iluminados de color rojo, a veces en fachadas adosadas a iglesias.

La prostitución está regulada en tierras neerlandesas, pero aunque la situación de estas mujeres, a nivel de seguridad y derechos, es infinitamente mejor que las de otras ciudades, no hay que olvidar que sigue existiendo la trata de personas y que muchas de las chicas que saludan –a veces alegremente a un niño que las mira con un globo en la mano- son menores de edad y llegadas de manera irregular de países muy pobres.

En los últimos años han surgido varios movimientos sociales y políticos que han denunciado la situación del Barrio Rojo de Ámsterdam, donde se concentran la mayor parte de escaparates. El ayuntamiento de la ciudad está intentando frenar la masificación en esas calles. Desde el consistorio se considera que en los últimos años el aumento de los turistas en esta zona ha ido ligado a un incremento de la criminalidad y violencia en las calles, con abuso de alcohol incluido. Por eso han puesto en marcha una campaña para regular la densidad de personas en las calles del barrio, y agentes municipales dirigirán a los turistas hacia otras zonas menos concurridas o les multarán si muestran conductas incívicas.

Las denuncias desde diversos movimientos por la situación de la mujer han hecho que poco a poco el número de prostitutas en el Barrio Rojo vaya decreciendo. Pertenece al viajero la decisión de si quiere participar en la cara más sórdida de Ámsterdam o contribuir a una sociedad más igualitaria y justa.

El consumo de alcohol está permitido solo a mayores de 18 años, y son muy estrictos. Incluso si un joven está con su familia en una terraza y pide una cerveza, si su apariencia es de ser más joven de 18, los camareros le pedirán sin dudar la identificación para comprobarlo.

Recientemente se han multiplicado los espacios públicos, como plazas o ciertas calles, con carteles de prohibición de beber alcohol o fumar porros. La multa para los que infringen la prohibición es de 95€.

EN HOLANDA


OFICINAS DE TURISMO

En los museos y centros culturales hay importantes descuentos para diferentes colectivos, y las familias también cuentan con muchas facilidades para ir con sus hijos, que a menudo entran gratis hasta los 18 años. 

Repartidas por todo el país, hay más de 300 oficinas de turismo, indicadas con las siglas VVV, con las tres letras formando un triángulo. Allí se puede encontrar todo tipo de informaciones locales, mapas, entradas, relaciones de alojamientos y restaurantes… El órgano nacional oficial es la Oficina Nacional de Turismo y Congresos de Holanda, con la web www.holland.com. que ofrece numerosa información y noticias.

TRANSPORTE PÚBLICO

El transporte público es muy completo, tanto dentro de las ciudades como en servicios interurbanos. Para el turista, es muy recomendable adquirir alguno de los paquetes combinados con descuentos en transportes y visitas.

Trenes y autobuses

El tren es un medio muy cómodo para trasladarse entre ciudades. Cuenta con una red muy completa que conecta todo el país, y las estaciones suelen estar en lugares muy céntricos. Por ejemplo, de Ámsterdam a Utrecht se tardan 30 minutos en tren, o de Ámsterdam a La Haya, 45 minutos.

Los trenes suelen estar divididos en asientos de primera y segunda clase, y normalmente se puede acceder con bicicleta. Hay que tener cuidado, porque a veces los andenes comparten dos trenes estacionados uno detrás del otro, lo que puede ser motivo de confusión a la hora de subir.

La red ferroviaria está gestionada principalmente por la Nederlandese Spoorwegen (NS). Hay diferentes billetes, como el “dagkaart”, billete para un día con viajes ilimitados; el “weekendretour”, para el fin de semana; además de la tarjeta monedero recargable OV-chipkaart. Hay que vigilar porque a veces estas no se pueden recargar con tarjeta de crédito sino solo con efectivo o con una tarjeta con PIN. Los trenes que conectan las ciudades más grandes, como por ejemplo Ámsterdam, Utrecht o Maastricht son conocidos como Intercity. Los trenes Sprinter conectan destinos regionales con ciudades grandes, como el sistema de cercanías. Los billetes se pueden comprar en las taquillas o en las máquinas expendedoras de las estaciones. www.ns.nl.

La red de trenes está conectada con la red de autobuses de línea, con lo que se cubre todo el territorio. La empresa que lo gestiona en casi toda Holanda es Connexxion, tanto en servicios urbanos como interurbanos. www.connexxion.nl.

Transporte público en ciudades


Transporte_publico


En las grandes ciudades lo más cómodo y habitual es coger el tranvía. El metro, teniendo en cuenta que gran parte del país está bajo el nivel del mar, es residual, y solamente funciona en Ámsterdam y en Róterdam. En Ámsterdam tiene una modesta red, la última parte de la cual (la línea Norte-Sur) se inauguró en 2018, con grandes retrasos: durante su construcción hubo que hacer un túnel por debajo del río y los edificios centenarios del centro, y alguno de ellos sufrió pequeños desplazamientos.

En las oficinas de turismo se puede conseguir un completo mapa del transporte público, como tranvías y autobuses (y metro en el caso que haya). Es conveniente adquirir algún tipo de abono. Para conocer todas las opciones de transporte público, rellenando el origen y el destino: https://maps.gvb.nl/en.

Hay una tarjeta recargable que combina el tren y los medios de transporte urbanos, la OV-chipkaart, que puede ser personal o no (en ese caso, se llama “anónima”). También hay billetes que ofrecen viajes ilimitados a determinadas horas, como el Amsterdam Travel Tiquet. De todas maneras, el tamaño de las grandes ciudades de Holanda permite fácilmente visitarlas a pie o en bicicleta. En la web oficial de la red de transporte público de Ámsterdam (GVB) se puede encontrar todo tipo de información sobre el mapa de las líneas en la ciudad, planificador de rutas, cómo comprar los billetes y toda la oferta disponible. Los billetes se pueden comprar en diversas tiendas y en las taquillas y máquinas expendedoras de las estaciones. www.gvb.nl

Amsterdam_City_Card

Para el turista, es muy recomendable adquirir alguno de los paquetes combinados con descuentos en transportes y visitas. Por ejemplo, para Ámsterdam, es muy útil comprar el llamado “I Amsterdam City Card”. Es un paquete compuesto por una tarjeta, un tiquet para el transporte público, y una guía. Da derecho a utilizar gratis los transportes públicos de la red municipal, así como una excursión gratuita en barco por los canales de Ámsterdam. También incluye la entrada gratis en más de 25 museos y lugares de interés, descuentos en varios restaurantes, y la posibilidad de aparcar el coche en las zonas “P+R” (Park and Ride) de la ciudad con un descuento del 50%. El paquete se puede comprar con validez para 24, 48, 72, 96 y 120 horas. Precio: 60, 80, 95, 105 y 115€ respectivamente. Se puede adquirir online en la web turística www.iamsterdam.com.

Para Holanda, existe un paquete similar pero con más tiempo de vida, llamado Holland Pass, que cubre los principales monumentos y museos del país. Se compra online una tarjeta, en tres modalidades de precios (40, 55 y 72 €), que incluyen más o menos atracciones, y además da derecho a descuentos en más de un centenar de tiendas y restaurantes. www.hollandpass.com


Bicicleta

La bicicleta es la reina en Holanda, pero hay que saber una serie de reglas para no tener un accidente no deseado. Es importante respetar el carril bici (fietspad) y no salirse de él. Cuando se alquila una bicicleta, a menudo hay que dejar pagado un depósito, que se recupera al devolverla. A veces no se admite el pago con tarjeta, con lo que es importante llevar encima algo de dinero en efectivo por si acaso.

Si no se domina mucho el pedalear, mejor abstenerse en las grandes ciudades como Ámsterdam, a no ser que se quiera ser insultado en todas las lenguas del planeta por los que corren –y mucho- a bordo de sus bicis por las calles.

En todos los sitios, ciudades grandes y pueblos pequeños, hay establecimientos donde se puede alquilar una bicicleta y, a veces, otros vehículos como tándems, bicis eléctricas o vehículos a pedal variados.



Automóvil

En los aeropuertos y en las ciudades se puede alquilar fácilmente un coche para trasladarse por el país. Las carreteras están en buen estado y bien señalizadas, se conduce por la derecha y no es necesario pagar ninguna viñeta ni peaje. Se puede circular con la documentación española. Paralelamente a muchas carreteras discurren los carriles bici (fietspad), y hay que respetar el paso de las bicicletas antes de cruzar. Ellas tienen prioridad.

Hay radares de control de velocidad en casi todas partes y las multas son caras. La policía holandesa es muy estricta con el respeto a las normas de circulación y de aparcamiento (casi siempre de pago).

DÓNDE ALOJARSE

En Holanda hay una gran variedad de alojamientos para todos los gustos y presupuestos. Se recomienda reservar con tiempo para conseguir mejores precios. Muchos hoteles ofrecen además servicio de alquiler de bicicletas o descuentos en visitas turísticas, por lo que es conveniente informarse bien.

Hoteles turísticos convencionales

Hay de todas las clases, tamaños y categorías y por todo el país. Las estrellas se determinan en función de si existen o no ciertos servicios, más allá de la calidad. Aparte de las grandes cadenas, lo más frecuente en hoteles de precio medio es disponer de un máximo de 20 habitaciones, y los hay con mucho encanto. Casi todos tienen wifi, pero en cambio servicios como aire acondicionado pueden escasear. En muchos casos, debido a la geografía y la arquitectura de los edificios, no hay ascensor y sí escaleras muy inclinadas.

Bed and breakfast

Hay muchos repartidos por todo el país. Suelen ser casas pequeñas, a menudo antiguas y con mucho encanto, que ofrecen 4 o 5 habitaciones. Muchas veces el servicio es tan personal que parece que estás viviendo con la familia.

Albergues juveniles y hostales

Hay de todos los tipos y es la opción más barata, con habitaciones compartidas pero normalmente con mucha limpieza. La asociación de albergues de los Países Bajos se llama Stayokay y está afiliada a Hostelling International.

Hostales muy económicos y de “fiesta”

Principalmente en Ámsterdam y en otras ciudades como Róterdam hay hoteles muy baratos donde el ambiente de “fiesta” es lo habitual. Sin embargo, hay que recordar que la legislación es muy estricta y, en contra de los tópicos, en muchísimos sitios está prohibido fumar marihuana o beber alcohol.

Parques de bungalós

Una opción muy interesante para alojarse en los Países Bajos es en alguno de los numerosos parques de bungalós que tienen. Son un tipo de cámping donde ofrecen bungalós muy completos y equipados, a un precio muy competitivo. La ventaja es que suelen estar en sitios naturales muy bonitos, pero también a menudo lo suficientemente cerca de las ciudades y zonas turísticas como para utilizarlos de “cuartel general”. Y, a la vuelta de la excursión del día, relajarse en la piscina climatizada, o con actividades para niños, o simplemente disfrutando del bosque. Hay diversas compañías, unas más lujosas y otras más sencillas, como Center Parcs o Landal Green Parks.

Campings

Los holandeses son grandes amantes de los campings, de todos los tamaños y categorías. Todos los niños holandeses cuentan entre sus grandes recuerdos de infancia cuando iban a acampar con sus padres. Hay numerosos campings de buena calidad por todo el país, tanto para tiendas como para caravanas y autocaravanas.

Alquiler de apartamentos o casitas

En muchas zonas turísticas hay una gran oferta de alquiler de apartamentos o casitas, que en ocasiones son auténticas “villas”. Es una manera de visitar el país teniendo la sensación de vivir como los holandeses. Hay muchas webs que ofrecen estos servicios, entre otras www.belvilla.com.

COMER Y BEBER

Holanda no es un país que destaque especialmente por su gastronomía, y ciertamente los sitios más turísticos son progresivamente invadidos por la oferta globalizada. Pero si se escarba un poco se pueden encontrar platos muy sabrosos y sabores nuevos.

Los amantes de las verduras y las recetas ecológicas tienen aquí un buen destino. Algunos de los platos de la cocina tradicional son el “stampot”, una especie de cocido hecho con patatas y con diferentes tipos de coles, y el chucrut. Es muy destacable la contundente sopa “erwtensoep”, hecha a base de guisantes y servida con salchicha ahumada y tocino en lonchas sobre pan de centeno. El clima frío y lluvioso propicia además que en todos los cafés-restaurantes sirvan la “sopa del día” (también en verano). El pescado es muy variado y uno de los platos más destacados es la anguila ahumada.

La colonización holandesa en Indonesia se trajo algunos platos y sabores especiales. Destaca la salsa “saté”, que se sirve como acompañamiento o como plato principal para dar sabor a brochetas de pollo o bistecs de ternera. Es una salsa basada en el cacahuete y muy especiada. En los abundantes restaurantes indonesios es muy recomendable pedir una “rijstafel”: una serie de platillos de verduras, carne o pollo servidos con arroz y que permiten probar muchos sabores diferentes.

Los holandeses suelen comer a mediodía un bocadillo, que a menudo está acompañado de una ensalada variada y algo de sopa. Por la noche es cuando cenan lo que ellos llaman la “comida caliente”. En las casas pueden cenar a las 6 de la tarde; los restaurantes se adaptan algo más a los turistas y pueden ofrecer cenas a las 8. En las zonas menos turísticas hay que vigilar los horarios.

En todos los cafés-restaurante hay una carta a mediodía basada en bocadillos, ensaladas o platos calientes sencillos (como huevos o sopas), y una carta con cocina más elaborada para la cena. Pero los platos sencillos de mediodía suelen ser muy completos.


Haring y kibbeling
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Antes de que llegaran los hot dogs de Estados Unidos, Holanda ya tenía su propia fast food, en algunos casos auténticas delicatesen. Un ejemplo claro son los bocadillos de “haring” que se ofrecen en puestos callejeros en verano. Son emparedados de pan blando con arenque crudo marinado, servidos con cebolla picada. También se pueden comer al estilo tradicional: agarrar fuerte por la cola y comérselos de un bocado. También se vende “kibbeling”, bacalao rebozado, que recuerda el fish and chips inglés. Por supuesto, las patatas fritas con mayonesa o salsa picante están también presentes.



Otra comida callejera que se tiene que probar en Holanda es lo que ellos llaman “comer de la pared”: expendedores automáticos, en la calle, con pequeños compartimentos que se abren al poner una moneda, y en cuyo interior hay croquetas, empanadillas o pequeños bocadillos. Hay que probar las croquetas, grandes y gruesas, especialmente las de ternera. El “automaat” de pared más extendido por toda Holanda es el de la cadena Febo.

Los quesos son otro de los clásicos de Holanda. Más allá del edam y gouda que llega a nuestras tiendas, vale la pena probar los quesos locales de cada lugar, a menudo con gustos en los que se puede notar el aroma a hierba o especias. El queso hecho con ortigas es delicioso, así como el de comino.

Los amantes de lo dulce cuentan aquí con todo tipo de pasteles, mazapanes y galletas. La canela, la miel y el jengibre están por todas partes y en muchos mercados callejeros se pueden comprar galletas recién hechas. Los “poffertjes” son tortitas dulces pequeñas y redondas, espolvoreadas con azúcar glas. Y los “pannekoeken” son como creps pero más gruesos y se pueden comer tanto dulces como salados.

Para beber, la cerveza y la ginebra son los amos del lugar. Precisamente la tradición antigua era beber ambas bebidas al mismo tiempo. La ginebra holandesa (“jenever”) está disponible en diferentes sabores y las cervezas cuentan con innumerables marcas y aromas.


Queso

Se calcula que cada holandés come una media de tres kilos de queso al año. Las grandes bolas amarillas o anaranjadas llegan a los mercados del mundo entero, y entre las variedades más conocidas están el queso Gouda y el Edam. Pero el viajero puede saborear muchas especialidades distintas en Holanda. Desde el “boerenkaas”, que es obligatoriamente artesanal y con leche de la granja donde se elabora, hasta quesos con comino, clavo e incluso ortigas

Por cierto, si se quiere poner nervioso a algún holandés, basta con cortar mal un trozo de queso, de manera irregular o con curvas. Rápidamente cogerá su kaasschaaf, un instrumento presente en todas las cocinas holandesas para cortar finas lonchas de queso sin malograr el trozo grande, y arreglará el estropicio.



DE COMPRAS

Horarios de las tiendas

Las tiendas generalmente están abiertas desde las 9 hasta las 18h de lunes a sábado, y los jueves cierran a las 21h. Los domingos, en las ciudades grandes, pueden estar abiertas entre las 13 y las 17h. De todas maneras, los horarios cada vez tienden más a alargarse, y ya no es raro encontrar establecimientos que abren todos los días de la semana, o las 24 horas, especialmente en las zonas más turísticas.

Mercados

Los holandeses son grandes amantes de los mercados. En todas las ciudades se instalan semanalmente varios mercados callejeros diferentes, que aglutinan una oferta muy variada, desde alimentación hasta productos de segunda mano, curiosidades y trastos diversos.

Vale la pena pasearse por estos mercados, donde además de respirar una parte importante de la vida cotidiana de los holandeses, se pueden comprar recuerdos bonitos del país.

Souvenirs, libros y comida

Si lo que se prefiere es comprar los típicos souvenirs, se puede encontrar de todo: zuecos de madera, decorativos o para usar; bulbos de flores; cerámicas azules de Delft; objetos decorativos decorados con motivos holandeses… También cosas ricas de comer para llevarse a casa, como quesos, galletas o chocolates. En el aeropuerto de Schiphol se pueden comprar productos frescos delicatessen, empaquetados refrigerados para llevar del avión a la nevera de casa, como la anguila ahumada o el arenque.

Los amantes de las antigüedades y los libros viejos tienen en Holanda una meca, con abundantes tiendas, galerías y librerías donde se pueden encontrar obras de diferente valor. Asimismo, las tiendas vintage y de ropa y productos de segunda mano están por todas partes.

HOLANDA DE UN VISTAZO


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Ámsterdam

La capital de los Países Bajos es una ciudad repleta de vida y con una inmensa oferta de ocio, cultural y social. Los canales del Siglo de Oro, la ciudad medieval y los barrios de los gremios y artesanos conviven ahora con una efervescencia multicultural y locales siempre a punto para disfrutar de una buena tertulia y una cerveza.

Haarlem y la provincia de Noord Holland

Esta zona es una de las más turísticas del país, ya que concentra muchos de los iconos más representativos. Cientos de molinos, paisajes de diques y pólders, vacas y campos de tulipanes hacen de esta zona una combinación de tradición y naturaleza. Haarlem es una coqueta caja de bombones para disfrutar sin prisas.

De Róterdam a Zeeland

El dominio del agua ha sido una constante en la historia de los holandeses, y esta zona es una de las que mejor lo ejemplifica. Los grandes diques del Plan Delta de la provincia de Zeeland protegen el país. El puerto de Róterdam es uno de los más grandes del mundo, y la ciudad es un compendio de arquitectura moderna y vanguardia.

De Utrecht a Arnhem

El corazón verde de Holanda está repleto de antigos castillos reconvertidos en mansiones señoriales, en las orillas de los ríos que servían de fronteras. Algunos de los mejores parques naturales del país se encuentran en esta zona. Utrecht es una ciudad universitaria repleta de vida. Desde esta zona también se puede explorar el sur más tradicional y la zona oriental del país, que es predominantemente agrícola.

Las islas Frisias

El collar de pequeñas islas del mar de Frisia es uno de los secretos mejor guardados de Holanda. Pequeños paraísos naturales donde los protagonistas son las aves, las focas, las dunas y el paisaje cambiante que forman las mareas del mar interior de Wadden. Ideal para amantes de la naturaleza, ciclistas y caminantes.

AGENDA


ENERO

→ Baño en la playa

En la playa de Scheveningen, al lado de La Haya, es tradición empezar el año dándose un chapuzón. Una tradición que empezó en 1965 y que actualmente atrae a más de 10.000 personas que se bañan sin miedo en las heladas aguas del Mar del Norte.

→ Tulipanes

El Día Nacional del Tulipán abre oficialmente la temporada de esta flor. En esta jornada, los cultivadores holandeses organizan un evento donde todo el mundo puede recoger tulipanes gratis en un jardín recreado para ello en la plaza Dam de Ámsterdam.

→ Festival de cine

Festival Internacional de Cine de Róterdam. Destaca por el protagonismo que se da a las nuevas voces del sector.

FEBRERO

→ Carnaval

Normalmente es la época de celebración del carnaval, que es especialmente destacado en el sur. En Brabante y Limburgo es donde más se desmadra, y sobre todo en Maastricht, con desfiles, baile y mucha cerveza.

MARZO

→ Tefaf

La Feria Internacional de Arte y Antigüedades TEFAF, en Maastricht, reúne a los principales anticuarios de todo el mundo y piezas de arte que hacen subir las subastas internacionales.

→ Keukenhof

Entre marzo y abril se inaugura el parque Keukenhof, donde cada año se exhiben composiciones florales espectaculares hechas con 7 millones de flores de bulbo, como tulipanes, jacintos y narcisos.

ABRIL

→ El día del Rey

El día 27 de abril se celebra el Koningsdag, cumpleaños del Rey. Toda Holanda sale a la calle, la gente va ataviada en color naranja, a celebrar, beber, cantar y vender los trastos viejos en un mercadillo callejero por todo el país.


El cumpleaños del Rey

El espíritu comerciante y alegre de los holandeses se puede comprobar en cualquiera de los mercados al aire libre, pero, especialmente, en la celebración del Koningsdag, el día del cumpleaños del Rey. Desde la coronación del actual rey Guillermo Alejandro, este día se celebra en su cumpleaños, el 27 de abril. Los holandeses salen a la calle, literalmente, vestidos, engalanados y disfrazados en tonos naranja, el color de la Casa Real de Orange. Y celebran el “Vrij markt”, es decir, el “mercado libre”: todo el mundo puede vender y comprar lo que quiera, sin tener que pedir permiso a las autoridades.

Las calles se llenan: desde trastos viejos que se acumulan en el desván hasta vinilos de colección, galletas caseras o conciertos de los músicos, infantiles o adultos, de cada casa. Fiesta ciudadana, risas, cervezas, brindis con el licor “oranjebitter” y, sobre todo, ganas de celebrar la vida.



→ Desfiles de flores

Entre abril y mayo se celebran desfiles de carrozas hechas con flores, como el Bloemencorso, de Noordwijk a Lisse.

MAYO

→ Día de los molinos