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Cómo ser el
mejor amigo
de su perro

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Los Monjes de New Skete

Cómo ser el
mejor amigo
de su perro

EL MANUAL DE ADIESTRAMIENTO
CLÁSICO PARA LOS PROPIETARIOS
DE PERRO

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Copyright de la edición original: © 2002 The Monks of New Skete

Esta obra se ha publicado según el acuerdo con Little, Brown and Company, New York, USA.

Todos los derechos reservados

Título original: How to Be Your Dog’s Best Friend

Traducción: Belén Blanco Tort

Diseño de cubierta: David Carretero

© 2014, Monks of New Skete

Editorial Paidotribo

www.paidotribo.com

E-mail: paidotribo@paidotribo.com

Primera edición

ISBN: 978-84-9910-439-3

ISBN EPUB: 978-84-9910-932-9

BIC: MZ

Fotocomposición: Bartolomé Sánchez de Haro

bgrafic@bgrafic.es

A nuestros muchos clientes durante
todos estos años, cuyo amor por
sus perros ha sido una constante
fuente de inspiración para nosotros

Aprender el valor del silencio es aprender a escuchar la realidad, en lugar de gritarle: abrir la mente lo suficiente para descubrir cómo suena el final de la frase de otra persona, o escuchar a un perro hasta descubrir qué necesita, en lugar de imponerse usted en nombre del adiestramiento.

THOMAS DOBUSH, Monje de New Skete
(9 de octubre de 1941-7 de noviembre de 1973)
en Fragmentos, el Diario de New Skete,
invierno de 1973

Me encana intromirar. Puedes imaginarte lo magnífico que es intromirar, por ejemplo, un perro que pasa. Intromirar (no me refiero a inspeccionar, lo cual sólo es una clase de gimnasia humana por medio de la cual uno sale de nuevo inmediatamente por el otro lado del perro considerándolo meramente, por decirlo de alguna forma, como una ventana de la humanidad que se encuentra detrás de él, no es eso), sino dejar que uno mismo entre hasta el mismísimo núcleo del perro, el punto a partir del cual se convierte en un perro, el lugar dentro de él donde Dios, por así decirlo, se hubiera sentado un momento cuando hubiera terminado el perro para observarlo bajo la influencia de sus primeras turbaciones e inspiraciones y para saber que estaba correcto, que no faltaba nada, que no podía haberlo hecho mejor… Aunque puede que te rías, querida confidente, si debo decirte dónde encontrar el mayor de mis sentimientos, el sentimiento de mi mundo, mi dicha terrenal, debo confesarte que lo encontraría una y otra vez, por doquier, en esta clase de momentos intemporales de introvisión divina.

RAINER MARIA RILKE, Nuevos poemas

Y, en efecto, pregunta ahora a las bestias, y ellas te enseñarán;
y a las aves de los cielos, y ellas te lo mostrarán;

o habla a la tierra y ella te enseñará;
los peces del mar te lo declararán también.
¿Cuál entre todos ellos no entiende que la mano de Jehová lo hizo?
En sus manos está el alma de todo lo viviente
y el espíritu de todo el género humano.

Job 12:7-10

Índice

Prefacio a la segunda edición en inglés

Agradecimientos

Introducción al adiestramiento

  1.   Mitos, chuchos y monjes

  2.   Por qué New Skete se dedicó a los perros

  3.   ¿Qué es un perro?

  4.   Algunos términos importantes

  5.   Escoger un cachorro o un perro mayor

  6.   Investigar los orígenes caninos

  7.   Cómo leer un pedigrí

  8.   Dónde encontrar adiestramiento

  9.   El concepto de alabanza en el adiestramiento canino

10.   La disciplina: el tema tabú

11.   ¿Qué se está cociendo?

12.   Asear a su perro

13.   La dimensión interior del adiestramiento: ante todo está la relación

Entornos

14.   Entornos caninos

15.   Vida urbana

16.   Vida suburbana

17.   Vida en el campo

18.   Vida en el exterior

Ejercicios de sensibilidad

19.   Tal vez su perro se sienta solo

20.   ¿Dónde dormirá su perro esta noche?

21.   Jugar a ser Pavlov

22.   El silencio y su perro

23.   Adiestramiento radiofónico

24.   Masaje para perros

25.   La llamada por turnos

26.   Mantenerse en forma toda la vida

27.   ¡Evite la reclusión del perro!

28.   Niños y perros

Empezar con buen pie

29.   Adiestramiento de cachorros

Ejercicios de obediencia convencionales

30.   A trabajar

31.   Equipamiento necesario

32.   A mi lado

33.   Quieto

34.   La llamada

35.   Échate

36.   Échate-Quieto

37.   Sobre la competición de obediencia

Problemas

38.   Entender la personalidad de su perro: la explicación del problema

39.   Limpieza en casa

40.   Mascar, cavar y saltar

41.   Adiestramiento de protección y adiestramiento de ataque

42.   Ladridos de alarma

43.   Comportamiento agresivo o cómo lidiar con un terrorista canino

44.   Comportamiento dentro y fuera del coche

45.   Implicaciones sociales del adiestramiento

46.   Cuando un perro muere: afrontar la muerte de un perro

Colofón

47.   Los perros y la nueva conciencia

Selección de lecturas

Apéndice

Índice alfabético

Prefacio a la segunda edición en inglés

Para cualquier libro educativo, veinticuatro años sin ser revisado es mucho tiempo, pero en especial si se trata de un campo tan dinámico y vivaz como el adiestramiento canino. Tal vez, la principal razón para retrasar hasta ahora este proyecto implicaba prioridades: determinar qué sería lo más útil para los propietarios de perro y sus perros en los detalles prácticos de sus relaciones. La experiencia nos convenció de que eran más necesarios un libro aparte sobre cachorros y un extenso conjunto de vídeos de adiestramiento, así que destinamos nuestras energías a estos proyectos.

Pero hacía tiempo que queríamos sacar al mercado una edición revisada de Cómo ser el mejor amigo de su perro que incluyera las ideas más actuales sobre adiestramiento y cuidado caninos. Hacerlo así significa ser fiel a lo que hemos aprendido mediante nuestra experiencia. Los años que siguieron a la publicación de la edición original en 1978, New Skete tuvo el privilegio de continuar su trabajo con perros y de beneficiarse de la mayor comprensión de todos los aspectos relacionados con los perros. Muchos de los conocimientos e intuiciones que expresamos han podido madurar y refinarse. También hemos continuado aprendiendo muchas cosas nuevas, beneficiándonos del trabajo de muchos adiestradores y conductistas animales con talento, así como de la generosidad y franqueza de propietarios de perro y amigos que han traído a sus perros al monasterio. Y más importante: también se ha ahondado nuestro propio sentimiento del misterio que nos aporta la relación con un perro. El resultado es que tenemos un conocimiento y un amor más maduro y exhaustivo del adiestramiento y de la relación entre humano y can.

Esperamos que esta edición revisada inspire y permita a nuestros lectores crear una relación más satisfactoria con su perro y, al mismo tiempo, descubrir la importancia y el valor espiritual más profundos de la vida con su mejor amigo.

Agradecimientos

Tanto si acuden como si no a escuelas y clínicas, todos los adiestradores desarrollan una gran parte de su propia filosofía y técnicas mediante intercambios personales con otros del mismo campo. A lo largo de todos estos años, muchas personas nos han ayudado, tanto en nuestro programa de reproducción como en el de adiestramiento, y nos gustaría agradecérselo en especial.

Desde los primeros tiempos de nuestro trabajo con perros, muchos veterinarios han estado en contacto con nosotros regularmente a través de los pacientes derivados por ambas partes y su colaboración activa en el tratamiento de conductas problemáticas, especialmente los doctores Joel Edwards y David Wolfe, del hospital veterinario Shaker de Latham (Nueva York); los doctores Eugene y Jean Ceglowski, de la clínica veterinaria de Rupert en Rupert (Vermont); el doctor George Glanzberg, de North Benington (Vermont) ; el doctor Robert Sofarelli, de Saratoga Springs (Nueva York); y el doctor Charles Kruger, de Seattle (Washington).

Muchísimos adiestradores caninos nos han ayudado con sus visitas a New Skete o de muchas otras formas: Joyce y Don Arner, de Westmoreland (Nueva York); Jack Godsil, de Galesburg (Illinois); Fred Luby, de la aduana de Estados Unidos en la ciudad de Nueva York; William Lejewski, del departamento de policía de Baltimore (Maryland); Sidney Mihls, de Englewood Cliffs (Nueva Jersey); y Diane Moorefield, de Atlanta (Georgia).

Por proporcionarnos textos originales de gran valor sobre todo en el espectro de las relaciones entre perros y hombres, agradecemos la gran generosidad del doctor Benjamin Hart, de la Universidad de California en Davis; de Evelyn Mancuso, de Natick (Massachusetts); y de la hermana Lynn Levo, de la Universidad St. Rose de Albany (Nueva York). Asimismo agradecemos a las siguientes personas, cuyo apoyo general y ánimos ayudaron a hacer realidad el libro original: Elizabeth Ryder y Marian Finke; Helen y Jack Dougherty; Alice Riggs y Marie Leary; Eva y Ernest Seinfeld; Barbie y Bill Fleischer; Roby y Charles Kaman; Gordon Johnson; Ilse y Tony Govoni; Holly y Paul Carnazza; Roger Donald, Richard McDonough y Diane Muller, de Little, Brown; Jody Milano; las monjas de New Skete; y nuestros numerosos clientes que nos han confiado el cuidado y el adiestramiento de sus perros.

Desde la publicación de la edición original de este libro, muchos nuevos amigos nos han ofrecido una gran ayuda en nuestro trabajo. Por su amistad y franqueza a la hora de compartir con nosotros los conocimientos que han recogido mediante el trabajo con perros, estamos especialmente agradecidos a Ruth Anderson, Donna Malce, Miriam Barkus, Teresa van Buren, Dennis McCabe, Cathy Wagoner y Jeanne Carlson. Jane Hunter MacMillan ha sido muy generosa al apoyar nuestro trabajo. Durante todos estos años, Tom Wolski, nuestro veterinario, ha sido un gran amigo y un experto de confianza que ha desempeñado un papel importante en el cuidado de nuestros perros. Para la nueva edición de este libro, estamos en gran deuda con John Sann, quien vino al rescate con su experiencia en fotografía; con Nicholas Hetko y las monjas y compañeros de New Skete; con nuestra agente, Kate Hartson, cuya amistad y profesionalidad nos ha ayudado muchísimo en nuestros esfuerzos literarios; con la gente de Little, Brown que ha estado directamente implicada en este proyecto, especialmente con Terry Adams, Chika Azuma y Steve Lamont.

Finalmente, no hay forma de expresar adecuadamente nuestro agradecimiento y afecto a Helen (Scootie) Sherlock, que durante todos estos años de amistad ha destinado incalculables horas a aconsejarnos, guiarnos y animarnos en cada fase de nuestra vida y trabajo con los perros aquí, en New Skete.

Introducción al adiestramiento

1

Mitos, chuchos y monjes

Quizá al lector le parezca raro encontrar un libro que relaciona monjes y perros. Bueno, ambos existen desde hace mucho tiempo. Pero tenemos que reconocer que por muchos siglos los perros ganan a los monjes, ya que según algunas leyendas son incluso anteriores a la humanidad.

Las leyendas de los indios americanos aportan los ejemplos más cercanos. Para los indios kato de California, el dios Nagaicho, el Gran Viajero, llevaba a su perro con él cuando vagaba por el mundo creando, compartiendo su gusto por la bondad y la variedad de sus criaturas con su pequeño perro. Para los shawnee de Algonquin, que habitaron la parte superior del estado de Nueva York, donde se encuentra nuestro monasterio, la creación fue obra de Kukumthena, la Abuela, y ella también iba acompañada de su pequeño perro (también la acompañaba su nieto). En esta leyenda, la creación está perpetuada justamente por este chucho, ya que cada día Kukumthena teje un gran cesto, y cuando lo termine, el mundo acabará. Por suerte para nosotros, cada noche el perro deshace el trabajo que ella ha hecho durante el día. A los que hemos perdido trozos de alfombra, ropa o muebles a causa de la destreza oral de un perro tal vez no nos convenza atribuirle un uso positivo como el de impedir el fin del mundo. Sin embargo, esta leyenda dice mucho acerca de la interrelación entre perros y humanos.

El lugar de los perros en la mitología no se limita a las culturas indígenas de Norteamérica, sino que parece ser universal. La literatura grecoromana, por ejemplo, presenta a los perros en diferentes papeles. Piense en los perros de Hécate, los perros de caza de Diana, y en Cerbero, el guardián de Hades. Mucho más conocida es la historia de Argos, el fiel perro de Ulises, contada por Homero en La Odisea. Está ambientada en el contexto del retorno de Ulises a casa tras una ausencia de veinte años: diez años luchando en Troya, y los diez siguientes intentando volver con su mujer y su hijo. A lo largo de los años, todos llegan a creer que Ulises murió en la guerra, pero su mujer, Penélope, continúa rechazando ofertas amorosas de varios pretendientes ya que cree que volverá a ver a su marido. La ironía de la historia es que cuando al fin Ulises llega a casa con apariencia de mendigo, ni su mujer ni su fiel sirviente lo reconocen, el único que lo reconoce es su viejo perro, Argos, que ha estado esperando fielmente a que volviera su amo.

También está Asclepio, el dios de la medicina, que cuando era bebé se salvó porque fue amamantado por una perra. Por supuesto, igual que Rómulo y Remo, fundadores de la ciudad de Roma (en el sentido más amplio). Los perros egipcios están representados en murales antiguos, y muchos perros también han llegado intactos a nuestros días en forma de momias. La mitología persa presenta un perro en la historia de la creación. Las civilizaciones azteca y maya también incluyen uno. En las leyendas que se han transmitido tanto en la tradición oral como en la literaria, distintas tribus de África, los maoríes de Nueva Zelanda y otras culturas de la Polinesia, junto con las venerables fes hinduista y budista, han encontrado algún lugar clave para un perro.

En la literatura zen abundan historias sobre perros ya que en muchos monasterios zen hay perros, normalmente fuera de sus puertas. El principio koan “mu” se utiliza para promover la iluminación e implica una pregunta paradójica sobre si un perro tiene o no la naturaleza de Buda. En otra historia, un monje queda atrapado en la ironía de “ver quién es el mejor” con un perro:

Una vez un monje zen, equipado con su bolsa para recoger ofrendas, visitó a un cabeza de familia para pedirle arroz. En el camino, un perro mordió al monje. El padre de familia le planteó esta pregunta:

“Se dice que ningún mal se atrevería nunca a atacar a un dragón, ni siquiera si se pusiera ropa por encima. Usted va envuelto en ropas de monje e incluso así un perro lo ha lastimado: ¿Por qué?”.

No se menciona la respuesta del monje mendigo.

Y en otra, una continuación de la historia anterior, la naturaleza impredecible de algunos perros se equipara con la misma realidad:

Mientras se cura la herida, el monje se dirige a su maestro, que le formula otra pregunta.

Maestro: “Todos los seres están dotados de la naturaleza de Buda: ¿esto es realmente así?”.

Monje: “Sí”.

Entonces señala un dibujo de un perro que hay en la pared, y el viejo sabio pregunta: “¿Esto también está dotado de la naturaleza de Buda?”.

El monje no supo qué decir.

Con lo cual contestó la pregunta por él: “¡Vigila, el perro muerde!”.*

No deberíamos desmerecer la herencia judeocristiana que muchos de nosotros compartimos. Aunque, de hecho, por razones que no podemos tratar aquí, la Biblia sólo menciona a los perros de manera ocasional, por ejemplo, en los Evangelios: “los perros lamen las heridas de Lázaro” o “incluso a los perros les dan migajas”. Sin embargo, el perro aparece de nuevo en otra literatura religiosa, a veces como símbolo de lealtad, a veces como un pequeño detalle que da un toque cariñoso y humano a la historia de la vida de un santo. Tal vez el ejemplo más claro de esta penetración de las creencias populares en la tradición eclesiástica es la historia de san Cristóbal. Mucha gente se sorprende de la forma en que se representa en el arte de las iglesias orientales. El menaion, o calendario litúrgico, incluye una breve explicación de la vida de cada santo. Gracias a este libro sabemos que Cristóbal era descendiente de los cinocéfalos, una raza legendaria de gigantes con cuerpo humano y cabeza de perro, por lo que se representa como tal en las imágenes. Tiene cabeza de perro; de no ser por esto, es la imagen convencional de un mártir, incluso por la cruz en la mano. Se convirtió y se bautizó milagrosamente y se le dio el nombre de Cristóbal, que significa “mensajero de Cristo”.

Muchos santos de la tradición ortodoxa se denominan mensajeros de Dios o mensajeros de Cristo, un título benéfico que significa que estos santos tienen cualidades divinas en su interior, y las manifiestan en sus vidas cotidianas. En Occidente, en el caso de Cristóbal el título se tomó literalmente, y después se desarrolló la leyenda en la que el hombre (todavía un gigante poco atractivo) llevó al niño Jesús en brazos para cruzar un riachuelo inundado y se transformó en una bestia hermosa. En la tradición de Oriente Medio, viajó a Siria para intentar que un rey pagano malvado, de nombre Dagón, viera la luz. El rey no se dejó impresionar, ni siquiera por un mensajero tan formidable como un hombre con cara de perro, sino que aprisionó a Cristóbal y durante su martirio (se le aplicó la primera silla caliente registrada: Dagón ordenó que lo encadenaran a un trono de hierro y luego encendieron una hoguera debajo, tan caliente, según está documentado, que tanto las cadenas como la silla se derritieron) se transformó y recibió la cara de hombre.

Cuando se representa en la iconografía, san Cristóbal tiene la cabeza de perro. Luego se convirtió en una bestia hermosa.

Existe una historia, tal vez todavía se cuenta en Rumanía, de donde se cree que es originaria, que es un relato encantador sobre cómo fue creado el perro.* Parece que san Pedro estaba dando un paseo con Dios en el cielo, cuando apareció un perro. “¿Qué es eso?”, preguntó san Pedro. Dios le explicó que era un perro y añadió: “¿Quieres saber por qué lo creé?”. Como era natural Pedro lo quiso saber. “Bien, sabes los problemas que mi hermano, el Demonio, me ha ocasionado…, me hizo sacar a Adán y Eva del paraíso. Los pobres casi se mueren de hambre, así que les di ovejas para que pudieran obtener carne y lana cálida para vestirse. ¡Y ahora ese tipo crea un lobo para hostigar a las ovejas! Así que he hecho un perro. Sabe cómo alejar al lobo y guardará los rebaños y las posesiones del hombre.”

Históricamente, dos grupos de monjes han sido responsables de reproducir y adiestrar perros. Hace más de dos siglos que los canónigos de san Agustín (técnicamente no son monjes, sino miembros de una orden religiosa) crían san bernardos en su hospicio de los Alpes suizos. Todavía los perros se crían ahí, aunque ya no realicen los tan conocidos rescates de viajeros perdidos en la montaña; aviones y motos de nieve han mermado la necesidad de tener perros con esta habilidad. Pero ocasionalmente, los canónigos y sus perros todavía salen en alguna batida. El famoso barrilete de coñac es un mito, quizá basado en el hecho de que cuando hallaban al viajero perdido, por lo general el hermano que acompañaba al perro de rescate le ofrecía coñac. Pero era el hermano el que llevaba el coñac, no el perro.

En el Tíbet, un grupo de monjes bastante distintos desarrollaron los perros lhasa apso. Los criaban en sus monasterios y con frecuencia los daban como regalo a los nobles. Es interesante destacar la disparidad de tamaño entre estas dos razas monacales, así como entre los dos grupos de monjes tan diferentes que creyeron que trabajar con perros era una ocupación que encajaba con la vida en un monasterio. Podemos atestiguar que criar y adiestrar perros encaja muy bien en la vida monacal. El cuidado canino necesita mucho trabajo y cariño, y lo normal es que los monjes dispongan en abundancia de estas características. A otro nivel, de alguna forma el perro simboliza al monje maduro: leal, resuelto, dispuesto a complacer, dispuesto a aprender.No debería pensarse en los monjes según el estereotipo que sin duda muchos tienen aún en la mente: románticos místicos que con la cabeza gacha y las manos cogidas caminan en silencio en procesión por los claustros medievales. Tampoco puede aplicarse la imagen del fraile Tuck, aunque la naturaleza benévola, de buen apetito y una vena combativa pueden encontrarse en diversos grados en la mayoría de los monjes. De hecho, la imagen que mejor capta lo que es un monje puede encontrarse en las palabras del escritor ruso Dostoievski, que en Los hermanos Karamázov comenta que un verdadero monje no es más que lo que debería ser todo el mundo.

Sin embargo, en verdad esto es cuestionable: “Lo que debería ser todo el mundo”. Es obvio que no quería decir que todos deberíamos ser célibes, sino que estaba indicando una actitud de corazón que consideraba característica de los monjes. La clave para la felicidad y la realización humanas —tanto para los monjes como para los laicos— es una comprensión espiritual honesta que está enraizada en la realidad. Aunque es evidente que los monjes no tenemos la reivindicación exclusiva de este tipo de comprensión, sí que intentamos conseguirla de un modo profesional, buscando de manera apasionada la verdad de lo que somos y de lo que es la vida. Lo que hemos aprendido es que para las personas que están abiertas de verdad, la vida entera tiene la capacidad de hablar, de convertirse en una palabra que nos conduce a una mayor sabiduría y comprensión. Pero debemos escuchar. Desde esta perspectiva, no debe sorprendernos que nuestros perros nos hayan enseñado mucho sobre nosotros, de muchas formas sutiles nos ha mostrado cómo deberíamos ser, así como no deberíamos ser. A causa de su asociación con los humanos, una asociación que las historias que hemos mencionado con anterioridad demuestran que es tan vieja como la misma conciencia humana, los perros se encuentran en una posición única para ofrecer a la humanidad un reflejo de ella misma.

Quienes conocen a alguien con una mascota no deben buscar demasiado para encontrar similitudes entre ambos en pequeñas cosas, tal vez en peculiaridades del comportamiento, en una simpatía extrovertida (o lo contrario, una reserva con recelo), e incluso —y con frecuencia lo más gracioso— en la apariencia. Algunos caricaturistas (como Booth y Price de la revista The New Yorker) sacan mucho provecho de esto último. A un nivel más profundo, cuando prestamos atención, los perros nos reflejan a nosotros mismos de una forma inconfundible, y si estamos abiertos, fomenta la comprensión y la transformación. Los perros están llenos de inocencia y espontaneidad: al contrario que las personas, ellos no nos decepcionan. Si nos tomamos en serio lo que ellos nos dicen sobre nosotros mismos, nos enfrentamos a la verdad de la cuestión. Fácilmente podemos aprender a reflexionar sobre sus palabras: están inscritas en sus cuerpos, en sus expresiones, en la forma en que se acercan e interaccionan con nosotros. Hay más materia prima para meditar aquí que en muchos libros espirituales, por lo que ofrecemos nuestra experiencia con los perros no sólo para beneficio de su perro, sino con la esperanza de que también usted pueda aprender algo sobre sí mismo a través de la interacción con su perro. Una mejor perspectiva acerca de usted quizá le permita de repente ver su propia humanidad. E igual de importante, a menudo aumenta el sentido de responsabilidad que tenemos los humanos, no sólo hacia nuestros compañeros animales, sino también unos con otros y hacia toda la creación.

*D. T. Suzuki, The Zen Monk’s Life [La vida del monje zen] (Nueva York: Olimpia Press, 1965), pág. 25.

*Maria Lech, God Had a Dog [Dios tenía un perro] (New Brunswick, N.J.: Rutgers University Press, 1971).

2

Por qué New Skete se dedicó a los perros

En Egipto hay una tribu muy religiosa llamada nuer. Los nuer viven cerca del río Nilo, y crían ganado para ganarse la vida, aunque sus vacas representan para ellos más que simplemente una fuente de ingresos. Los nuer desconocen los establos, los ronzales para vacas y las vallas eléctricas. En lugar de eso, integran a sus vacas en toda la estructura de la vida cotidiana, así que las utilizan en el trabajo, las dejan deambular, dormir cerca de ellos y las asean y bañan a conciencia. Cada vaca tiene un nombre y una historia personal, conocida por toda la tribu. La vida cotidiana se caracteriza por una conversación incesante sobre el ganado (o así le parece al forastero). Todos los miembros de la tribu tienen un montón de historias que contar sobre sus vacas, vacas que han tenido o vacas que esperan tener. Los nuer siempre están buscando la “vaca ideal”. Las vacas asisten incluso a algunos servicios religiosos, y el ritual de los nuer está lleno de referencias a ya sabe qué. La religión nuer se ha estudiado mucho, y los antropólogos la consideran una religión primitiva arquetípica. En su conjunto, los nuer están físicamente sanos y psicológicamente cuerdos, y viven totalmente integrados con animales que están a otro nivel de existencia.

Pero ¿qué tiene que ver esto con los programas de reproducción y adiestramiento de New Skete? En cierto sentido, nuestra vida en New Skete se parece a la de los nuer, así que podemos valorar muchos aspectos de su cultura. Nosotros también consideramos que nuestros animales son más que una mera fuente de dinero. Cada monje es personalmente responsable de uno o dos pastores alemanes, a los que llega a conocer de manera íntima en el transcurso de su vida con ellos. Estructuramos nuestra vida monacal de modo que incluya a los perros de tantas formas diferentes como sea posible, por lo que incondicionalmente dejamos espacio a nuestros perros, tanto en lo físico como en nuestras mentes.

Aunque quizá alguien piense que es peculiar, de hecho está en completa armonía con los ideales de la vida monacal. Tradicionalmente los monjes han tenido una profunda veneración por la naturaleza y el mundo animal porque manifiestan algo fundamental sobre el misterio de Dios. Esta perspectiva viene de trabajar de manera estrecha con la naturaleza, cuidando de ella y aprendiendo sus secretos, no sólo leyendo sobre ella. La auténtica vida monacal implica vivir una vida sin división, buscando a Dios en la tierra en todos y cada uno de los momentos de la vida cotidiana, no sólo en los momentos de plegaria y adoración. Vivir en una relación estrecha con nuestros perros nos ayuda a evitar una tentación que siempre está presente en la vida contemplativa: la tentación de vivir de un modo narcisista en el mundo de ensueño de las ideas. No sólo “encontramos” a Dios en el reino interior, y si vivimos nuestra vida como si así fuera, somos víctimas de una división que tiene consecuencias espirituales profundas. Ser responsable de nuestros perros, criaturas vivientes que están necesitadas y son vulnerables, nos ayuda a enraizarnos en la realidad, y esto nos fuerza a apreciar el misterio de Dios en toda su amplitud. Aquí no existe conflicto con los ideales monacales, sino un desafío de vivir esos ideales de forma más completa e íntegra. Para nosotros, el resultado es una experiencia que nos abre la mente.

Primeros pasos

New Skete se encuentra en las colinas de las afueras de Cambridge, en el estado de Nueva York, cerca de la frontera con el estado de Vermont. Al inicio de nuestra experiencia como comunidad, desde 1966 hasta 1969, teníamos una granja completa. En un momento u otro, cabras, gallinas, cerdos, faisanes, caballos, vacas hereford y holstein y ovejas salpicaban el paisaje. Sin darnos cuenta en ese momento, empezamos a entrar en el reino psíquico de los animales. La observación de los distintos animales de granja empezó a educarnos de un modo orgánico y natural sobre la psicología y el comportamiento animales. Teníamos un perro pastor alemán y habíamos pensado en que a la larga podríamos dedicarnos a la reproducción. Mientras tanto, para nosotros los animales de granja representaron una preparación excelente. En cierto sentido, adiestrar y criar pastores alemanes es la cúspide de nuestra larga experiencia con animales. Gradualmente tuvimos que terminar con la granja, puesto que no podíamos mantener una granja en la nueva propiedad a la que nos trasladamos, en la parte superior de Two Top Mountain. Entonces tomamos la decisión de dedicarnos de manera profesional a la reproducción y el adiestramiento.

El hermano Thomas Dobush, que murió trágicamente en un accidente de coche en 1973, ya mostraba un interés entusiasta en la reproducción y el adiestramiento en 1966, cuando Kyr, nuestro primer pastor alemán, vino con nosotros desde el antiguo monasterio al fundar New Skete. Kyr era un macho, un antiguo estudiante para perro guía, y un pastor dinámico e inteligente. Después de fallecer, el monasterio nos pareció tan vacío que decidimos comprar una perra y planificar una camada. Desde el principio hemos estudiado concienzudamente nuestros planes de reproducción y adiestramiento, por lo que nos familiarizamos con toda clase de información que pudimos encontrar sobre este tema y nos pusimos en contacto con destacados criadores y adiestradores para pedirles asesoramiento y consejo. Los profesionales reconocieron nuestro sincero interés y ganas de aprender y compartieron sus conocimientos con nosotros, a la vez que nos ayudaron a desarrollar un programa de reproducción sensato. Les debemos mucho a ellos, y siempre les agradeceremos su generosidad y ayuda.

Kyr, el primer perro pastor alemán de New Skete, a finales de 1966.

El conocimiento sobre comportamiento y adiestramiento caninos fue aumentando de un modo natural a partir de la experiencia con nuestros propios perros. El hermano Thomas empezó a adiestrar a nuestros pastores alemanes para que vivieran en el monasterio como un grupo y mantuvieran el silencio y el orden, tan importantes en la vida monacal. Más tarde, nuestras habilidades llamaron la atención de otros propietarios de perro y también empezamos a adiestrar a otras razas. Siempre que entraba un nuevo monje, trabajaba con el hermano Thomas como alumno para aprender las habilidades de adiestramiento. El hermano Thomas intentaba comunicar una forma intuitiva de tratar con los perros, más que sólo enseñar a sus aprendices las habilidades y técnicas de manejo (en las cuales era un experto). Hacía especial hincapié en “escuchar” al animal e “interpretar” las reacciones del perro. Por tanto, sus habilidades de adiestramiento y manipulación se transmitieron de forma oral, como hacemos todavía en New Skete.

Hace más de treinta años que vivimos en comunidad con nuestros pastores alemanes. Los perros viven en una colonia de aproximadamente quince animales, de distintas edades y temperamentos, y constituyen el núcleo de nuestro programa de reproducción. El propio programa de reproducción es modesto, y nuestro objetivo principal es producir perros hermosos y sanos, de un carácter y temperamento excepcionales en armonía con los parámetros de la raza. También dirigimos un programa de adiestramiento de tres a cuatro semanas especializado en enseñar a los perros (y por extensión, a sus propietarios) los ejercicios de obediencia convencionales de un modo que puedan integrarse con facilidad en la vida cotidiana de los propietarios. El número de estudiantes que aceptamos a la vez es limitado, para que todos los perros puedan disfrutar de una atención personalizada. Aunque estamos habituados a las clases de obediencia, nos sentimos más cómodos con un tratamiento individual, lo cual encaja mejor con nuestras circunstancias monásticas, en las que se debe mantener un ambiente tranquilo y reflexivo. Creemos que esta tranquilidad ayuda a aprender mejor tanto a humanos como a perros.

El hermano Thomas Dobush (fall. en 1973) recogiendo una pelota con Jessie y Bekki, las primeras dos hembras de pastor alemán de New Skete.

Como en el caso de las tribus egipcias vecinas de los nuer, que querían tener un ganado de su misma calidad y aprender las técnicas nuer, a nosotros también viene a visitarnos gente en búsqueda de consejo. Por lo que nos sentimos honrados y, a la vez, nos da una lección de humildad, y en la medida de lo posible, siempre intentamos ser generosos y meticulosos con nuestra ayuda. Consideramos que cada perro que adiestramos o criamos es un reflejo de nuestro monasterio y un indicador de lo que defendemos como adiestradores y criadores. Asimismo, hemos intentado poner al alcance del público en general lo que hemos aprendido. Además de este libro, hemos escrito un segundo dedicado más específicamente a los cachorros, El arte de criar un cachorro,* y hemos producido una serie de tres vídeos titulada Criar a su perro con los monjes de New Skete.** En la actualidad estamos trabajando en ampliar nuestra página web, www.newskete.com, para incluir recursos que ayuden a los propietarios con preguntas relacionadas con sus perros, y continuamos estudiando y manteniéndonos al día sobre los últimos avances en adiestramiento y comportamiento caninos. En cierto sentido, siempre somos principiantes y hemos descubierto que la actitud de aprendizaje es beneficiosa para aumentar nuestros conocimientos sobre adiestramiento y cría.

El hermano Job Evans (fall. en 1994) con Zanta y uno de sus cachorros. (Fotografía de Holly Anderson)

Vista aérea del monasterio de New Skete. Los corrales exteriores para perros se encuentran en la parte superior izquierda, y el edificio de la perrera para cachorros está en la parte inferior derecha de la fotografía.

Vista oriental de la perrera para cachorros de New Skete. Pueden verse los patios seguros para los cachorros mayores y los pastores alemanes que se aparean. Los listones horizontales sirven para sujetar una cubierta de plástico transparente para protegerlos del viento y la nieve en invierno.

*Los Monjes de New Skete, El arte de criar un cachorro (Boston: Little, Brown, 1991).

**Los Monjes de New Skete, Criar a su perro con los Monjes de New Skete (Boston: Little, Brown, 1991).

3

¿Qué es un perro?

Desde hace catorce mil años, o incluso más, perros y humanos hemos estado juntos como buenos compañeros. El origen del perro doméstico todavía no está del todo claro. Sabemos, por ejemplo, que cuando las personas y los perros empezaron a vivir juntos, el único animal con unas características dentales parecidas era el lobo. Definitivamente, el lobo es un antepasado demostrado, pero con toda probabilidad no es el único. La mayoría de los especialistas creen que el perro desciende de manera directa del lobo, pero otros abogan por una teoría modificada que asocia el lobo con algún otro pariente cercano que podría haber tenido un aspecto más similar al perro. La evolución de las distintas razas es un estudio fascinante que queda fuera del ámbito de este libro. Para aquellos interesados en el adiestramiento o en convertirse en mejores amigos de sus perros, hay un hecho importante para recordar: todo perro reivindica al lobo como uno de sus antepasados, por lo que entender el comportamiento del lobo le ayudará a comprender a su perro.

Todavía existen muchos prejuicios en contra del lobo. Hoy en día salen a la superficie cuando los ecologistas y otros se enfrentan con aquellos que creen que los lobos reducen la población de ciervos y atacan al ganado e incluso a niños pequeños. (En realidad, el lobo puede ayudar a los ciervos a sobrevivir ya que elimina a los miembros más débiles de una manada, y según lo que nosotros sabemos, no existe ningún caso documentado de que un lobo salvaje haya matado a un niño.) Puesto que el lobo es un animal de manada, es sociable con los de su propia especie pero receloso de los humanos. Muchas personas confunden las costumbres de caza del lobo con las del zorro: mientras que el lobo se mueve en manada, el zorro es un cazador solitario. Los lobos siempre permanecen tan lejos como sea posible de los humanos.

Por desgracia, los prejuicios contra el lobo impiden una posible forma de apreciar al perro, puesto que a pesar de sus diferencias, perro y lobo presentan similitudes sorprendentes. Ambos están orientados de un modo innato a la manada y prefieren no estar aislados durante largos períodos. Ambos son cazadores que persiguen a su presa hasta cazarla, en lugar de tenderle una emboscada, como hacen algunos de sus parientes más cercanos. Ambos responden al liderazgo de una “figura alfa” a la que buscan para obtener órdenes y directrices. Ambos emplean una amplia variedad de lenguaje corporal para comunicarse dentro de la manada y con los intrusos. Algunos investigadores han observado la presencia de un tipo de amor altruista en las manadas de lobos, la disposición a complacer a otro miembro de la manada sin recompensa y la capacidad de mostrar preocupación. Estos dos últimos rasgos son conocidos en los perros domésticos.

Para aprender sobre perros, aprenda sobre lobos. Existen varios libros excepcionales sobre el Canis lupus que proporcionan conocimientos inestimables básicos sobre el perro y su comportamiento. Le presentamos los que nos parecen especialmente reveladores en la “Selección de lecturas”. Leer sobre lobos para comprender mejor a su perro y su comportamiento no es tomar el camino más largo, puesto que si reflexiona sobre el comportamiento de los lobos, como se explica en estos libros, descubrirá algo irónico: muchos libros sobre lobos le permitirán entender y apreciar el comportamiento de su perro mejor que algunos manuales de adiestramiento canino que en la actualidad están en el mercado. Muchas de las técnicas de este libro encajan con lo que sabemos sobre el antepasado más cercano del perro, el lobo, y aún más importante, nos ayudan a evitar el sentimentalismo poco natural de la relación con nuestros perros.

Junto con sus parientes: el lobo, el coyote, el chacal y el zorro, los perros actuales pertenecen a la familia Canidae. Esta familia de animales es muy diversa, pero todos los miembros son carnívoros, todos cazan para obtener comida (solos o en grupo), es posible adiestrarlos y tienden a aprender rápido. Dicho esto, también es importante hacer una advertencia; con el repentino aumento de la fascinación por los lobos, ha surgido también un alarmante y potencialmente desastroso efecto colateral: la gente ha salido volando a comprar híbridos de lobo como animales de compañía. Es una tragedia que en un momento en que la reeducación acerca de los lobos ha ayudado a superar algunos prejuicios antiguos, permitiéndonos apreciarlos de nuevo, y en que con gran esfuerzo los controvertidos intentos de reintroducción han restablecido prósperas poblaciones de lobos en varios sitios seleccionados de Occidente, tal vez la amenaza más grave para la población del lobo salvaje es la reproducción y la compra de híbridos de lobo.

Los híbridos no ayudarán a perpetuar la especie. La mezcla impredecible de características de lobo y perro a menudo origina un animal muy peligroso (incluso a pesar de un elevado nivel de socialización), y los expertos en lobos son unánimes a la hora de desaconsejarlo. Por lo general, las personas que adquieren un híbrido de lobo no tienen ni idea de lo que se les viene encima, y por una buena razón. A causa de todas las similitudes con los perros, los lobos poseen algunas características genéticas y conductuales que imposibilitan de diversos modos que se adapten a la vida doméstica. Como ya hemos dicho, aunque son animales de camada, fuertes y muy inteligentes, los lobos han desarrollado un instinto para evitar totalmente a los humanos, y están adaptados de manera natural a viajar cada día enormes distancias, lo que les permite evitar con facilidad el contacto con los humanos. Como tales, no representan ningún peligro para las personas. Sin embargo, cuando se cruzan con perros, a menudo la ascendencia salvaje y doméstica entra en conflicto, lo cual da lugar a una criatura inestable y muy peligrosa. Si han pasado catorce mil años para transformar un animal salvaje —el lobo— en un animal que encaja bien en la sociedad humana, no tiene sentido crear un híbrido tan impredecible, en especial si existen muchísimas evidencias estadísticas del peligro que representan. Cuando sucede un incidente relacionado con un mordisco o un ataque en el que hay implicado un híbrido, simplemente aviva el fuego contra el lobo, y hace que el buen trabajo de los biólogos especialistas en fauna silvestre y los expertos en lobos sea todavía más difícil. La mejor forma de cuidar de los lobos y de su conservación es no apoyar la cría de híbridos, sino apoyar a aquellos grupos cuyo objetivo es la educación acerca del lobo, su conservación y su reintroducción cuidadosa en el hábitat natural al cual pertenece.

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Algunos términos importantes

Relación

A lo largo de los siglos se ha reproducido a los perros para una gran variedad de propósitos, pero cuanto más se basen esos objetivos en una relación respetuosa y sensata con el cuidador humano, más se desarrollará la naturaleza única de cada perro. Básicamente, los perros son animales sociales que crecen bien cuando son dirigidos de forma positiva. Por esta razón, nuestra técnica hace hincapié en la relación social como el factor más importante de la vida con su perro.

Ante todo, desarrollar una relación positiva con su perro depende de establecer un clima de confianza y respeto mutuos. Esto empieza en el momento de la adopción y continúa durante toda la vida que pase con su perro. Presupone que usted está dispuesto a entender al perro como perro, siendo lo bastante humilde para aprender cómo es él de forma natural. Aunque bienintencionado, el antropomorfismo vulgar hace suposiciones injustas sobre el perro que entorpecen la relación y, en última instancia, el desarrollo de todo su potencial.

La manada

En este libro, cuando hablamos de “la manada” nos referimos, por lo general, a los miembros inmediatos del círculo social del perro, tanto humanos como caninos, es decir, al propietario del perro y los que viven con el perro. A veces nos referimos a este grupo como la “manada familiar”. Como hemos mencionado antes, todos los perros —desde el diminuto maltés hasta el gran danés— tienen al lobo como uno de sus antepasados, y los lobos son animales de manada. Mediante la domesticación, el perro se ha adaptado a vivir con los humanos y nos ha adoptado como su nueva manada. Un perro percibe a las personas con las que vive como miembros compañeros de una manada. Una vez que el propietario de perro entiende esto, puede emplear métodos de adiestramiento que incluyan intencionadamente al perro en la manada, al mismo tiempo que bajan de modo inteligente y humanitario al perro en el orden jerárquico.

El alfa

En sentido estricto, en toda manada de lobos hay una pareja alfa, el macho alfa y la hembra alfa, que mantienen el orden en las ramas masculina y femenina de la manada, respectivamente. Aunque es probable que el macho alfa sea el miembro individual más dominante de la manada y el más responsable de su liderazgo, se sabe que existen hembras alfa que lideran manadas y también tienen una gran influencia en las actividades de la manada. Los alfas resuelven disputas entre otros lobos, y pueden incluso intervenir a favor de los miembros más jóvenes de la manada. Según cada manada, el papel del macho alfa puede ser de dictador o de guía, o quizá adopte ambos en distintos momentos. Todos los lobos subordinados recurren para que los dirija al lobo alfa adecuado. Las manadas de lobos son estables y prósperas en la medida en que la jerarquía está definida con claridad.

La domesticación del perro no ha anulado este instinto de liderar o ser liderado. Esto representa un problema cuando un perro individual no recibe la orientación adecuada, mediante el adiestramiento, y cree ser el líder, o alfa. En la mente de un perro no debería haber la mínima duda de quién es la figura alfa de su vida: usted, solo o con su pareja. El propietario debe actuar como el líder (si dos personas asumen el liderazgo, deberían utilizar el mismo planteamiento de adiestramiento). No se trata del dominio vulgar de una criatura subordinada, sino de proporcionar al perro orientación sobre cuál es su lugar y papel adecuados en la manada.

Contacto visual

Una forma que utiliza el lobo alfa para comunicarse y mantener el orden dentro de la manada es mediante el contacto visual con los demás miembros. Una mirada penetrante a menudo puede evitar una pelea y resolver disputas. Una mirada amable puede significar aceptación. En este libro hacemos hincapié en el contacto visual porque creemos que es una parte fundamental del modo en que perro y propietario deberían relacionarse naturalmente. Puede evitar problemas de comportamiento y ayuda a ponerles fin si ocurren. Las miradas amables (miradas no amenazadoras) sirven para estrechar la relación, comunican aceptación y establecen confianza. Una mirada dura, penetrante y prolongada puede ayudar a detener en seco un mal comportamiento; expresa dominio y ayuda a obtener atención y respeto. Pero antes de que el perro pueda entender sus miradas, debe mirarle. Las técnicas de este libro animan al perro a mirarle, por lo que el contacto visual puede realizarse por cualquier razón.

El contacto visual y mirar la cara del adiestrador es fundamental para el proceso de adiestramiento.

Adiestramiento

El concepto de adiestramiento que definimos en este libro empieza cuando nace el cachorro. El adiestramiento no es simplemente un conjunto de ejercicios (a mi lado-siéntate, siéntate-quieto, échate, échate-quieto, etcétera) que el perro debe aprender cuando llega a determinada edad. Nosotros planteamos el adiestramiento de un modo holístico, como un proceso integrado que abarca toda la vida del perro e incluye las distintas facetas de la relación entre perro y humano. Aunque siempre insistimos en la importancia de los ejercicios tradicionales, tratamos además muchos otros tipos de actividades como una parte intrínseca del adiestramiento. El adiestramiento ocurre en los muchos niveles de la vida de un perro, no sólo en la escuela de obediencia. J. Allen Boone lo expresa bien en Kinship with All Life [Amistad con toda la vida] cuando distingue una definición limitada del adiestramiento de otra holística:

Para entender este secreto, primero debe entender la diferencia entre adiestrar a un animal y educarlo. Es relativamente fácil adiestrar a un animal: todo lo necesario es un libro de instrucciones, una cierta cantidad de faroles y fanfarronería, algo para amenazar y castigar y, por supuesto, el animal. Por otro lado, educar a un animal requiere una inteligencia sagaz, integridad, imaginación y amabilidad, mental, vocal y física.*

* J. Allen Boone, Kinship with All Life [Amistad con toda la vida] (Nueva York: Harper and Row, 1954), pág. 44.

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Escoger un cachorro o un perro mayor

¿Qué raza?

Si está pensando en comprar un pura raza, es probable que ya tenga unas preferencias de raza específicas. Cuando se prepare para buscar un perro, debe averiguar si la raza que le gusta es apta para su ambiente y personalidad. La mejor forma de saberlo es hablar con alguien que tenga un perro de esa raza. Casi todas las razas tienen una asociación nacional de raza, y estas organizaciones estarán encantadas de sincerarse con usted acerca de las características de su raza. La asociación estadounidense American Kennel Club puede proporcionarle un listado de organizaciones nacionales de raza.* Algunos populares libros (Paws to consider [Patas para tener en cuenta], de Brian Kilcommons y Sarah Wilson, y The Right Dog for You [El perro adecuado para usted], de Daniel Tortora, son buenos ejemplos) proporcionan descripciones detalladas sobre las razas, y pueden guiarlo para hacer una elección realista según sus propias y únicas circunstancias.

En cuanto a qué raza es mejor para adiestrar, nosotros tenemos unas opiniones evidentes, pero en realidad no existe una respuesta fácil. En los últimos años ha habido una gran discusión sobre la inteligencia relativa de los perros, y se han realizado investigaciones sobre las razas que quedan en mejor posición en la escala de inteligencia canina.* Por desgracia, es sencillo aprovechar de un modo simplista, engañoso y elitista el bombo publicitario de este tipo de estudios. Aunque algunas razas parezcan más fáciles de adiestrar que otras y, por consiguiente, parezcan “más inteligentes”, esta percepción suele aplicarse al adiestramiento de obediencia formal y no debería generalizarse. Las razas que puntúan bajo en las habilidades de obediencia y, por tanto, que se han ganado la reputación de ser “estúpidas”, pueden estar instintivamente más adaptadas a otras funciones y papeles. Por ejemplo, si coloca a un beagle en el contexto de una cacería, ya no parece el animal terco y tonto que presenta tantos problemas en una clase de obediencia.