1. ¿Qué es lo que significa traducir?


Vamos a ver, primero, lo que entendemos por traducción, dónde nos topamos con traducciones y qué formas de traducción conocemos.

1.1. Un pequeño paseo semántico

¿Qué dicen los diccionarios y enciclopedias de la lengua española sobre el significado de las palabras traducir y traducción? (p. ej. DRAE, Moliner, Seco, Santillana, Corominas etc.)

Actividad 1

¿Qué señala el diccionario? Reflexione sobre las citas que se presentan a continuación respecto del significado de traducir y traducción. ¿Se trata en realidad de términos diferentes? ¿Qué citas están relacionadas entre sí?

La palabra traducir viene del latín traducere que significa “hacer pasar de un lugar a otro”, y fue introducida en su sentido moderno por Leonardo Bruni y propagado internacionalmente en el siglo XV (cf. Corominas y Pascual 1980), en consonancia con el francés traduire, el italiano tradurre, el portugués traduzir.

La palabra inglesa translate se deriva de translatum, participio pasivo del verbo latín transferre, con el mismo significado de “trasladar”. El filólogo alemán, Jacob Grimm, lo expresa hace más de 150 años en su ensayo “Sobre lo pedante en la lengua alemana (1847) en un gracioso juego de palabras:

Traducir es trans-ducir, llevar un barco a la otra orilla, traducere navem. Quien tiene ganas de navegar y puede tripular un barco y llevarlo, con velas desplegadas, a la costa de allende, tiene que arribar, inevitablemente, donde hay otra tierra y sopla otro viento.1 (Nuestra traducción,algodistintadeladeMiguelAngelVega:Textosclásicos de teoría de la traducción, 255)

Volveremos a esta bella metáfora más adelante. En el apartado siguiente veremos qué es lo que se “trans-duce” de dónde y a dónde.

1.2. ¿Dónde nos topamos con traducciones?

Vivimos en una época que se ha denominado “el siglo de la traducción” ya que las traducciones son una parte importante del repertorio textual de cada comunidad lingüística y cultural. A menudo no estamos siquiera conscientes de que el texto que estamos leyendo es una traducción.

Actividad 2

Reflexione sobre las situaciones en que ha leído o escuchado una traducción y descríbalas en unas pocas palabras.

1. ...........................................................

2. ...........................................................

3. ...........................................................

4. ...........................................................

5. ...........................................................

La imagen le dará algunos estímulos si no se le ocurre ninguna...

Hay traducción por todos lados. El término traducción puede referirse a la actividad y también al producto. Para evitar confusiones, hablaremos de traducir* si se trata de la actividad y de traducción* si nos referimos al producto.

y hablando de terminología: llamaremos texto base* (TB) al texto que se traduce y texto meta* (TM), al resultado del proceso de traducción.

1.3. Hay traducciones y traducciones

A partir de las reflexiones anteriores ya se habrá dado cuenta de que existen diferentes tipos de traducción. Distinguimos:

según el ámbito de actividad: traducción en la enseñanza de lenguas extranjeras (como ejercicio o como forma de control de rendimiento, traducción pedagógica) y traducción profesional*;

según la dirección de la traducción: traducción a la lengua materna (en la clase de lenguas extranjeras llamada traducción directa*) y traducción a la lengua extranjera (en la clase de lenguas extranjeras llamada traducción inversa*);

según la modalidad del proceso: interpretación* y traducción*; ambas se denominan a menudo con el término traslación*; en el lenguaje común se suele usar el término traducción como hiperónimo para referirse tanto a traducción como a interpretación;

según las condiciones específicas de la actividad de interpretación: interpretación simultánea* e interpretación consecutiva*;

según el lugar donde se realiza la interpretación: interpretación en servicios públicos*, interpretación de tribunales*, interpretación en centros de salud*;

según el tema que trata el texto base: traducción general, traducción especializada*, traducción literaria*, traducción bíblica*;

según el medio a través del cual se transmite la traducción: traducción oral o interpretación*, traducción a la vista* (que, a pesar del nombre, es más bien una forma de interpretación) y traducción escrita.

Todas estas formas de traducción, en adelante diremos en forma correcta formas de traslación*, se definen y describen brevemente en el glosario (cf. capítulo 8).

Este libro se centra en la traducción profesional. La interpretación será abordada de paso en el capítulo 4, en el contexto de la didáctica de la traducción. También dejaremos de lado la traducción bíblica*, que tiene un papel secundario en la traducción profesional; se trata de un área en su mayoría ocupada por teólogos, si bien no estaría mal introducir algunos aspectos profesionales en dicha práctica (cf. B. Nord 2002). A la traducción literaria nos referiremos solo en ocasiones cuando ciertos aspectos de la traducción general y especializada se pueden aplicar también a la literaria.

¿y qué pasa con la dirección de la traducción, es decir, directa o inversa?

Actividad 3

¿Qué opina sobre las siguientes afirmaciones?

a) La traducción directa es en principio más fácil que la inversa.

De acuerdo     En desacuerdo     No sé

b) Nunca se debe traducir a la lengua extranjera; solo se debe traducir a la lengua materna.

De acuerdo     En desacuerdo     No sé

c) En la traducción inversa se aplican criterios de calidad diferentes a los que se aplican en la directa.

De acuerdo     En desacuerdo     No sé

d) Un traductor especializado que posee una competencia traductora y temática puede traducir muy bien a la lengua materna y a la lengua extranjera.

De acuerdo     En desacuerdo     No sé

e) Se usan estrategias diferentes para traducir a la lengua materna y a la lengua extranjera.

De acuerdo     En desacuerdo     No sé

f) La traducción inversa es posible gracias a la disponibilidad de herramientas y fuentes de información.

De acuerdo     En desacuerdo     No sé

g) Los procesos mentales son diferentes en la traducción directa y la inversa.

De acuerdo     En desacuerdo     No sé

Actividad 4

Indique las afirmaciones del ejercicio anterior que le parecen típicas de la enseñanza de idiomas.

(a) (b) (c) (d) (e) (f) (g)

1.4. ¿Quién traduce?

Actividad 5

En su cultura de contraste, ¿quién hace las traducciones con las que se topa a diario?

¿Traductores o traductoras profesionales?

¿Secretarios o secretarias bilingües?

¿Ingenieros o ingenieras con conocimientos lingüísticos?

¿“Hablantes nativos” de la lengua extranjera que el cliente conoce por casualidad (por ejemplo, una amiga de la esposa de un colega)?

¿Estudiantes de lenguas extranjeras?

¿Personas que han estudiado lenguas extranjeras; por ejemplo, en un Instituto de Cultura?

¿Autores del texto base que dominan la lengua extranjera?

¿Docentes de lengua extranjera que así obtienen un ingreso extra?

Si usted tiene formación como traductor(a), ¿dónde la obtuvo?

¿En la universidad, un instituto profesional u otras instituciones académicas?

¿En colegios privados?

¿En el trabajo?

¿Durante una estancia en el extranjero?

¿En otros centros de formación? Como, por ejemplo:

1.5 Digresión 1: ¿Qué nos dice la traductología sobre su objeto de estudio?

Luego de haber entrado en nuestro tema por el lado práctico, haremos un pequeño desvío (el término técnico es digresión) hacia la traductología, es decir, la teoría de la traducción, como lo muestra esta palabra formada por la raíz traduct- (del latín traductio) y el sufijo -logía, de origen griego. La traductología se define como el estudio científico de la traducción como proceso y producto, y cada ciencia tiene que definir, antes de todo, su objeto de estudio. Cualquier introducción a la teoría de la traducción (p. ej. Nord [1997]2018: 8ss.) nos presenta varias definiciones, algunas de las cuales voy a exponer en lo que sigue.

En inglés se utiliza el término translation o translating como hiperónimo que abarca la traducción (escrita) y la interpretación (oral). Según el contexto, sin embargo, las siguientes definiciones se refieren siempre a la traducción escrita.

Los primeros aportes científicos sobre la traducción surgieron en los años 50 y 60 del siglo pasado y estaban relacionados con la incipiente investigación sobre la traducción automática. La definición de Oettinger, basada en la comparación de los sistemas lingüísticos, refleja el optimismo de entonces acerca de la factibilidad de la traducción automática (MT = machine translation) o asistida por computador (CAT = computer-assisted translation).

DEFINICIÓN 1

Traducir puede definirse como el proceso de transformar signos o representaciones en otros signos o representaciones. Si los signos originales tienen algún significado, solemos postular que sus imágenes tengan el mismo significado o, más realísticamente, un significado lo más próximo posible a los signos originales. El problema central de la traducción entre lenguas naturales es mantener invariable el significado.2 (Nuestra traducción)

Por el contrario, la definición de Catford se plantea a nivel textual e incorpora el ámbito de uso de la lengua.

DEFINICIÓN 2

Se puede definir la Traducción de la manera siguiente: la sustitución de material textual en una lengua (LO [= lengua original]) por material textual equivalente en otra lengua (LT [= lengua terminal]). (Catford [1965]1970, 39, trad. Francisco Rivera, énfasis en el original)

El positivismo que subyace a la definición de Oettinger en el sentido de pensar que existe una relación 1:1 entre los elementos lingüísticos y la realidad, se relativiza en la definición de Winter al hablar de “interpretaciones” de la realidad. Sin embargo, persiste en esta tercera definición la idea de que se pueden objetivar las interpretaciones de la realidad y con ello traducir de manera “equivalente”. Estas tres primeras definiciones consideran la traducción como un proceso de sustitución.

DEFINICIÓN 3

Traducir significa sustituir la formulación de un segmento del universo fuera y dentro de nosotros por otra formulación, lo más equivalente posible.3 (Nuestra traducción)

Eugene A. Nida fue traductor de la Biblia y durante muchos años director de la Sociedad Bíblica Americana. él intenta encontrar el equivalente “natural” en la lengua meta. Esto significa que en la lengua meta se debe formular un “mensaje” análogo al del texto base y que debe provocar en los destinatarios* del texto meta, a nivel de sentido y de estilo, un efecto similar al que provocó el texto base en sus destinatarios. Este tipo de equivalencia* fue denominada “equivalencia dinámica” (Nida [1964]2012) o, posteriormente, “equivalencia funcional” (De Waard y Nida 1986).

DEFINICIÓN 4

La traducción consiste en reproducir, mediante una equivalencia natural y exacta, el mensaje de la lengua original en la lengua receptora, primero en cuanto al sentido y luego en cuanto al estilo. (Nida y Taber [1969]1986, 29; trad. A. de la Fuente Adánez)

El concepto de “equivalencia comunicativa” de la llamada Escuela de Leipzig es parecida a la concepción anterior. Según esta escuela, dos textos de diferentes lenguas son equivalentes desde el punto de vista comunicativo cuando un hablante bilingüe ideal que se comunica con un destinatario* bilingüe ideal tiene la libertad de utilizar una u otra lengua con el fin de lograr su intención comunicativa, puesto que ambas provocan el mismo efecto comunicativo. Si consideramos estas condiciones de hablante y destinatario “ideales”, de acuerdo con esta definición, la traducción parece ser una empresa poco prometedora.

DEFINICIÓN 5

Traducir es un proceso lingüístico en el cual a un texto en una lengua LA se le coordina un texto en una lengua LB, el cual en cuanto a su efecto comunicativo es equivalente al texto en la lengua LA.4 (Nuestra traducción)

Todas las definiciones anteriores llaman equivalencia al fundamento para considerar un texto como una “traducción” de otro. La dificultad radica en el hecho de que el concepto de equivalencia, como lo demuestran las citas anteriores, a menudo no se define de manera satisfactoria. Por ello, algunos autores han intentado especificar su sentido mediante el uso de adjetivos, es decir, equivalencia denotativa, dinámica, teleológica, formal, funcional, connotativa, estilística, normativa, o de efecto. Estas especificaciones no hacen más que aumentar la imprecisión del concepto.

DEFINICIÓN 6

Mediante el concepto de equivalencia se postula que existe una relación de traducción entre el texto (o determinados segmentos textuales) en LB y el texto (o los correspondientes segmentos textuales) en LM (específicamente, sus elementos textuales). Este concepto de equivalencia no especifica el tipo de relación de que se trata; por lo tanto, esta debe definirse en cada caso. [...] Una fórmula para garantizar la equivalencia sería la siguiente: la(s) cualidad(es) X del texto en LB debe(n) preservarse. Lo anterior significa que el contenido, la forma, el estilo, la función, etc. del texto en LB se deben preservar en el texto en LM.5 (Nuestra traducción, énfasis en el original)

La sexta definición demuestra que para algunos autores la equivalencia solo significa una “relación de traducción”, es decir una relación de similitud entre textos en diferentes lenguas. Esta puede basarse en diferentes parámetros que deben permanecer invariables o “constantes” en la traducción, como el contenido, la forma, el estilo, el efecto (pretendido), la función, etc.

Los aportes teóricos basados en la equivalencia se enfocan en el texto base ya que postulan que se trata de “preservar” o de “mantener constante” determinados elementos o cualidades del mismo. El problema que se plantea es ¿cómo identifica el traductor esos elementos en un caso determinado? La teoría “equivalencista” responderá que será el texto base el que se lo dice. En el próximo capítulo vamos a poner a prueba esta afirmación.

El concepto de equivalencia proviene de las ciencias exactas (matemática, lógica formal, electrotecnia). Será por esa razón que no les agrada a algunos traductólogos porque la traductología no es una ciencia exacta. Con el advenimiento del llamado “giro pragmático” en la lingüística y el desarrollo de la lingüística del texto en los años 60 y 70 del siglo XX se ha expandido la crítica al concepto de equivalencia (cf. por ejemplo Snell-Hornby 1986: 15s.).

Al mismo tiempo, se establecen los primeros tímidos contactos con la práctica traductora en la industria, la economía, los organismos públicos y las organizaciones internacionales y se observa que allí el postulado de la equivalencia no tiene la prioridad absoluta, sino que se exige que una traducción, en tanto texto que se produce en la lengua y cultura meta, cumpla las funciones comunicativas exigidas. A partir de ahí vemos un giro hacia una traductología basada en el concepto de función que se manifiesta en las siguientes definiciones.

DEFINICIÓN 7

Una interacción (y la traslación considerada como un tipo específico de interacción) está determinada por su finalidad (escopo).6 (Nuestra traducción)

DEFINICIÓN 8

La traslación es la producción de un texto meta funcional y que mantenga una interdependencia con un texto base, especificada según la prospectiva función traslativa (= escopo). La traslación hace posible un acto comunicativo que, de otra forma, hubiera sido impedido por las barreras lingüístico-culturales entre los comunicantes. (Nord [1988]2012: 40)

En esta definición queda claro que la traducción se concibe no como una sustitución o reproducción lingüística (en un caso extremo, como un simple cambio de código*), sino como una interacción comunicativa entre actantes que pertenecen a culturas diferentes. Si es así, hay que considerar factores culturales y accionales que antes no se veían porque la atención se centraba únicamente en las estructuras lingüísticas.

Dejaremos de lado, por ahora, las reflexiones teóricas para volver al aspecto práctico de la traducción. De todas formas, aludiremos a menudo a estas definiciones y a las concepciones de lengua y comunicación que se desprenden de ellas.

2. ¿Qué pasa cuando traducimos?


En este capítulo abordaremos el proceso de traducción. Comenzamos con un breve ejercicio práctico en el que debe observarse a sí mismo y luego describir las fases del proceso traslativo y los factores que lo determinan. En la segunda parte del capítulo presentaremos otra digresión teórica en la que se expondrán algunos modelos traductológicos del proceso traslativo, que puede comparar con el suyo.

2.1. Un poquito de auto-observación

 

Actividad 6

Traduzca el Texto 1 (Flan Potax) a su lengua de contraste. Tómese el tiempo necesario y utilice todos los recursos de apoyo que requiera. En un archivo separado, anote sus reflexiones sobre el proceso o sobre los “problemas” enfrentados y su solución. Redacte su traducción en el computador en el formato definitivo con el cual debe ser entregada al cliente.

Receta 1: Flan Potax

Bueno, lo ha hecho muy bien. Ahora veremos cómo lo ha hecho.

Actividad 7

Trate de describir su proceso traslativo utilizando el esquema que se presenta más abajo. En la primera columna anote las unidades “generales” (fases), siempre y cuando estén reflejadas en su protocolo de trabajo, desde la primera lectura del texto base hasta finalizar el texto meta. En la segunda columna puede introducir unidades de trabajo más específicas (pasos), p. ej. si ha procedido por párrafos o consultado herramientas (¿cuáles?). Por último, en la tercera columna anote, si le parece oportuno, comentarios sobre las fases y los pasos, si, por ejemplo, mirando atrás, algo le parece bueno o quizás superfluo o si piensa ahora en otro paso que antes no había contemplado.

Fases Pasos Comentarios
 
1. ...................
    ...................
1.1. Sobre 1.1.
1.2. Sobre 1.2.
1.3. Sobre 1.3.
 
2. ...................
    ...................
2.1. Sobre 2.1.
2.2. Sobre 2.2.
2.3. Sobre 2.3.
Etc. Etc. Etc.

Actividad 8

¿Puede elaborar un gráfico que represente su proceso de trabajo utilizando flechas, círculos, rectángulos, etc.? Aquí tiene un espacio.

Fig. 1: Mi proceso traslativo

Ahora ha producido ya un modelo traductológico. Luego de haber descrito, aunque de manera simplificada, su propio proceso de traducción y lo ha representado gráficamente, puede ver, en la digresión siguiente, cómo lo hacen los traductólogos. Por supuesto, después retomaremos su traducción.

2.2. Digresión 2: Modelos teóricos del proceso de traducción

Los diferentes modelos del proceso de traducción se basan en una concepción teórica que se especificará en cada caso.

2.2.1. Modelos lingüísticos

Los modelos puramente lingüísticos describen el proceso de traducción con frecuencia como un proceso de cambio de código de dos fases. En la primera fase (análisis, decodificación, recepción o comprensión), se recibe el texto base y se analiza, considerando en lo posible todos sus rasgos, para luego transferirlo al código meta. En la segunda fase (síntesis, recodificación, reproducción), se “sintetiza” el texto meta. (Recordemos las definiciones de traducción de Oettinger y Catford que se presentaron en la primera digresión, en la sección 1.5.).

Fig. 2: Modelo bifásico

Wilss (1978: 16) apoya el modelo bifásico porque a su juicio expone de manera adecuada la “doble función del traductor como receptor del TB y emisor del TM” y “reproduce la labor del traductor de manera más realista”. Esta afirmación, sin embargo, se aplica más bien a procesos de traducción automática o semiautomática; por ejemplo, en el caso de expresiones formulaicas estandarizadas como “No entry”/”No pasar” o bien en el caso de textos como los partes meteorológicos que presentan una formulación muy estereotipada. Este modelo bifásico sugiere que la competencia traductora está conformada por una competencia de recepción en la lengua base y una competencia de producción en la lengua meta (cf. Nord [1988]2012: 43).

El siguiente modelo expuesto por Nida ([1964]2012: 302), que se relaciona con los postulados de la gramática transformacional de Chomsky (1957, 1965), presenta el proceso de manera un poco más clara. En este caso, se introduce una fase de transferencia entre las fases de análisis y reestructuración. En la fase de transferencia se remplazan en lengua meta los núcleos o cuasi-núcleos proposicionales del texto base derivados de la superficie textual en la fase de análisis, mediante retro-transformaciones. Luego, los núcleos transferidos se reestructuran formando la estructura superficial del texto meta.

Fig. 3: Modelo transformacional

2.2.2. Modelos comunicativos

Los modelos que presenta la Escuela de Leipzig también se basan en la lingüística, si bien incorporan elementos de la teoría de la comunicación. Kade (1968a: 30s.) considera el proceso de traducción como una etapa del acto de comunicación bilingüe en donde lo medular es la función comunicativa del lenguaje. El proceso traslativo se desarrolla en principio según el siguiente esquema: recepción del texto base procesamiento intelectual o decodificación del mismo a base de sus propiedades semántico-funcionales búsqueda de unidades equivalentes de la lengua meta según valores empíricos basados en conocimientos temáticos y lingüísticos (recodificación) elaboración del texto en lengua meta gracias al conocimiento de las normas de esta lengua finalización del texto en la lengua meta (Kade 1968a: 39). Kade describe su modelo como un proceso bifásico, si bien ambas fases están conectadas mediante el proceso de recodificación que constituye la traducción como tal.

Este proceso de recodificación se convirtió posteriormente en una fase separada (transferencia), dando paso a un esquema trifásico, como se presenta en la Fig. 4 (cf. Kade 1968b). Las tres fases se describen de la siguiente forma:

1. Comunicación entre el emisor (E) y el traductor (TRD) quien es receptor (R) del texto base.

2. Traspaso del TB al TM que realiza el traductor como recodificador (RC).

3. Comunicación entre el traductor (como emisor secundario E’) con el receptor del TM (R’) (citado en Koller 1992: 106s.).

En este modelo también se considera la existencia de una equivalencia entre los signos de las dos lenguas como prerrequisito del cambio de código.

Fig. 4: Modelo trifásico

2.2.3. Modelos funcionalistas

Los que critican los modelos del proceso traslativo presentados hasta ahora objetan que estos modelos solo representan los casos en los que se exige del texto meta una equivalencia (comunicativa), invariancia del contenido* o constancia de función*. Los casos que se dan en la práctica, en los que no es posible mantener constante la función del texto base (por ejemplo, la traducción de un conjuro antiguo para receptores en la actualidad quienes ya no creen en el efecto mágico) o no se desea lograr la misma función (por ejemplo, la traducción de una ley para fines informativos para un abogado y no para ser aplicada como tal en la cultura meta*), no son consideradas como traducciones y se denominan versiones, transposiciones o adaptaciones, es decir, en todo caso como “no traducciones”.

En la realidad profesional existen diferentes tipos de traducción, además de las que tienen función constante o equivalencia de efecto. Hönig y Kussmaul (1982: 40s.) ya cuestionaron la premisa de la constancia de funciones como criterio para cualquier traducción, integrando en el modelo del proceso traslativo la posibilidad de que la función (pretendida) del texto meta sea otra que la del texto base. Con ello avanzaron hacia una concepción funcional del proceso traslativo, la cual yo comparto (Nord [1988]2012).

Fig. 5: Modelo circular

En este modelo, el “encargo de traducción”* adquiere un papel relevante. Consiste en la especificación por parte del iniciador de las exigencias requeridas del texto meta (= perfil del texto meta). Estas consideraciones constituyen el punto de partida del modelo (Fig. 5) que no presenta ya un determinado número de fases o pasos lineales sucesivos, sino que concibe el proceso como un “círculo”, es decir, como un proceso holístico circular que a su vez incluye otros círculos recursivos. La representación en la Fig. 5 se basa en Nord ([1988]2012: 46).

De esta manera, nos alejamos de la concepción del traductor como el representante del dios Jano con sus dos rostros, uno que mira hacia el emisor del TB y el otro hacia el receptor del TM, o como una estación retransmisora a través de la cual fluye el texto y en donde cambia de manera “automática” su forma, pero no su contenido. Los traductores se consideran más bien como productores textuales por derecho propio, quienes ejercen su profesión utilizando el texto base (y, en su caso, alguna información adicional) con el fin de elaborar, según las especificaciones del encargo, un texto meta que cumpla las funciones deseadas.

El proceso de traducción se inicia con la interpretación del encargo de traducción (ET), del cual se infieren las informaciones relevantes sobre las condiciones externas de la traducción (plazo, honorarios, formato y método de envío, etc.) y la situación comunicativa para la que se necesita el texto meta (TM). El resultado de esta interpretación constituye un filtro para el análisis del texto base (TB), que consiste en identificar aquellas unidades funcionales que son relevantes para la producción del texto meta deseado. A partir de la comparación entre las exigencias del ET y lo que se observa en el TB, se toma la decisión respecto de una estrategia traslativa* específica que se planifica en el siguiente paso. Luego se aplica la estrategia con el fin de producir el texto meta. El círculo se cierra al comparar el texto meta con las exigencias del ET (control de calidad). Entre las diferentes fases del proceso, es decir, entre el análisis del TB y el ET, entre la estrategia propuesta y el análisis del TB o del ET, entre la producción del TM y la estrategia propuesta, como también entre la producción del TM y el análisis del TB, se pueden producir otros procesos recursivos (marcados con línea punteada en la Fig. 5). A modo de ilustración de este proceso puede recurrir al prefacio de las traductoras de este libro.

2.2.4. Modelos accionales

En sus modelos basados en la teoría de la acción, Vermeer ([1974]1983) y Holz-Mänttäri (1984: 108ss.) desarrollan una estructura de factores y agentes compuesta por iniciador, comitente, emisor, traductor, destinatario del TM, usuario, entre otros, y toman en consideración más bien la situación externa del traductor en lugar de lo “que ocurre en su mente” (cf. también Wilss 1982). Sin embargo, Vermeer describe el proceso traslativo en un sentido estricto aún como un proceso de decodificación y recodificación que está compuesto por las siguientes acciones separables por razones metodológicas:

1. Percepción

2. Comprensión

3. Interpretación como secuencia de comprensión y transmisión de lo “comprendido”.

Posteriormente, Vermeer define (por ejemplo, en Reiss y Vermeer [1984]1996: 89) la traslación como “una oferta informativa* en una cultura final y en su lengua sobre una oferta informativa procedente de una cultura de origen y de su lengua” representando el proceso traslativo de manera gráfica como aparece en la Fig. 6 (ib.: 50ss.): Un productor textual P ofrece una información Inf.1 a un conjunto de receptores* de la cultura base* (R-B), mediante el uso de signos verbales y no verbales. El traductor recibe esta oferta tomando en consideración el escopo de la traducción. Basado en esta recepción, formula una oferta informativa Inf.2 en la lengua y cultura meta sobre la oferta informativa Inf.1 para los receptores del texto meta (R-M). El criterio principal para cualquier decisión traslativa es la función pretendida y justificable del texto meta como oferta informativa meta.

Fig. 6: Modelo accional

2.2.5. Modelos sicolingüísticos

Algunos estudiosos (cf. por ejemplo Krings 1986) critican que los modelos que hemos visto hasta ahora no toman en consideración los procesos mentales ni la realidad síquica del traductor confinándolos a la llamada “caja negra” que no puede ser analizada. Según ellos, los modelos anteriores son de naturaleza teórico-especulativa y no están respaldados por estudios empíricos. Para paliar esta situación, autores como Krings (1986) entre otros, han insistido en que era necesario realizar análisis empíricos del proceso mediante el uso de protocolos en voz alta (Thinking-Aloud Protocols, TAP*). En un principio, dichos experimentos se hicieron con estudiantes de lenguas extranjeras, luego con estudiantes de traducción y más tarde también con traductores profesionales (por ejemplo, Krings 1988). A los sujetos se les solicitaba verbalizar en voz alta todo lo que les pasaba por la mente al traducir. Todo lo verbalizado se grababa, se transcribía y luego se analizaba en términos de las estrategias y los procesos de resolución de problemas que se observaban.

Los resultados dieron paso a descripciones que exponían procesos de traducción individuales en un formato de diagrama de flujo. En estos diagramas se repetían determinados procesos cognitivos, como las estrategias de identificación de problemas, de búsqueda de equivalentes, de evaluación y de resolución de problemas (cf. Krings 1986: 480ss.; de manera similar Sager 1993: 219). Lörscher (1991: 101) distingue entre estrategias “retrospectivas”, es decir, que se refieren a segmentos del texto ya traducidos, y estrategias “prospectivas” que anticipan etapas futuras de trabajo.

Sager (1993: 217) diseñó una secuencia de procesos traslativos, que presenta las diferentes fases y etapas de trabajo (stages) con el propósito de desarrollar recursos computacionales y módulos automatizados, o bien, controlar sistemas de traducción interactivos.

Fig. 7: Representación sicolingüística del proceso traslativo según Sager (1993: 217; nuestra traducción)

Este investigador describe el procedimiento como “una sucesión de movimientos circulares grandes y pequeños” que ocurren de manera aislada o combinados entre sí (Sager 1993: 215). El esquema de la Fig. 7 no se ha obtenido de manera directa a partir de datos empíricos, sino que se ha diseñado sobre la base de los TAP. Resulta interesante observar que se le asigna mucha importancia al “análisis del encargo de traducción” que en otros modelos sicolingüísticos no desempeña ningún papel. Retomaremos este tema más adelante.

En síntesis:

Dependiendo de la perspectiva teórica del observador, se priorizan diferentes aspectos del proceso de traducción. No podemos ver directamente lo que ocurre en la mente de una persona cuando traduce; por ello los modelos se basan en suposiciones y observaciones. Los TAP demuestran que aquellos sujetos que poseen una mayor competencia traductora son los que menos verbalizan durante los experimentos. Los protocolos de estudiantes son más detallados que los protocolos de traductores profesionales. Esto demuestra que muchas subetapas del proceso se automatizan y, por lo tanto, la introspección ya no está disponible para el traductor. En lo que respecta a la formación de la competencia traductora, este hecho significa que debemos lograr la automatización de determinados subprocesos o procedimientos de traducción.

2.3. Fases del proceso traslativo

Actividad 9

Observe otra vez su propio modelo de la figura 1. ¿A cuál de los modelos presentados se asemeja más? Revise su protocolo de trabajo y responda las siguientes preguntas.

1. ¿Leyó el texto en su totalidad antes de empezar a traducir? Sí No

Si leyó el texto entero, ¿en qué aspectos se fijó?

En el contenido

En las palabras

En la sintaxis

En la gramática

Si no leyó el texto entero, ¿cuál fue el tamaño de las unidades que leyó enteras?

Párrafos

Oraciones

Frases

Palabras

2. ¿Ha marcado algunos “pasajes difíciles”? Sí No

Si no ha marcado ninguno, explique porqué no lo hizo:

................................................................................................

Si ha marcado alguno, especifique en la tabla adjunta cuáles fueron esos pasajes, marcándolos con una X.

 
Español
Marcar con una X Lengua de contraste No completar por ahora
flan      
6 sobres      
alimenticio      
además de ser … es también      
hidratos de carbono      
tan pronto como espese      
natillas      
crema para relleno      
     
     
     

3. Escriba en la tercera columna la traducción que usted considera como la mejor en su lengua de contraste. Más adelante llenará la cuarta columna.

4. ¿Utilizó herramientas? Sí No

Si utilizó algunas, especifique cuáles fueron. Si se encuentran en la siguiente lista, márquelas con una cruz.

Diccionario de español monolingüe

Diccionario bilingüe español/lengua de contraste

Diccionario monolingüe en la lengua de contraste

Diccionario especializado monolingüe o bilingüe

Otros diccionarios

Otros recursos

¿Cuáles?

....................................................................................................

....................................................................................................

5. ¿Cómo procedió al traducir el texto?

Hice una traducción literal y luego la revisé una vez.

Hice una traducción literal y luego la revisé varias veces.

Hice una traducción “en limpio” desde el comienzo y luego la revisé una vez para eliminar algunos descuidos.

6. ¿Cuáles de los principios listados a continuación se asemejan más a su estrategia general?

Lo más literal posible.

Lo más libre posible.

Lo más literal posible y tan libre como sea necesario.

Otros principios ..........................

7. ¿Cómo evalúa el resultado de su proceso de traducción?

La traducción es fiel, pero no se entiende.

La traducción se entiende, pero de alguna manera suena a traducción.

La traducción se lee como un texto original en la lengua meta.

Otra evaluación ..............................

2.4. Digresión 3: Las funciones comunicativas

Antes de abordar el proceso traslativo, sería conveniente aprender un poco sobre las funciones comunicativas. Lo hacemos a diario de una manera sencilla o “precientífica”. Decimos, por ejemplo, que una receta para preparar una comida debe “instruir”, y si lo hace, entonces está pensada para una función instructiva. O decimos: Un anuncio está pensado para “persuadir” a los consumidores a comprar un determinado producto, entonces debe cumplir una función persuasiva.

Existen múltiples funciones y también muchos modelos para clasificarlas. Si proponemos aquí un modelo determinado es porque, por una parte, este modelo es relativamente fácil de comprender para los alumnos y principiantes y, por otra parte, porque ya lo he practicado con éxito en la clase de traducción. Como toda clasificación, se trata de una simplificación ya que no existen (o existen muy pocos) textos destinados para cumplir una sola función. Por ello sería más adecuado hablar de “funciones-en-textos” que de “funciones textuales”. A menudo podemos identificar diferentes funciones en un mismo texto; sin embargo, también podemos constatar que una de ellas cumple la “función principal”. A diferencia de los textos de uso práctico, en los textos literarios esta es más difícil de determinar; por ello nos concentraremos aquí en los primeros. No obstante, se presentarán también algunos ejemplos de textos literarios.

Primero veamos brevemente las bases teóricas, para luego presentar el modelo.

2.4.1. El modelo orgánico de Karl Bühler

En su obra Teoría del lenguaje, el sicólogo alemán Karl Bühler ([1934]1967), describió el lenguaje como una “herramienta” (en griego: órganon) que desempeña diferentes funciones dependiendo de la relación que establece con cada uno de los tres componentes del proceso comunicativo. Esto se puede representar en la forma de un triángulo (Fig. 8).

Fig. 8: Modelo orgánico 1934

Según la relación que el signo tiene con los componentes del proceso comunicativo, Bühler distingue tres funciones del lenguaje.

En su relación con el objeto de referencia, el signo lingüístico tiene, según Bühler, una función simbólica, es decir, en tanto símbolo representa la realidad extralingüística en la comunicación. El autor la llama función representativa, nosotros la llamamos función referencial* porque “se refiere” al referente.

En cuanto a su relación con el emisor, ciertos signos lingüísticos poseen una función de síntoma, es decir, expresan los sentimientos subjetivos del emisor, como emociones o evaluaciones, etc.; esta sería la función expresiva*.

En su relación con el receptor a quien se dirige el mensaje (que nosotros hemos denominado “destinatario”*), el signo lingüístico puede tener una función de estímulo para animar a este a reaccionar de determinada manera. Generalmente se habla de una función apelativa* ya que el emisor “apela” directa o indirectamente al receptor a que responda de determinada forma.

Katharina Reiss ([1971]2000) se basó en este modelo de Bühler para desarrollar su tipología textual*, por lo cual el modelo es conocido desde hace años en el ámbito de la traductología.

2.4.2. El modelo funcional de Roman Jakobson

El estructuralista ruso Roman Jakobson presentó, unos 25 años después de Bühler, en 1960, publicado en español en 1988, un modelo funcional que se basa en una concepción un tanto más detallada del proceso comunicativo, la cual, dependiendo del punto de referencia, da paso a seis funciones lingüísticas.

Fig. 9: Modelo funcional 1960

La función referencial es la función del signo en relación con el referente u objeto de la comunicación. Corresponde a la función representativa o simbólica de Bühler.

La función emotiva es la función del signo en relación con el emisor y equivale a la función expresiva de Bühler.

La función conativa es la función del signo en relación con el receptor y coincide con la función apelativa de Bühler.

Además de estas tres funciones, el modelo de Jakobson expone otras tres:

La función fática* da cuenta de la relación del signo con el canal de comunicación y permite iniciar, mantener y finalizar el contacto entre el emisor y el receptor con expresiones como Lindo día hoy, ¿no es cierto?, o bien, ¿me escuchas? (al hablar por teléfono). Volveremos a esta función más adelante.

La función metalingüística se refiere a la relación entre el signo y el código. Por ejemplo, si decimos “verde es un adjetivo”, estamos hablando de una unidad lingüística, verde, y afirmamos algo sobre su función gramatical (a diferencia de “verde es el prado”, que se refiere a un objeto de la realidad, el prado). La formulación metalingüística “es un adjetivo” clasifica el elemento lingüístico “verde”; en español muchas veces no se marca, mientras que en inglés suele marcarse con comillas o letra cursiva.

Finalmente, la función poética es la función del signo lingüístico de llamar la atención sobre sí mismo, como es el caso de los juegos de palabras, aliteraciones, rimas, asonancias u otros recursos poéticos. Indirectamente, la función poética se usa con frecuencia para fines apelativos en publicidad, como nos muestra el eslogan “Un, dos, tres Moulinex” o en el título “Una noria con historia” de un libro infantil.

Como se habrá dado cuenta, Jakobson adopta las tres funciones de Bühler (con una terminología algo diferente), opinando, sin embargo, que no cubren la gama entera de posibles funciones. Al basarse en un modelo de comunicación distinto, añade las otras tres funciones. Sin embargo, si las analizamos detenidamente, podemos concluir lo siguiente:

La función metalingüística se puede considerar como un tipo específico de función referencial en la cual el referente es un elemento del código lingüístico. A mi modo de ver, existe solo una diferencia gradual, no fundamental, en cuanto a la referencia a un elemento de otro conjunto como, por ejemplo, el conjunto de las niñas de seis años que han huido de casa o el conjunto de películas:

El adjetivo que buscamos es verde.

La niña que buscamos es Ana María.

La película que buscamos es “Tres hombres y un bebé”, de 1987.

Por lo tanto, consideramos la función metalingüística como una subfunción de la referencial y no como una función adicional a las tres funciones básicas de Bühler.

La función fática no fue considerada en el modelo de Bühler. Podemos identificarla por ejemplo en aquellas expresiones que en determinadas situaciones no representan un referente, no expresan los sentimientos del emisor ni apelan al destinatario. Por ejemplo, retomemos la expresión Lindo día hoy, ¿no es cierto? En este caso, no se le informa al receptor sobre nada que no sepa del referente (el clima); solo usamos esta expresión cuando es evidente para todos que hay buen clima. Podemos suponer que el emisor está contento por el buen clima; sin embargo, debido a que esta expresión es usada frecuentemente entre personas desconocidas con el fin de “romper el hielo” o para iniciar una conversación, cabe preguntarse si realmente le interesan al receptor los sentimientos del emisor. y finalmente, podemos concluir que por la misma razón dicha expresión no parece apelar al receptor para que se alegre por el buen clima. ¿Se trataría entonces de una expresión sin función alguna? ¡De ninguna manera! Se trata de una expresión que cumple la función fática señalada por Jakobson, es decir, abrir el canal para iniciar la comunicación entre personas desconocidas que comparten un vuelo en avión o un viaje en bus que, de no hacerlo, se ven enfrentadas a una situación muy incómoda. ¡Haga la prueba!

La función fática es especialmente relevante para la traducción porque se basa en la convencionalidad* de la forma y, como ya sabemos, las convenciones son específicas de las culturas o simplemente “culturales”. ¿De qué forma se abriría el canal en su cultura de contraste, ya sea refiriéndonos al (buen) clima, al calor, a la política, a la salud, al fútbol?

Finalmente, la función poética. La detectamos en eslógans publicitarios, en títulos, en onomatopeyas o en poesía donde la rima, el ritmo, la forma de las estrofas, entre otros elementos, atrae el ojo (o el oído) del receptor. Pero, ¿se trata de una función sin propósito?

En los títulos y en publicidad sirve a la función apelativa, por ejemplo, diciendo cómprame, léeme. En el caso de poesía podría tratarse de una función expresiva (vocales graves y consonantes nasales en un poema triste y vocales agudas y consonantes sonoras en un poema alegre). En las onomatopeyas se utiliza para describir determinados sonidos y tonos, como por ejemplo: guau guau, snif, toc-toc, ñam-ñam. Incluso en el caso de la poesía experimental o visual podemos afirmar que la función poética está al servicio de las funciones básicas.

Fig. 10: Poesía visual

Consideramos entonces la función poética como un recurso indirecto para lograr una función referencial, expresiva o apelativa. Por lo tanto, en la próxima sección presentaremos un modelo sistemático de cuatro funciones que ilustraremos mediante algunos ejemplos.

2.4.3. El modelo cuatrifuncional para la didáctica de la traducción

Basándonos en una combinación de los modelos de Bühler y Jakobson, distinguimos cuatro funciones básicas en la comunicación:

la función fática,

la función referencial,

la función expresiva, y

la función apelativa.

La función fática

Esta función comprende todas las subfunciones que se relacionan con la apertura, mantenimiento y cierre del contacto comunicativo. Como yo la entiendo, esta función también sirve para definir y modelar la relación social entre los interlocutores, no mencionada por Jakobson; por ejemplo, marca la distancia o el grado de confianza mediante la selección de determinadas formas de tratamiento, un tono formal o íntimo o marcas discursivas metacognitivas (por ejemplo, ¿no es cierto?, ¿entiendes?). Frecuentemente se combina con la función de apertura del contacto.

Algunos ejemplos típicos de enunciados o textos fáticos son los siguientes:

Smalltalk ( abrir el contacto);