Lo-que-realmente-te-importa.jpg
18476.jpg

 

Tu vida se construye a partir de tus elecciones.Cada vez que tomas una decisión, estás eligiendo un camino a seguir. Si aprendes a identificar lo que realmente importa (tus valores, lo que te define, tus anhelos más profundos), te encaminarás directamente hacia la realización de tus sueños.

Este libro te despertará la necesidad de redescubrir tu vida,de definir con mayor claridad y confianza tus objetivos.Ofrece consejos prácticos para superar los obstáculos que te desvían de tu ruta (el miedo, la falta de autoestima, la necesidad de complacer a los demás) y así, avanzar sin distraerte de tu propósito.

Una invitación a adueñarte de tu existencia.

Y disfrutarla.

 

El futuro es consecuencia de las elecciones que hacemos en el presente.

Tener claridad sobre el porqué de tus elecciones irá contribuyendo mucho para que tengas una vida más llena de certezas. No estoy hablando de la seguridad de que todo saldrá bien. Estoy hablando de dar lo mejor de nosotros, de aquel sentimiento que nos embarga cuando realizamos algo que alimenta nuestra alma.

Si haces tus elecciones con discernimiento, alineadas a tu misión, tus valores y tu esencia, estarás siendo cada vez más profundo y maduro en tus actitudes.

La vida pasa tan rápido que no podemos desperdiciarla con elecciones erradas. Prefiere siempre tu verdad; así, cada decisión tomada será un paso en dirección a tu propósito, el mejor camino para sentirte bien y plenamente realizado.

Elige lo que realmente te importa...

 

18493.jpg

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Dedico este libro a mis padres,

Eraldo y Toninha, mis ídolos,

ejemplos de rectitud y vida.

Seres humanos especiales que,

con mucha sencillez, cariño y amor,

siempre me enseñaron todo aquello

que realmente importa.

 

Agradecimientos

 

A mi esposa, Tábata, cómplice en los momentos ciertos e inciertos de la vida. Admiro su sensibilidad para lidiar con mis inquietudes, su capacidad de expresar amor y su intensa dedicación al escribir juntos cada momento de nuestra historia.

Recuerda que, con tu amor, tú cuidas de mí como jamás imaginé merecer. Nunca te olvides de que amo despertarme a tu lado y encontrar esa mirada que me energiza el alma. Te amo.

A mis hermanas, Andréa y Vanessa, que renuevan en cada reencuentro la fuerza del amor que existe entre nosotros, fuerza que no soy capaz de explicar, apenas de sentir. A mi cuñado, Abbott, amigo/hermano que la vida me presentó para compartir nuestra existencia.

A mis ahijados, Beatriz, Giovana y Guilherme, que me enseñan el valor de los pequeños milagros existentes en cada descubrimiento.

Conozco a muchas personas que, de alguna forma, contribuyeron a mi evolución en el universo de la escritura. Por lo tanto, agradezco a todos los que formaron y forman parte de mi vida. En especial, a aquellos que dedicaron parte de su valioso tiempo a la lectura de mis originales: Daniele Gautio, Eder Roberto Dias, Gisele y Nardele Cheles, Haroldo Sato, Iraceli Lopes, Juliana Cerdeira, Juliana y Jorge Ressati, Marisa Mariano, Mosângela Amorim, Patrícia Casseano, Marco Cardozo, Renata Neres, Samuel Pereira dos Santos y Silvia y Juliana Polazzetto.

Agradezco a los apasionados por el conocimiento, incansables en el arte de multiplicarlo. Ustedes me enseñan y me estimulan a explorar caminos que desconozco en este universo tan amplio que es el conocimiento. Gracias a Amadeu Pagnanelli, Christian Barbosa, Eduardo Carmello, Evaldo Ribeiro, padre Fábio de Melo, Francisco Higa, Gabriel Chalita, Gustavo Cerbasi, Jonas Ribeiro, Luis Fernando Garcia, Roberto Shinyashiki, Roberto Tranjan y Simone Paulino; amigos, cada encuentro con ustedes es una oportunidad de aprender aún más sobre la vida y sobre el vivir.

Agradezco a Dios por permitirme disfrutar de salud y paz y por la bendición de estar siempre rodeado de personas de bien. Agradezco por nuestras largas conversaciones y por estar siempre presente en mi vida, protegiéndome y orientándome por los caminos del significado y de la fe para que, cada día, yo pueda concretar mi misión.

 

Presentación

 

¿Cuál es la importancia de una elección? ¿Cuántas veces escogemos nuestros caminos sin darnos cuenta del impacto que una simple elección puede representar en nuestra existencia? ¿Cuántas veces, en el impulso de resolver algo que nos inquieta, tomamos una decisión sin pensar en las consecuencias?

Cada una de las elecciones que hacemos, incluso aquellas que parecen no tener importancia, generan consecuencias que nos acompañan durante toda la vida. Por eso, es fundamental que toda elección se haga conscientemente, porque cada una de ellas definirá nuestro futuro.

Estoy hablando de todas las elecciones que tú haces. Estoy hablando de todas aquellas decisiones que tomamos en el día a día, las pequeñas y las grandes, las simples y las complejas, tanto aquellas en las cuales pensamos mucho antes como aquellas que tomamos sin pensar. Desde la elección de nuestros estudios hasta la ropa que usaremos. Desde la elección de quien será tu pareja, hasta del barrio donde vivirán después de casarse.

Generalmente no nos damos cuenta de que a cada paso dejaremos una marca que perdurará por siempre. ¿Qué mejor ejemplo que la elección de la persona con quien nos vamos a casar? Tomar esa decisión acertadamente hace la diferencia para ambas partes. Una esposa o un marido puede llevar a su pareja a lo más alto, o bien hundirla. No existe punto medio. Se trata, simplemente, del resultado de una elección.

 

Cada vez que optamos, estamos redefiniendo nuestro camino. Cada decisión tomada nos acerca al destino deseado o nos aleja completamente de él. El futuro es consecuencia de las elecciones que hacemos en el presente. Por eso, es fundamental que reflexiones sobre cuáles son los motivos detrás de tus decisiones: ¿qué te mueve a hacer tus elecciones de vida? ¿Por qué optaste por la universidad donde estás estudiando o donde ya estudiaste? ¿Era eso lo que tú querías o fue algo que te impusieron?

 

¿Por qué decidiste cambiar el auto a fin de año? ¿Quieres y necesitas cambiarlo o la sociedad quiere que lo cambies?

¿Por qué elegiste hacer tanta actividad física? ¿Es para tener más salud o para sentirte parte de un grupo?

¿Por qué elegiste leer este libro? ¿Porque alguien te lo mostró y te sentiste en la obligación de leerlo o porque buscas vivir todo aquello que realmente importa en tu vida?

¿Por qué decidiste tu matrimonio? ¿Es una elección que te completa todo el día y te hace sentir vivo o a veces tienes deseos de no volver a casa para reencontrarte con tu pareja?

¿Por qué elegiste posponer la decisión de tener un hijo? ¿Porque sientes que no es el momento adecuado o porque tu carrera y tus proyectos están por encima de esa elección?

¿Por qué elegiste la profesión que ejerces? ¿Porque es tu vocación o te estás sacrificando por dinero?

 

Tal vez estés preguntándote: “Pero ¿de qué sirve quedarme pensando en las elecciones que hice?”. Porque es bueno saber dónde estamos, reconocer dónde acertamos y dónde erramos. Con esa conciencia podemos quedarnos donde estamos, lo cual también es una elección, o explorar nuevos caminos, desear nuevas posibilidades y cambiar.

Tener claridad sobre el porqué de tus elecciones irá contribuyendo mucho para que tengas una vida más llena de certezas. No estoy hablando de la seguridad de que todo saldrá bien, porque además la vida no tendría gracia si tuviéramos certeza de todo lo que vamos a vivir. Estoy hablando de lo que sentimos cuando hacemos una elección que juzgamos correcta, de la sensación de estar en el camino cierto, empeñados en hacer con excelencia todo aquello que nos propusimos. Estoy hablando de dar lo mejor de nosotros, de aquel sentimiento que nos embarga cuando realizamos algo que alimenta nuestra alma.

Si haces tus elecciones con discernimiento, alineadas a tu misión, tus valores y tu esencia, estarás siendo cada vez más profundo y maduro en tus actitudes, estarás siendo tú mismo, con la cara limpia, estés donde estés.

 

Elegí escribir este libro para contribuir con aquellos que buscan vivir su verdadera esencia, aquellos que quieren descubrir lo que realmente importa. Porque la vida pasa tan rápido que no podemos desperdiciarla con elecciones erradas.

Haz tus elecciones, busca aquellas que van a completarte. No aceptes ninguna que te distancie de ti mismo. Prefiere siempre tu verdad; así, cada decisión tomada será un paso en dirección a tu propósito, el mejor camino para sentirte bien y plenamente realizado.

 

Introducción

¿Con qué mirada puedes leer este libro?

Todos nosotros tenemos una manera particular de percibir el mundo. Siempre que miramos algo o a alguien, nuestras creencias y experiencias influyen sobre nuestra percepción. Por eso, es muy común que cada persona tenga una interpretación completamente diferente sobre la misma imagen o situación.

El otro día hice un descubrimiento interesante mientras leía sobre la vida de San Buenaventura, teólogo del siglo XIII, que después de haber sido curado por San Francisco de Asís, a quien admiró mucho, ingresó en la Orden Franciscana y se dedicó a hacer el bien. San Buenaventura formuló pensamientos extraordinarios sobre la naturaleza humana. Uno de ellos nunca fue tan actual.

Para él, existen tres formas de ver el mundo, tres miradas que definen el alcance de nuestra percepción. La primera de ellas es la MIRADA DE LA CARNE; un ojo físico, estructural, capaz de percibir la materia pura y simplemente. Es una mirada igual para todo el mundo, pero limitada, porque percibe apenas lo aparente: es “ver por ver”.

La segunda es la MIRADA DE LA RAZÓN, más refinada que la de la carne, pues permite que al mirar a alguien o algo, seamos capaces de analizar racionalmente esa visión, pensar sobre ella. La mirada de la razón y de la ciencia, para la cual todo precisa ser probado: es “ver para creer”.

Y hay aún una tercera, la MIRADA DE LA CONTEMPLACIÓN. Esta es muy especial porque, según San Buenaventura, está en comunión con la grandeza de la naturaleza: es “ver más allá”. Cuando miro a alguien o algo con esa mirada, no me estoy deteniendo solo en lo que es, ni en cómo funciona. Estoy sintiendo. Mi percepción me trae una claridad mayor y sentimientos que me tocan de forma profunda, porque no es que apenas veo, sino que también entro en comunión con el que está delante de mí. Cuando te miro con esa mirada, tú eres mucho más de lo que puedo percibir o entender; eres lo que yo puedo sentir.

Pensando sobre eso, recordé una conversación que tuve con el padre Fábio de Melo. Él me hablaba de otro concepto que tiene todo que ver con esa idea de la mirada de la contemplación. Hablábamos de misericordia, y él me explicaba que ese es un concepto teológico que tiene un significado extremadamente profundo. Misericordia significa: “corazón en el que cabe otro”. Un corazón que aún no está lleno y, por lo tanto, contiene la posibilidad de sentir por el otro.

 

Reflexiona un poco y percibirás que la misericordia ocurre en tu interior cada vez que eres capaz de “ser otro”, de involucrarte en lo que el otro está sintiendo o pensando, sin prejuicios. El ejercicio de la misericordia, por lo tanto, está al alcance de todos nosotros. Basta tener la disposición de ver “más allá”, de estar con el corazón abierto para recibir al otro en nuestro interior, con sus dolores y alegrías, errores y aciertos.

Pero solo es capaz de contemplar aquel que salió de sí, que permite que la realidad delante de sus ojos le invada el alma. Ciertas cosas las vemos mejor con los ojos cerrados.

 

Aquí va mi pedido: espero que, en el transcurso de esta lectura, uses tu mirada de contemplación. Deja de lado tus suposiciones y prejuicios. Sumérgete en estas páginas desarmado y con el corazón abierto, para que, más que leer para entender, puedas leer para sentir. Estoy seguro de que, así, mis palabras tendrán más sentido para ti y para tu vida, pues verás este libro con la mirada de quien desea –y puede– ver más allá.