Hector de Saint-Denys Garneau





Todos y cada uno



Miradas y juegos en el espacio

Las soledades ~ Otros poemas





Traducción de

Luis Vicente de Aguinaga





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D.R. © 2007 Les Écrits des Forges inc.

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D.R. © 2013 Arlequín Editorial y Servicios, S.A. de C.V.



Se editó para publicación digital en 2018



ISBN 978-968-7463-71-1



Hecho en México

 





El traductor agradece las observaciones de Tedi López Mills, quien leyó la primera versión del texto y señaló errores que de otro modo hubieran pasado inadvertidos.

 

 

 

 





Hector de Saint-Denys Garneau nació en Montreal el 13 de junio de 1912. Siete años de su infancia transcurrieron en la casona rural de
Juchereau-Duchesnay, en Sainte-Catherine-de-Fossambault. A ese lugar volvería después, en los veranos de su adolescencia y en los últimos años de su vida.

Proclive desde la niñez a la pintura y a la poesía, concluyó su primer cuadro a los ocho años y ganó a los catorce un premio juvenil de poesía.

Con su familia se mudó a Quebec en 1922. Un año más tarde los Garneau regresaron a Montreal, en donde Saint-Denys recibiría una férrea educación católica (en los colegios de Santa María y Loyola) y en donde comenzaría una formación de tres años en la escuela de Bellas Artes. El poeta llevaría un diario íntimo desde 1927 hasta comienzos de 1939.

Se costeó la edición, en 1937, de su libro de poemas Regards et jeux dans l’espace, que fue recibido con frialdad en el medio literario quebequense. No publicó después ningún otro libro. Sólo de forma póstuma se publicaron muchos de sus últimos poemas bajo el título de Les solitudes, edición a la que siguieron unas Poesías completas y diferentes volúmenes con sus diarios y narraciones.

Padeció enfermedades cardiacas desde 1928. Murió el 24 de octubre de 1943.

 

UNO



MIRADAS Y JUEGOS

EN EL ESPACIO

 

 

I

JUEGOS

 





DE NINGUNA MANERA estoy bien sentado en esta silla

Y mi peor malestar es un sillón para estarse quieto

Sin falta me adormezco y muero.



Pero déjenme atravesar el torrente sobre las rocas

A saltos dejar esto por aquello

Encuentro el equilibrio imponderable entre ambos

Es ahí, sin apoyarme, donde descanso.

 

EL JUEGO





No me molesten estoy profundamente ocupado



Un niño está construyendo un pueblo

Es una ciudad, un condado

Y quién sabe

Pronto será el universo



Juega



Esos cubos de madera son casas que desplaza y castillos

Esa tabla debe ser un techo que se inclina no se ve nada mal

No es poca cosa saber dónde dará la vuelta la carretera de naipes

Es algo que podría cambiar completamente la dirección del río

A causa del puente que produce un bello espejismo en el agua de la alfombra

Es fácil tener un gran árbol

Y poner debajo una montaña para levantarlo.



¡Dicha de jugar! ¡Paraíso de las libertades!

Y no vayan por ningún motivo a poner un pie en el cuarto

Nunca se sabe qué puede haber en el rincón

Si no irá uno a pisar la flor invisible más querida





He aquí mi caja de juguetes

Llena de palabras con que hacer enlaces maravillosos

Aliarlas separarlas casarlas,

De pronto evoluciones de danza

Y enseguida el claro estallido de la risa

Que se creía perdida





Un tierno coscorrón

Y la estrella

Que se balanceaba sin preocuparse

En la punta de un hilo demasiado tenue de luz

Se cae al agua y hace círculos.





Quién osaría entonces dudar del amor de la ternura

Pero ni dos centavos de respeto por el orden establecido

Y la cortesía y esta querida disciplina

Ligereza y maneras que escandalizarían a los mayores



Acomoda las palabras como si fueran simples canciones

Y en los ojos puede leérsele un placer travieso

De ver que bajo las palabras desplaza todas las cosas

Y actúa con las montañas

Como si fueran de su propiedad.

Voltea el cuarto al revés y de verdad ya no es posible orientarse

Como si fuera un placer burlarse de la gente.



Y sin embargo en su ojo izquierdo cuando se ríe con el derecho

Una gravedad del otro mundo se adhiere a la hoja de un árbol

Como si eso pudiera tener verdadera importancia

Como si tuviera tanto peso en su balanza

Como la guerra de Etiopía

En la de Inglaterra.

 





NO SOMOS CONTADORES





Todo el mundo es capaz de ver una piastra de papel verde

Pero quién puede ver a través si no es un niño

Quién como él puede ver a través con toda libertad

Sin que la piastra en modo alguno se lo impida ni sus límites

Ni el valor de una sola piastra



Pero en esta vitrina él ve miles de juguetes maravillosos

Y no tiene ganas de escoger entre tantos tesoros

Ni deseo ni necesidad

Él

Pero son grandes sus ojos pueden tomarlo todo.

 

ESPECTÁCULO DE LA DANZA





Bailan mal hijos míos

Es verdad que no es fácil bailar aquí

Donde falta el aire

Este aquí sin espacio que es toda la danza.



No saben jugar con el espacio

Y es ahí donde actúan

Sin cadenas

Pobres niños que no pueden jugar.





Cómo quieren bailar yo vi los muros

La ciudad no deja ver al principio

Corta en el hombro la mirada manca

Antes incluso de cualquier inflexión rítmica

Antes, corre y a lo lejos descansa

Lejos en el paisaje se abre

Antes la flor de la mirada aleación con el cielo

Bodas en el cielo de la mirada

Encuentro de infinitos choque

De maravillas.





La danza es medida segunda y segunda partida

Toma posesión del mundo

Tras la primera victoria

De la mirada



Que no deja huella en el espacio

—Incluso menos que el pájaro y su huella

Que la canción y su invisible paso

Imperceptible agitación del aire—

Un abrazo a través de lo inmaterial

Lo más cerca posible de la inmutable transparencia

Como un reflejo en la ola en el paisaje

Que nadie ha visto caer en el río





Ahora bien la danza es paráfrasis de la visión

El camino vuelto a encontrar que perdieron al cabo los ojos

Arabesca demora para reconstruir

El envolvimiento de la seducción desde su fuente.

 

RÍO DE MIS OJOS





Ah mis ojos hoy por la mañana grandes como ríos

Ah el agua de mis ojos listos para reflejarlo todo

Y esta frescura bajo mis párpados

Extraordinaria

Imágenes que veo a mi alrededor



Como refresca un arroyo la isla

Y como rodea el agua que fluye

A la soleada bañista

 

 

II

NIÑOS

 

1





Los niños

Ah pequeños monstruos



Te saltaron encima

Como los que se trepan en los chopos

Para doblegarlos

Y hacer que se inclinen hacia ellos



Tienden su trampa

Con increíble obstinación



Nunca te dejan

Antes de ganarte



Y entonces te dejan

Los muy pérfidos

Te abandonan

Escapan riendo.



Algunos se quedaron

Cuando se fueron los otros a jugar

Se quedaron sentados gravemente.



Algunos más fueron

Hasta el final del gran camino



Su risa quedó suspendida



En lo que se volvieron

A ver a quienes los miraban



Un remordimiento y una pena



Pero no se había perdido

Volvió a tomar su cohete

Que se oye correr por los aires

Mientras que desaparecieron ellos

Cuando el camino descendió.

 

2
RETRATO



Curioso niño

Es un pájaro

Ya no está



Se trata de hallarlo

De buscarlo

Cuando sí está



Se trata de no darle miedo

Es un pájaro

Es un caracol.



Mira sólo para besar

De otro modo no sabe qué hacer con los ojos



Dónde posarlos

Los maltrata como un campesino a su cachucha



Necesita ir hacia ti

Y cuando se detiene

Y si llega

Ya no está



Hay que verlo entonces venir

Y amarlo durante su viaje.

 

 

III

BOSQUEJOS AL AIRE LIBRE

 

 





LA VOZ DE LAS HOJAS

Una canción

Más clara un roce

De los más claros vestidos de los más transparentes colores.

 

LA ACUARELA





¿Hay algo mejor para cantarles, campos

Y a ustedes, árboles transparentes

Hojas

Y para no esconder la más mínima luz



Que la acuarela este claro

Tul claro este claro velo sobre el papel?

 

FLAUTA





Suspiraron todos los campos a través de una flauta

Todos los campos hasta donde ya no se ve ondulados sobre las colinas

Extendidos verdes sobre la quieta respiración de las colinas



Toda la respiración de los campos encontró este pequeño

verde arroyo de sonido para salir

Al descubierto

Esta voz verde casi marina

Y suspiró un sonido muy fresco

A través de una flauta.

 

SAUCES





Sauces al borde del agua

Inclinada la cabeza

El viento peina sus largas cabelleras

Las agita por encima del agua

En tanto sueñan

Y se complacen indefinidamente

Con los juegos del sol en su frío follaje

O cuando enreda la noche sus escurrimientos.

 

LOS OLMOS





En los campos

Quietos parasoles

Esbeltos, de tranquila elegancia

Los olmos están solos o en pequeñas familias.

A las vacas y a los caballos

Que los rodean a mediodía

Los quietos olmos les dan sombra.

No hablan

No los he oído cantar.

Simples

Dan sombra ligera

Buenamente

A los animales.

 

SAUCES





Los grandes sauces cantan

Mezclándose con el cielo

Y sus follajes son aguas vivas

En el cielo



El viento

Hace girar sus hojas

De plata

En la luz

Y todo resplandece

Y se mueve

Y fluye

Como las olas.



Pareciera que los sauces corren

En el viento

Cuando es el viento

El que corre por ellos.



Son remolinos en el cielo azul

Alrededor de las ramas y de los troncos

La brisa revuelve las hojas

Y salta la luz alrededor

Hadas

De mil reflejos

Como los trinos de los colibríes

Cuando baila sobre los arroyos

Moviéndose

Con todos sus diamantes y todas sus sonrisas.

 

PINOS A CONTRALUZ





Su follaje en la luz es como el agua

Islas de agua clara

Sobre la caponera negra sombreada a contraluz



Chorrean

Las copas y las matas

Una isla de agua clara en la punta de cada rama



Cada aguja es un reflejo de agua viva



Cada copa chorrea como una fuentecita burbujeante

Y fluye

No sabemos a dónde.



Chorrean como esta primavera he visto

Chorrear los sauces todo el árbol

Igualmente plata cada reflejo cada onda

Pasaje cada fuga de agua

Como viento que se hizo visible

Y parece

Líquido

A través de una mágica ventana.

 

 

IV

DOS PAISAJES

 

1
PAISAJE BICOLOR SOBRE FONDO CELESTE





La vida la muerte sobre dos colinas

Dos colinas cuatro laderas

Con flores salvajes sobre dos laderas

Sombra salvaje sobre dos laderas.



El sol de pie por el sur

Pone su alegría sobre ambas cimas

La esparce sobre las caras de ambas pendientes

Hasta el agua del valle

(Todo lo mira y no ve nada)



El cielo del agua en el valle

En el cielo del agua los nenúfares

Sus largos tallos van a lo profundo

Y el sol los sigue con el dedo

(Los sigue con el dedo y no siente nada)



Al agua que mecen los nenúfares

Al agua que punzan los nenúfares

Al agua que horadan los nenúfares

Y que sostienen cien mil tallos

Llega el pie de ambas colinas

Un pie florido con flores salvajes

Un pie roído por la sombra salvaje.



Y para quien boga justo al centro

Para el pez que salta justo al centro

(Ve cuando mucho una mosca)



Se hunde la frente de ambas colinas

Al tender sus pendientes hacia el fondo

Frente de flores frescas en la luz

Veinte años de flores contra un fondo celeste

Frente sin color ni rostro

Y sin comprender y sin sol

Pero ganada toda por la sombra salvaje

Compuesta toda de ausencia negra

Un hoyo de olvido —y el quieto cielo alrededor.

 

2





Un muerto pide algo de beber

El pozo ya no tiene tanta agua como se creería

Quién le dará respuesta al muerto

La fuente dice mi agua no es para él.



Ahora bien he aquí a todas sus servidoras en movimiento

Cada una lleva un jarro cada una su fuente

Para calmar la sed del amo

Un muerto que pide algo de beber.



Una recoge al fondo del jardín nocturno

El suave polen que brota de las flores

En el calor que se demora

en la envoltura de la noche

Esa carne la desenvuelve ella para él



Pero el muerto tiene sed todavía y pide algo de beber



Otra junta en la plata de los prados lunares

Las corolas que cerró el frescor del atardecer

Hace con ellas un ramo esponjado

Una pesadez tierna y fresca en la boca

Y va deprisa rumbo al amo para ofrecérselo

Pero el muerto tiene sed y pide algo de beber



Entonces la tercera y primera de las tres hermanas

Se apresura también por los campos

Mientras va surgiendo en el cielo de oriente

La clara amenaza de la aurora

Recoge en la red de su delantal de oro

Las gotas luminosas del rocío matinal

Llena con ellas una copa y se la ofrece al amo



Pero el muerto tiene sed y pide algo de beber.



Entonces la mañana aparece en su gloria

Y derrama como un viento la luz sobre el valle

Y el muerto pulverizado

El muerto perforado por los rayos como una bruma

Se evapora y muere

Y su recuerdo incluso ha dejado la tierra.

 

 

V

CADA GRIS MÁS NEGRO

 

SPLEEN





¡Ah! Qué viaje haré

Con mi alma, qué lento viaje



Y qué país veremos

Extenso país, país de tedio



¡Ah! Ya estar exhausto por la noche

Y regresar y no ver nada



Y morir durante la noche

Muerto de mí, de nuestro tedio

 

BAJO LLAVE





Pienso en la desolación del invierno

En las jornadas largas de soledad

En la casa muerta

—Y es que al no abrirse nada la casa muere—

Cerrada la casa, rodeada por el bosque



Negros bosques llenos

De viento duro



Atenazada la casa por el frío

En la desolación del invierno duradero



Alimentando a solas una pequeña fogata en el gran atrio

Alimentándola con secas ramas

Poco a poco

Para que dure

Para impedir la total muerte del fuego

A solas con el tedio que no puede salir

Que uno encierra consigo mismo

Y que se propaga en el cuarto



Como el humo de un mal atrio

Que asciende con dificultad

Cuando el viento azota el techo

Y reprende al humo del cuarto

Hasta que uno se ahoga en la casa cerrada



A solas con el tedio

Que sacude apenas el vano espanto

Que viene de pronto y nos asalta

Cuando el frío rompe los clavos de las tablas

Y el viento hace crujir el maderamen



Largas noches tratando de no congelarse

Después viene la luz en la mañana

Más glacial que la noche.



Así largos meses en espera

Del final del áspero invierno.





Pienso en la desolación del invierno

Solo

En casa bajo llave.

 

FIEBRE





Reanuda el fuego

Bajo la ceniza



Cuidado

Con los vestigios

Nunca se sabe



Cuidado

Nunca se sabe bien

Con los vestigios

Al menor soplo comienza el fuego



Al fondo del bosque

Reanuda el fuego

Con socarronería

De menos a más



Cuidado

Reanuda el fuego

Quema el aire a su paso



Reanuda el fuego

Pero a dónde ir

En los vestigios

Todos rotos

En los trozos de madera

Bien amontonados



El calor calienta

El viento se quema

El calor aumenta

Y enturbia el cielo



Con pesados resplandores

El calor sordo

Calienta y me retuerce



El calor calienta

Sin flama clara

El calor aumenta

Sin estandarte

Y enturbia el cielo

Y hace temblar los árboles

Y quema el viento a su paso.



El paisaje

Pide clemencia

Los animales tienen los ojos despavoridos

Los pájaros están extraviados

En el calor que enturbia el cielo



El viento ya no puede llegar

Hasta los grandes árboles que se ahogan

Que abren los brazos

Por un poco de aire

El paisaje pide clemencia

Y el calor intolerable

Del fuego reanudado

En los vestigios

No tiene fisuras

Por donde una flama

O el viento se cuelen.

 

 

VI

FACCIÓN

 

COMIENZO PERPETUO

Un hombre de cierta edad

Más bien joven y viejo

Con ojos preocupados

Y lentes sin color

Está sentado al pie de un muro

Al pie de un muro enfrente de un muro



Dice voy a contar de uno a cien

Al llegar a cien todo habrá terminado

De una buena vez de una vez por todas

Comienzo uno dos y lo que sigue



Pero al setenta y tres ya no está tan seguro



Es como cuando se pensaba que al contar las campanadas de medianoche

y que al llegar a once

Ya está oscuro cómo saberlo

Uno trata de reconstruir con los espacios el ritmo

Pero cuándo empezó todo esto



Y a esperar la próxima hora



Dice vamos hay que terminar

Empecemos de nuevo de una buena vez

De una vez por todas

De uno a cien

Uno…

 

 





ANTAÑO HICE POEMAS

Que contenían todo el radio

Del centro a la periferia y más allá



Como si no hubiera periferia sino el centro nomás



Y como si el sol fuera yo: con el espacio ilimitado alrededor



De veras que se toma impulso al brotar a todo lo largo del rayo

De veras que se adquiere una velocidad prodigiosa de bólido



Qué atracción del centro podría entonces impedir el escape

Qué domo de firmamento cóncavo que fuera perforado

Cuando se tiene este impulso para estallar en el Más Allá.



Pero luego se aprende que la tierra no es plana

Sino una esfera y el centro no está en medio

Sino en el centro

Y se aprende la longitud del radio ese camino tantas veces recorrido

Y pronto se conoce la superficie

Del globo íntegramente medido inspeccionado andado viejo sendero

Pisoteado



Entonces la humilde tarea

De recorrer el perímetro hasta el límite

Con la esperanza en la superficie del globo de una fisura,

Con la esperanza de un estallido de las fronteras

Por donde hallar libre la luz el aire.



Luego ay desesperanza

El impulso del rayo entero convertido

En este punto muerto de la superficie.



Como un hombre

Por miedo al refugio andando el camino demasiado corto

Hace más breve el paso y se tarda en llegar

Debo hacerme sutil

Para que, al divisar infinitamente la ínfima distancia

De la cuerda al arco,

Pueda crear por ingenio un espacio análogo al Más Allá

Y en este reducto encontrar materia

Para vivir y el arte.