El turbante rojo

Montserrat del Amo

Ilustraciones de Sandra de la Prada

A Juan y Susana, compañeros de viaje al Rajastán.

–El tigre es un animal tan precioso como fiero –dice Vamayajad Arayanta Prajati, rajá de Palahore–. Tú, hijo mío, eres demasiado pequeño para tomar parte en la cacería. Te quedarás en palacio sin correr ningún peligro.

El príncipe Kuru Arayanta Prajati agacha la cabeza, pero sin atreverse a protestar, porque en Palahore todos deben obedecer las órdenes del rajá.

–¿Y el año que viene? –murmura.

–Pregúntamelo dentro de catorce lunas y entonces lo sabrás –le responde su padre–.Y ahora, ¡vete a tus habitaciones!

El rajá levanta la mano derecha y señala la puerta del salón: su dedo tieso parece una flecha tendida en el arco para ser lanzada.

Kuru Arayanta Prajati hace una reverencia hasta que roza el suelo con la pluma de pavo real que adorna su turbante de seda roja, da media vuelta y sale lentamente del salón.

Y en cuanto cierra la puerta a sus espaldas, echa a correr hacia sus habitaciones.

«No puedo tomar parte en la cacería, pero al menos me asomaré a la terraza para ver la salida de la comitiva», piensa.