© Autora: Elvira S. Muliterno

© Título original: Mujer Empoderada.

Nuevas claves para expresar el auténtico poder de tu feminidad

© Maquetación y diseño de portada: Abraham Navas

© Fotografía de la portada: Fernando Gálvez

Corrección: Paz Arizti

Edita © LoQueNoExiste · www.loquenoexiste.es

Promoción y Relaciones Públicas: Medialuna · www.medialunacom.es

ISBN: 978-84-938994-8-6

ePub: Publidisa

Reservados todos los derechos

LoQueNoExiste

C/Isabel Colbrand 10, Edif. Alfa III, 5ª planta, 28050, Madrid

Tfno: 91 567 01 72

www.loquenoexiste.es

Dedicado a la memoria de mi querida abuela,

Elvira Muliterno Reyes, que murió el mismo día

y a la misma hora que yo terminaba este libro.

¡Vas en mi corazón!

Para ti y para todas aquellas mujeres que,

al igual que tú, no tuvieron las condiciones favorables

para expresar sus dones y talentos.

Desde mi libertad

“…No será fácil ser de nuevo un solo corazón,

siempre había sido una mitad, sin saber mi identidad.

No llevaré ninguna imagen de aquí.

Me iré desnuda igual que nací.

Debo empezar a ser yo misma y saber

que soy capaz, que ando por mi pie.

Siempre había sido una mitad,

sin saber mi identidad…”

Víctor Manuel San José

Índice

Portada

Créditos

Citas

Índice

Prólogo

Toma conciencia de las ideas femeninas heredadas

1. ¿Comenzamos?

PODER INTERIOR, ¿LO TIENES?

¿ERES RESPONSABLE DE TU VIDA?

¿TIENES IDENTIDAD PERSONAL?

¡ACCIÓN!

2. Un acercamiento al Sentimiento Motor

¿DE DÓNDE PROVIENE NUESTRO PENSAMIENTO?

¿QUÉ ES EL SENTIMIENTO MOTOR?

LA ARMONÍA, UN SENTIMIENTO MOTOR TRADICIONAL DE LA MUJER

FEMINISMO O FEMINIDAD, ¿CON CUÁL TE QUEDAS?

¿IGUALDAD O COMPLEMENTARIEDAD?

¿ES EL EGOÍSMO NECESARIO?

¿ERES LIBRE DE TI MISMA?

3. Nuestras raíces: Sentimiento Motor Femenino Tradicional

INDEPENDENCIA Y AUTONOMÍA, DOS CONCEPTOS DIFERENTES

¿CONFLICTO ENTRE LO TRADICIONAL Y LO MODERNO?

¿SON TUS ENSOÑACIONES REALES?

¿AUTOENAMORADA?

¿AUTOCONFIANZA?

¿DIVIDIDA?

EL DINERO, ¿MASCULINO O FEMENINO?

¿ESTAMOS EQUIVOCADAS SOBRE QUÉ ES EL AMOR?

¿CONFÍAS O ERES INCONDICIONAL?

EN EL AMOR, ¿NEGOCIAS O ACEPTAS?

EL EMPODERAMIENTO FEMENINO

Toma conciencia de lo que ya hay dentro de ti

4. El poder está en ti: Tu Sentimiento Motor Ideal

LOS DIFERENTES SENTIMIENTOS MOTOR

TU AUTENTICIDAD PERSONAL

CONEXIÓN A TU ESENCIA

TU NIÑA INTERIOR

CONEXIÓN CON TUS POTENCIALES

TU MISIÓN PERSONAL

TU ESENCIA FEMENINA

TUS SUEÑOS Y FANTASÍAS

RESIGNIFICAR TU HISTORIA

CREANDO TU SENTIMIENTO MOTOR IDEAL

5. Lo que hay en ti: Tu Sentimiento Motor Real

LIMITACIONES EDUCACIONALES COMO MUJER

¿QUÉ CREES, QUÉ PIENSAS?

¿TE EMOCIONAS?

¿QUÉ VALORAS?

¿AUTOMATISMOS?

¿CUÁL ES TU AUTOIMAGEN?

¿DÓNDE CENTRAS TU ATENCIÓN?

¿TIENES MIEDO?

TOMA CONCIENCIA DE TU SENTIMIENTO MOTOR ACTUAL

Toma conciencia del poder que tienes: ¡Empodérate!

6. ¿Quién deseas ser?: Tu Sentimiento Motor Empoderado

EL CAMBIO

CREANDO LA MUJER EMPODERADA QUE DESEAS SER

LA MASCULINIZACIÓN Y LA FALSA POTENCIACIÓN DE LO FEMENINO

COMPARANDO TU SENTIMIENTO MOTOR IDEAL Y EL REAL

UNIFICACIÓN INTERNA

CREANDO EL SENTIMIENTO MOTOR EMPODERADO

7. ¿Obstáculos en el camino? ¡Toma conciencia!

CONECTA CON TU PODER INTERIOR

¿CULPABLE O RESPONSABLE?

¿CÓMO TE COMUNICAS?

PERDONAR, UN REGALO PARA TI MISMA

8. Eres poderosa, ¡actúa y ve hacia tus sueños!

EL MILAGRO QUE ESPERAS SE PRODUCIRÁ CUANDO TOMES CONCIENCIA DE TU PODER FEMENINO Y LO MANIFIESTES EN TU MUNDO

PASA A LA ACCIÓN

BUSCA APOYOS

Y AHORA ¿QUÉ?

Epílogo

MENSAJE DE TU ESENCIA FEMENINA

AGRADECIMIENTOS

Notas

Prólogo

“Mientras no nos adueñemos de nuestro poder,

lo buscaremos constantemente en los demás,

en especial en los hombres,

y el poder que se busca de ese modo nunca nos salva,

sino que nos destruye”

Marianne Williamson

Amiga, ¿has tenido alguna vez un sentimiento interno de dualidad?, ¿una sensación de que este mundo no está hecho para tu forma de sentir y de actuar? ¿Existe en ti una vocecita que te aleja de lo que deseas hacer, mandándote pensamientos contradictorios y divididos? ¿Has asumido como propias creencias que te limitan y que no te pertenecen?, ¿sientes que tu autoimagen, lo que piensas de ti misma, es tu mayor freno para conseguir lo que deseas? ¿Tu autoconfianza es baja y eso provoca una sensación de desempoderamiento? ¿Regalas tu poder interior a las personas de tu entorno?, ¿sientes que tú no eres la creadora de tu realidad, que no tienes el control sobre tu vida? ¿Te sientes triste o desmotivada?, ¿te sientes perdida e insegura en tu mundo? Por las noches, cuando cierras los ojos, ¿te abrazas a la almohada en busca de un punto de apoyo, en busca de protección? ¿Tienes un sueño que deseas cumplir y que, por más que haces, tus pensamientos y tus emociones te dicen que no es para ti, que no lo vas conseguir? ¿Hay en tu corazón anhelos que no te permites vivir?…

Si la respuesta a todas estas preguntas es “no”, ¡enhorabuena! Por favor, escríbeme y mándame la receta de tu éxito y, sobre todo, ¡compártela con el resto de las mujeres! Si tienes algunos “síes” en tus repuestas te invito a leer este libro. ¡Está escrito para ti!

Desde muy niña he sentido una gran dualidad entre el mundo que me rodeaba y mi mundo interior, entre el Universo en el cual habitaba y el Universo de mis sentimientos, entre la imagen que yo tenía de la sociedad y la educación que recibía para vivir en ella. Desde siempre me ha perseguido un sentimiento de que lo que soy no está acorde con el mundo en el que me muevo. Si bien es cierto que este sentimiento me ha acompañado durante toda mi vida, también lo es que ha pasado por numerosas etapas.

De joven me decían que era muy rebelde, que estaba siempre en contra de lo establecido, de “lo que es”. Mi padre me decía que yo era una niña buena y que yo me creé la imagen de mí misma sobre esta idea. Si era buena, entonces no debía crear problemas a mi familia, no debía hacer que mis padres se enfadasen. La paradoja de todo esto consistía en que, si no creaba problemas fuera, me creaba un problema mucho mayor dentro de mí, pues no podía aceptar, sin más, aquello que se suponía que yo debía ser y hacer.

En mí había una voz que me decía que no me tenía que ajustar a lo preestablecido, que tenía que buscar nuevos caminos. Así, cuando crecí lo suficiente los busqué a través del estudio y de vivir experiencias nuevas, creyendo firmemente que, cuantas más herramientas tuviera, mejor podría comprender este mundo y estaría mejor preparada para interactuar en él.

Me sentía muy pequeña en un mundo muy grande, me sentía una mujer con recursos, más bien emocionales, en un mundo sombrío, rígido, incomprensible y racional. De esta manera, viví mi vida, como muchas otras mujeres, en una profunda dualidad interior, en una lucha entre lo que yo realmente soy y lo que se supone que debo ser para triunfar; entre mi visión de las cosas y las cosas tal y como son.

Al igual que otras mujeres de mi generación, a pesar de estar sobradamente preparada a nivel académico, tener don de gentes, ser resolutiva y mucho más, nunca he tenido una carrera profesional ni personal de las que se definen como exitosa, ni tampoco he conseguido sentirme valiosa. Esto me ha creado un sentimiento de frustración y de culpa. Hoy comprendo la razón para que todo esto sucediese: ¡mi esencia como persona, mi manera de hacer las cosas no cuadraba con el mundo exterior! De alguna manera, mi esencia femenina se veía alterada y comprendida en la sociedad de una forma diferente a como yo la entendía internamente.

¿No hay otras formas de hacer las cosas donde haya más integración de lo masculino y lo femenino?, ¿por qué hay que seguir la estela de lo preestablecido?, ¿por qué no podemos cambiar lo que es? ¿Quién pone las reglas?, ¿en base a qué? ¿Qué podemos hacer cada una de nosotras para contribuir al cambio?

Tú, como yo, eres una mujer llena de cualidades y con un gran potencial. Con una forma específica de hacer las cosas. ¡No pienses ni por un momento que tu talento no sirve! Transmuta ese pensamiento y hazte la siguiente pregunta: ¿cómo y dónde puedo expresar libremente mis talentos?

Consciente de todo esto, he escrito este libro para acompañar a aquellas mujeres que deseen caminar hacia el reencuentro consigo mismas, con su esencia y con sus sueños. Seguramente tú te encuentras entre este, cada día más creciente, grupo de mujeres. Unas mujeres que cuentan con grandes potenciales, que están pidiendo expresarse; mujeres que han sufrido momentos de dolor y de felicidad; mujeres que esconden lo que sienten por mantener la armonía en su entorno, lo que les crea desarmonía interna, alejándolas de su autenticidad y de su poder interno. Solo reconectándose a lo que verdaderamente son, expresándose desde la autenticidad, estas mujeres podrán encontrar soberanía personal y agregar a su vida autonomía, libertad y felicidad.

Entre los conceptos que expreso en este libro habrá algunos con los que te sientas identificada y otros con los que no. Te invito a que no te quedes apegada a aquellas ideas con las que no estás de acuerdo. Solo presta mucha atención a si tu desacuerdo procede de tu ego, de tu saboteadora interna, de las ganas de tu mente de quedarse en su zona de confort o de si, realmente, no tiene que ver contigo.

Soy consciente de que lo que expreso en este libro no es para todo el mundo; esto sería totalmente contrario a mi forma de pensar. Tú tienes tu propia identidad, eres una mujer individual y única, por lo que solo a ti te corresponde decidir si algo es para ti, si tiene que ver contigo. Tú eres la dueña de tu destino, ¡tú decides!

Ahora es el momento de que las mujeres volvamos la mirada hacia nosotras, que nos liberemos de la antigua idea de que somos personas dedicadas a los demás, que somos seres que viven para el prójimo y pasemos a responsabilizarnos de nosotras mismas y aprendamos a amarnos.

Es el momento de aprender a cuidarnos en el presente, para cuidar a “nuestra yo futura”. Cuidarnos en el presente es ser egoístas y, contrariamente a lo que nos han enseñado, esto no es malo, es preguntarnos qué necesitamos, qué deseamos, qué queremos y ¡dárnoslo! Es elegir y es decidir en base a aquello que nos moviliza por dentro. Cuidar a “nuestra yo futura” es hacer aquellas cosas en el presente que sabemos que nos beneficiarán en el futuro, aunque el hacerlo nos suponga un esfuerzo.

Esto se traduce en amarnos y en tener conciencia de que somos valiosas, auténticas e irrepetibles y que lo que habita en nuestro interior es nuestro tesoro, pues es lo que nos puede llevar a la autorrealización y a la felicidad.

Para conseguir todo esto es necesario plantearnos nuestra identidad. Para que ésta sea nuestra propia palanca de cambio. En palabras de Marcela Lagarde: “Quién soy es la pregunta que organiza nuestra subjetividad al vivir. Y, al vivir, la respondemos, tenemos identidad. Somos así y no de otra manera. Somos como somos y somos diferentes de otros. El ser humano es afirmación y negación en el acto, semejanza y diversidad. La identidad es entonces definida por el qué, el cuánto y el cómo los otros tienen del sujeto, y por lo que no posee de otros”.

Ser hombre o ser mujer. Ambos somos necesarios. No somos opuestos, somos complementarios y sumatorios. Al fin y al cabo el género lo da el sustantivo, no el verbo que es la acción y la creación. Tal vez, durante mucho tiempo, las mujeres nos hemos definido por lo que no somos, en referencia al patrón masculino, al patriarcado. Así nuestra definición se encontraba en negativo, por lo que, en ocasiones, nos plantábamos frente a los hombres, en los diferentes aspectos de nuestra vida, desde una posición inferior.

Solo sintiendo un amor sincero por nosotras mismas y creyendo en nuestras capacidades obtendremos el impulso necesario para ocupar el lugar que nos corresponde, asumiendo definitivamente nuestro poder y nuestra responsabilidad y siendo cada una de nosotras las dueñas de nuestras propias vidas. ¡No hay otro camino!

A través de este libro, vamos a transmutar las ideas asociadas a qué es ser mujer y cómo debe ser, vamos a liberarnos de creencias que llevan en nuestra sociedad más de 5.000 años, que es el tiempo que el sistema patriarcal ha estado dirigiendo la forma de hacer, pensar y sentir de nuestra sociedad. Para ello, utilizaremos muchas técnicas y ejercicios. Hablaremos del origen de algunas ideas que han sido socialmente aceptadas y que nos limitan, con la finalidad de tomar conciencia de ellas y, así, poder superarlas.

Una nueva forma de poder está surgiendo, un poder basado en la creatividad, la intuición, la imaginación… Un poder nuevo basado en el amor, en una nueva forma de entender el mundo, una nueva forma de relacionarnos y de expresar aquello que hay en nuestro interior. Y en este nuevo contexto mundial, la feminidad ha de jugar un papel fundamental. Por eso, la labor de las mujeres de nuestra época es decisoria.

Es el momento de volver a conectarnos con nuestra esencia femenina y éste es un camino individual que ha de hacer cada mujer sobre sí misma. El objetivo de este libro es acompañar y apoyar a la toma de conciencia de quiénes somos, qué pensamos, qué sentimos y cómo nos relacionamos con el mundo y, sobre todo, con nosotras mismas.

1. ¿Comenzamos?

“Las batallas más importantes en la vida son las que peleamos diariamente en el silencio de nuestra alma”

David O. McKay

PODER INTERIOR, ¿LO TIENES?

“Nadie puede hacerte sentir inferior sin tu consentimiento”

Eleanor Roosevelt

Hace muchos años que me pregunto cuál es la razón por la que las mujeres no triunfamos a nivel profesional de igual manera que lo hacen los hombres. Por qué las diferencias en el mundo laboral son tan grandes entre género. Qué nos pasa a las mujeres del siglo XXI.

Nosotras estamos sobradamente preparadas, contamos con el respaldo institucional y social y, aún así, no llegamos a alcanzar ciertos puestos ni el éxito profesional pleno. Por supuesto, hay muchas mujeres que han alcanzado puestos de poder y que están haciendo una gran función. Aún así, el porcentaje es minoritario y está muy lejos de ser igualitario.

Desde que en el siglo XIX surgiera en Inglaterra y Estados Unidos la primera ola del feminismo, en la que se luchaba por la igualdad de derechos del hombre y la mujer en términos de derechos de propiedad, de capacidad de obrar y de derechos dentro del matrimonio, hemos conseguido grandes hitos.

Tanto hombres como mujeres tenemos igualdad ante la Ley, lo que nos garantiza un nivel igualitario de libertad. Ahora las mujeres podemos utilizar nuestra libertad para lo que decidamos, por lo que podemos crear nuestra vida según deseemos. Entonces, ¿por qué las mujeres no hemos llegado a conseguir los mismos niveles de poder que nuestros colegas masculinos?

Gracias a la lucha de grandes mujeres y hombres, hemos conseguido contar con las actuales condiciones externas en materia de leyes y de concienciación social. Lo externo ya está logrado. Ahora es necesario hacer un trabajo interior, cada una de nosotras hemos de mirarnos hacia dentro y determinar cómo estamos utilizando los derechos conseguidos.

Esta mirada interna ha de ser sincera y honesta, hemos de plantearnos qué pensamos de nosotras mismas, cómo estamos asumiendo nuestra responsabilidad, cómo estamos gestionando nuestro poder interno, qué acciones estamos realizando y, sobre todo, cómo nos sentimos en este nuevo orden de las cosas.

A día de hoy ya no sirve sentarnos y contar a los demás que nuestra vida no es como deseamos y que “la culpa” la tiene la sociedad, nuestra familia, el jefe o los amigos. ¡Eso es tirar balones fuera! Es la forma más rápida de perder nuestro poder.

El verdadero poder interior proviene de tomar responsabilidad sobre nosotras mismas, de responsabilizarse de TODO lo que pasa en nuestra vida, de asumir riesgos y de aceptar las consecuencias de los mismos; es no ser víctimas de lo que pasa a nuestro alrededor.

Para poder responsabilizarnos es fundamental contar con una identidad propia, un fuerte sentido del yo, conocernos bien para “re-conocer” que somos únicas y para asumir nuestra individualidad. Si sentimos que somos una más, que somos iguales a las demás, no podremos dirigir nuestra vida y no podremos tomar las decisiones más adecuadas, que son aquellas que nos potencian y nos llevan a la felicidad. Tener un fuerte sentido del “yo” es amarnos tal y como somos e ir trabajando para despojarnos de aquello que nos limita o que nos hace daño en nuestras vidas.

Una vez realizado este trabajo interior, el siguiente paso es tomar acción. Actuar siempre, aún en aquellos casos en los que no nos sintamos cien por cien preparadas y asumiendo la plena responsabilidad de nuestros actos. Sin acción no es posible construir la propia vida. Si queremos cambiar cosas en un ámbito concreto debemos actuar sobre él. Por ejemplo, no podemos cambiar nuestra situación laboral si seguimos haciendo las mismas cosas, para luego quejarnos en nuestro mundo privado. Esto lo único que hace es potenciar la sensación de victimismo, del pobre de mí, de no puedo hacer nada.

Ya sabes; responsabilízate de ti misma, conócete para conquistar un fuerte sentido del yo y actúa en aquellos ámbitos de tu vida en los que desees cambiar.

Estos tres puntos son fundamentales para toda mujer que desee trabajar en conexión a su poder interior y desde allí conquistar la vida que desea:

¿ERES RESPONSABLE DE TU VIDA?

“No lloro la muerte irremediable

por ser condición de la existencia.

Lloro el tiempo gastado sin conciencia

pues de esa muerte diaria soy culpable”

José Narosky

Tradicionalmente a los hombres se les enseña desde pequeños a ser responsables de sí mismos. Se les habla de que estudien para ganarse una posición en la vida, pues si no son ellos los que se buscan una posición, nadie lo hará por ellos. El mensaje que reciben desde los diferentes contextos de la sociedad es que son los dueños de su vida y de que están solos, que nadie les sacará las castañas del fuego. Así, en su sistema de creencias instalan la de que ellos pueden, y deben, ganarse la vida con su trabajo y con sus propios recursos.

A la mujer, sin embargo, se nos ha educado para depender de otros. Se nos han lanzado mensajes de que nuestro sitio está detrás de los demás, de que estamos para servir a los otros: la familia, el marido, los hijos, los padres mayores… Esta forma de ser educadas nos lleva a responsabilizarnos de los demás y no de nosotras mismas, lo que inevitablemente nos coloca en una situación de víctimas; de estar a expensas de los demás.

Las mujeres hemos asumido responsabilidades que no nos corresponden y hemos dejado de asumir muchas de las que son nuestras. Esto tiene una consecuencia inmediata y demoledora: ceder nuestro poder interior a los demás, vaciarnos de nosotras mismas para que los demás se sientan llenos. Por lo que, en muchas ocasiones, pagamos un precio muy alto: nuestra infelicidad y nuestro vacío interno.

Podría parecer que las nuevas generaciones están siendo educadas de una forma diferente, aparentemente en igualdad. Esto, en muchos casos, es solo una apariencia, pues la educación también se recibe a través del ejemplo y muchas niñas y jóvenes viven en sus hogares la servidumbre de las mujeres hacia el resto de la familia.

Hasta que no nos responsabilicemos de nosotras mismas, no podremos llegar a sentir nuestro poder interno y no podremos hacer que ese poder se exprese en la esfera pública. Si no asumimos un compromiso firme con nosotras y con nuestra vida no podremos posicionarnos frente a los demás como seres individuales, con nuestros derechos y deberes y como seres capacitados para dirigir nuestra propia vida.

Tomar responsabilidad es asumir que todo lo que existe en nuestras vidas lo hemos creado nosotras mismas; es dejar de hacer culpables a los demás de lo que nos pasa. Esto no es sencillo, pues nuestro ego no nos dejará fácilmente reconocerlo; es más fácil echar la culpa a cualquier cosa que nos rodea que asumir nuestra responsabilidad. Esto no quiere decir que tengamos que sentirnos mal, que tengamos sensación de fracaso, de impotencia o de culpabilidad. ¡Esa emoción tan conocida para las mujeres! ¡No! Por favor, no caigas de nuevo en el victimismo, éste es el juego de la mente para mantenerte eternamente donde estás.

Toma conciencia de cómo estás jugando el juego de la vida: ¿juegas desde una posición débil, del pobre de mí, o desde “ésta es mi vida y yo la juego disfrutándola y asumiendo sus consecuencias”?

Si a ti, como a mí y a muchas otras mujeres, de pequeña te inculcaron que no puedes responsabilizarte plenamente de tu vida y que tienes que estar siempre bajo el ala de otra persona, es el momento de pensar qué deseas hacer con esos pensamientos. ¿Deseas seguir así el resto de tu vida? o ¿deseas ser tú quien tome las riendas? ¡Solo depende de ti! Responsabilizarte es la clave para recuperar tu poder para recuperar tu vida, de conectarte a tu poder interior para, desde ahí, poder conseguir lo que deseas en el mundo exterior.

Es importante que las mujeres entendamos que cada vez que no asumimos nuestra propia responsabilidad estamos regalando una porción de nuestro poder; lo regalamos a nuestra pareja cuando nos sentimos víctimas de la vida y dejamos que él decida, lo regalamos a nuestros hijos cuando no nos imponemos, lo regalamos a los familiares cuando anteponemos sus deseos a los nuestros por no saber decir no, lo regalamos a nuestras amigas al no defender nuestras ideas, lo regalamos al jefe y a los compañeros por crear buena armonía,… y así sucesivamente. Nuestro poder va siendo regalado y nos vamos “desempoderando” poco a poco hasta convertirnos en víctimas de ¡Nosotras Mismas! Sí, he dicho de “nosotras mismas”, pues lo creamos y lo mantenemos nosotras, aunque si luego queremos culpabilizar a los demás es una forma, como otra cualquiera, de engañarnos y de mantenernos en esa situación.

Lo que creemos y lo que sentimos del mundo, del entorno y de nosotras mismas juega un papel fundamental. Cuando lo que creemos y lo que sentimos está profundamente arraigado en nuestro subconsciente y no nos paramos a cuestionar si es verdad o no, si nos beneficia o nos perjudica, si es nuestro o es heredado y si queremos o no seguir pensando y sintiendo así, entonces nuestra vida se convierte en un ferrocarril que solo puede circular por unos raíles establecidos y que solo en ciertas ocasiones, como los ferrocarriles en las estaciones, parará y podrá elegir entre varias opciones ya marcadas. Al empezar a liberarnos de las creencias y sentimientos, al responsabilizarnos y pasar de tomar las decisiones desde nuestro piloto automático a tomarlas con conciencia, vamos poco a poco cambiando el ferrocarril por un coche, el cual tiene más posibilidades de desplazamiento. En este momento empezamos a ver que hay muchas más posibilidades de las que habíamos visto. Si seguimos trabajando y limpiando más y más nuestro subconsciente, o piloto automático, entonces sentiremos que vamos en un avión que ya no necesita de caminos establecidos. Entonces, nuestra vida puede ir por dónde deseemos llevarla, sin las ataduras y limitaciones autoimpuestas por nuestra ceguera interna.

Tal vez te estés preguntando cómo se hace todo esto. Se hace trabajando en ti misma y este trabajo empieza por la toma de conciencia y por el compromiso a llevar a cabo el proceso. Tú, que ahora estás leyendo estas palabras, ya has empezado este camino. Lo quieras o no ya has empezado, ya no hay vuelta atrás pues ya eres consciente de que tu vida es tuya y que a ti te corresponde el conducirla. O tal vez, este camino lo empezaste ya hace tiempo. En realidad no importa demasiado en qué punto te encuentras ahora mismo. Lo importante es que vayas avanzando a tu ritmo y sin pausa.

Este libro supone un eslabón más en tu desarrollo, un eslabón que espero te aporte algunas herramientas útiles en la maravillosa aventura de tu vida, de la conquista de tu poder interior y de tu empoderamiento personal.

Comprométete a responsabilizarte de todo lo que hay en tu vida y te aseguro que tu vida cambiará.

¿Conoces el poema Invictus de William Ernest Henley que dio fuerza a Nelson Mandela en sus años de encarcelamiento?

En la noche que me envuelve,

negra como un pozo insondable,

doy gracias al dios que fuere

por mi alma inconquistable.

En las garras de las circunstancias

no he gemido ni llorado.

Ante las puñaladas del azar

si bien he sangrado, jamás me he postrado.

Más allá de este lugar de ira y llantos

acecha la oscuridad con su horror,

no obstante la amenaza de los años

me halla y me hallará sin temor.

Ya no importa cuán recto haya sido el camino,

ni cuántos castigos lleve a la espalda,

soy el amo de mi destino,

soy el capitán de mi alma.

¡Soy la dueña de mi destino, soy la capitana de mi alma! Recítalo en alto. ¿Qué sentimiento tienes al decirlo? ¿Es verdad?, ¿eres la dueña de tu destino o el destino decide por ti? ¿Te sientes capitana de tu alma o sientes que los demás son los que la capitanean? ¿Deseas poder decir este poema sintiendo que es verdad? ¿Estás preparada para asumir la responsabilidad de tu vida?, ¿estás preparada para vivir una vida con sentido siendo tu misma?

Seguramente tú me podrías contar muchas cosas de ti; me podrías hablar de todo aquello que has dejado escapar por no sentirte poderosa y merecedora, de esos momentos que te has sentido muy sola y que te has hundido, de esos momentos en los que no has encontrado una salida, de esos momentos en los que te gustaría que un maravilloso príncipe te rescatara, de esos momentos en los que te parecía que la vida te exigía más de lo que podías dar, de esos momentos en los que no te has sentido comprendida, respetada y valorada, de esos momentos en los que te invadía una sensación de miedo, de pena, de no poder más y de no saber qué hacer con tu vida, de esos momentos tan tuyos…

Asumir tu responsabilidad te coloca en el punto de partida para conquistar la vida que deseas vivir y te aleja de los victimismos y de los raíles de la vida. ¿Te has parado a pensar que una característica de los héroes es que ellos asumen la responsabilidad de las situaciones en las que intervienen y actúan guiados por ellos mismos? ¿Te puedes imaginar a una heroína que pida que la policía sea quien tome el control?, ¿qué pensarías de ella?, ¿realmente sería una heroína poderosa? Y tú, ¿cómo asumes tu responsabilidad?

Y ahora, aquí estás leyendo este libro y concediéndote una oportunidad para encontrar el camino hacia tu felicidad. Amiga, para un momento de leer, por favor, pon tus manos sobre tu corazón y, muy sinceramente, reconócete tu valentía y tu empuje. ¡Eres una mujer fuerte y maravillosa que ya has superado esas cosas que solo tú y tu corazón conocéis! Cierra los ojos y agradécete todas las veces que te has levantado, que te has superado; agradécete tantos caminos que has andado.

¿TIENES IDENTIDAD PERSONAL?

“Las mujeres fragmentamos la autenticidad para aminorar el conflicto, para permitirnos sobrevivir, para sentir menos el conflicto interno. Pero ello nos lleva a comportarnos como si viviéramos en compartimentos estancos”

Marcela Lagarde

Es necesario que nos planteemos nuestra identidad para utilizarla como la palanca de cambio que nos enfoque hacia nuestros sueños. En muchas ocasiones nos comportamos de acuerdo a como se supone que debemos hacerlo según las ideas tradicionales. En unos ámbitos nos comportamos como madres, en otros como esposas, novias o amantes, en otros como trabajadoras, como suegras o nueras… y en cada uno adoptamos el papel que nos corresponde, lo que nos crea fricción y división interna y nos genera el conflicto interior. Esto es la ruptura interna de nuestra identidad. Sin una idea muy clara de la identidad propia no podemos asumir nuestra responsabilidad y nuestro poder interno queda fragmentado, perdiendo así, poco a poco, su fuerza.

Tanto en las mujeres como en los hombres existe una clara diferencia entre el ámbito privado y el público. Es en las mujeres donde esta diferencia es más marcada y a las que nos produce mayor conflicto. Tal vez estés pensando que todo el mundo se muestra diferente en lo privado y en lo social, por supuesto. Lo que pretendo con este razonamiento es que te des cuenta de cómo afectan a tu identidad los diferentes ambientes en los que te mueves, que entiendas qué rol estás desempeñando en cada uno de ellos y si estos roles están basados en tu esencia o están basados en lo que “tiene que ser”, produciéndote la referida división.

Es natural que no nos comportemos igual con un hijo que con un compañero de trabajo, lo que va contra natura y produce fricción es que este comportamiento esté basado en lo que esperan los demás de nosotras, no en lo que nosotras somos. ¡Ese el punto importante a tener en cuenta!

Para alcanzar nuestro liderazgo, para expresar nuestro poder interno tenemos primero que sentir que somos. Tal vez pensarás: “¡Yo ya soy!” Claro que ya eres, aquí a lo que yo me refiero es que lo has de SENTIR.

¿Tienes una clara imagen de tu identidad? Si es así, ¡enhorabuena! Ésta es la llave que te abrirá las puertas a una vida plena. Si aún no la tienes, ¡enhorabuena también! porque ahora puedes empezar la gran aventura de conseguirla. Te aseguro que es un viaje maravilloso. El hecho de que las mujeres tengamos un fuerte sentido de identidad es el fundamento para conseguir la complementariedad con nuestros compañeros de aventura, los hombres. Ya lo dijo Buda, “el cambio empieza por uno mismo” y eso es lo que nos toca hacer ahora a las mujeres: producir el cambio que deseamos que se vea reflejado en la sociedad primero en nosotras mismas y, lo que es muy importante, ¡creérnoslo! Creer que somos valiosas como personas y creer en nuestra identidad, en lo que realmente somos, sin enredarnos en pensamientos y emociones sobre lo que los demás esperan que seamos.

Recuerda: sin una identidad propia unida a la responsabilidad, no hay poder.

¡ACCIÓN!

“La acción es el fruto propio del conocimiento”

Thomas Fuller

En este momento es importante que tomes conciencia sobre tu idea de la acción. Es vital para las mujeres cambiar nuestra mentalidad de la acción en dos vertientes:

NUESTRA IDEA DE PARA QUIÉN: las mujeres somos seres que, tradicionalmente, hemos vivido para los demás, lo que genera una motivación a la acción muy diferente a cuando actuamos para nosotras mismas y esa motivación tiene su origen en la asunción plena de la responsabilidad del yo.

Puedes hacer lo que desees para los demás, si bien esto no es lo que te va a traer la felicidad o la angustia. Lo importante es tu respuesta a la pregunta ¿para quién lo haces?

Si lo haces para que los demás te lo reconozcan, para sentirte bien, no por la acción realizada sino por recibir el beneficio de la aprobación de los demás, entonces ¡estás vendida! Entrarás en un bucle sin salida, en el que te verás atrapada, pues tu felicidad dependerá de la palmadita en la espalda que los demás quieran darte o no darte.

En cambio, si tu motivación es actuar para tu bienestar, te estarás proporcionando tú la felicidad. Puedes hacer lo que quieras sabiendo que eso lo has elegido tú y que lo haces para tu felicidad. Puedes cuidar a una persona sabiendo que tú lo elijes, que es tu elección y que por ello vas a sentirte bien. Si te lo reconocen ¡mejor! A todas nos gusta que nos demuestren cariño y agradecimiento, esto será algo añadido a la felicidad que sentimos por hacer lo que hemos decidido hacer responsablemente y desde nuestra individualidad. Por supuesto que esto tiene también su parte opuesta. Hemos que estar preparadas para la reacción de los demás cuando no hacemos aquello que esperan que hagamos. De todos modos, yo me pregunto: “¿Realmente merece la pena ser amadas por ser lo que los demás desean que seamos?, ¿es esto amor de verdad? ¿Este amor va dirigido a nosotras o a la idea de cómo quieren los demás que seamos? Si los demás aman la idea que tienen sobre nosotras cuando actuamos para ellos, ¿realmente aman a la persona que somos?”.

NUESTRA IDEA DE DÓNDE: la mujer históricamente ha estado consagrada al entorno de lo privado, del hogar, de la familia y de las relaciones que giran alrededor. Es fundamental comprender cómo actuamos en cada uno de estos entornos y con qué seguridad, o falta de ella, lo hacemos. Si eres mujer y, en ocasiones o generalmente, sientes que te es difícil actuar en el ámbito de lo público; no te culpes, ni dejes que tus pensamientos te martiricen, pues esto es una programación que te viene dada por años de historia. A muchas mujeres nos pasa, es por la educación recibida, por lo que creemos de la sociedad y de nosotras mismas.

Sigue leyendo este libro y verás que no es una realidad estática, ¡es algo a trabajar y cambiar!

TOMA CONCIENCIA Y CONTESTA ESTAS PREGUNTAS

EJERCICIO

A continuación, realiza este ejercicio del hexagrama para conocer en qué parcelas de la vida tienes identidad propia.

2. Un acercamiento al Sentimiento Motor

“Dando el reloj la medianoche irónicamente nos incita a recordar qué uso hicimos del día que se fue”

Charles Baudelaire

¿DE DÓNDE PROVIENE NUESTRO PENSAMIENTO?

“Yo quiero conocer los pensamientos de Dios;

el resto son detalles”

Albert Einstein

Una de las bases en las que se asientan más fuertemente las vías de nuestro ferrocarril son las creencias heredadas por siglos de historia sobre cómo debe ser, pensar y comportarse una mujer. La historia de los derechos de la mujer es muy reciente, no hace ni cien años desde que se consiguió, en Inglaterra, en 1918, el derecho a sufragio para las mujeres mayores de treinta años y el derecho a poseer propiedades. En España, las mujeres pudimos votar por primera vez en 1931 y no fue hasta 1945 que tuvieron ese derecho nuestras colegas francesas e italianas.

El 24 de julio de 1961 se aprobó en España la Ley de Derechos Políticos, Profesionales y de Trabajo de la Mujer, como consecuencia de la liberalización de la economía en los años sesenta y de la necesidad de manos extras, las de las mujeres, para atender la gran demanda del sector industrial. A través de esta Ley se les reconoció a las mujeres la misma igualdad y derecho que a los hombres para el ejercicio de actividades políticas y públicas, a excepción del ingreso en el Ejército, la Marina Mercante y el acceso a puestos como fiscal, juez y magistrado. La mujer debía ejercer su derecho al trabajo sin descuidar el que denominaban “el marco natural de la mujer”: el hogar y la familia. Tal vez esta Ley y estas palabras crearon las bases de la división interna de la mujer. El mensaje parece decirnos: “Te damos el derecho al trabajo, pues necesitamos de tus manos, aún así no debes olvidar que tu lugar es el hogar”.

Desde la aprobación de esa Ley hasta nuestros días han pasado 50 años. ¿Qué nos queda de su mensaje?, ¿cómo ha afectado esta dualidad a las mujeres?, ¿hemos sabido transcenderla? ¿Son cincuenta años suficientes para desarraigar todas las creencias y la desigualdad de género que llevaba implícita?

Podemos remontarnos aún más lejos. La historia de la humanidad ha estado marcada durante 5.000 años por la represión [1] de lo femenino. Con anterioridad, los arqueólogos nos dicen que en las culturas antiguas las cosas eran diferentes, que en aquellos tiempos a la mujer se le reconocía el papel de proteger la vida humana y lo sagrado de la naturaleza. Lo femenino cuidaba de la madre, de la Tierra y de sus ciclos.

Considero muy importante este dato, que nos invita a la reflexión sobre el paralelismo que existe entre esconder lo femenino y la destrucción de nuestro planeta. Parecería que con la represión de lo femenino la humanidad se ha olvidado de cuidar la Tierra, la Madre, produciéndose los cambios climáticos con sus terribles consecuencias como tsunamis, calentamiento global del planeta, polución, desbastamiento de montes y un largo etcétera.

Y, “casualmente”, es ahora, cuando parte del mundo está volviendo a reconocer lo femenino, cuando también se está atendiendo al estado de nuestro planeta y surgen movimientos para cuidarlo.

Creo que la naturaleza tiene su armonía y sus ritmos propios, creo que las cosas no son casuales, sino causales, y que realmente en estos momentos estamos asistiendo a la restauración de lo femenino en todos los órdenes de la vida.

¿QUÉ ES EL SENTIMIENTO MOTOR?

“Eres un espíritu incondicionado atrapado por las circunstancias como el sol en un eclipse”

Yalal ad-Din Muhammad, Rumí