Hector de Saint-Denys Garneau
Todos y cada uno
Miradas y juegos en el espacio
Las soledades ~ Otros poemas
Traducción de
Luis Vicente de Aguinaga
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Se editó para publicación digital en 2018
ISBN 978-968-7463-71-1
Hecho en México
El traductor agradece las observaciones de Tedi López Mills, quien leyó la primera versión del texto y señaló errores que de otro modo hubieran pasado inadvertidos.
Hector de Saint-Denys Garneau nació en Montreal el 13 de junio de 1912. Siete años de su infancia transcurrieron en la casona rural de Juchereau-Duchesnay, en Sainte-Catherine-de-Fossambault. A ese lugar volvería después, en los veranos de su adolescencia y en los últimos años de su vida.
Proclive desde la niñez a la pintura y a la poesía, concluyó su primer cuadro a los ocho años y ganó a los catorce un premio juvenil de poesía.
Con su familia se mudó a Quebec en 1922. Un año más tarde los Garneau regresaron a Montreal, en donde Saint-Denys recibiría una férrea educación católica (en los colegios de Santa María y Loyola) y en donde comenzaría una formación de tres años en la escuela de Bellas Artes. El poeta llevaría un diario íntimo desde 1927 hasta comienzos de 1939.
Se costeó la edición, en 1937, de su libro de poemas Regards et jeux dans l’espace, que fue recibido con frialdad en el medio literario quebequense. No publicó después ningún otro libro. Sólo de forma póstuma se publicaron muchos de sus últimos poemas bajo el título de Les solitudes, edición a la que siguieron unas Poesías completas y diferentes volúmenes con sus diarios y narraciones.
Padeció enfermedades cardiacas desde 1928. Murió el 24 de octubre de 1943.
UNO
MIRADAS Y JUEGOS
EN EL ESPACIO
I
JUEGOS
DE NINGUNA MANERA estoy bien sentado en esta silla
Y mi peor malestar es un sillón para estarse quieto
Sin falta me adormezco y muero.
Pero déjenme atravesar el torrente sobre las rocas
A saltos dejar esto por aquello
Encuentro el equilibrio imponderable entre ambos
Es ahí, sin apoyarme, donde descanso.
EL JUEGO
No me molesten estoy profundamente ocupado
Un niño está construyendo un pueblo
Es una ciudad, un condado
Y quién sabe
Pronto será el universo
Juega
Esos cubos de madera son casas que desplaza y castillos
Esa tabla debe ser un techo que se inclina no se ve nada mal
No es poca cosa saber dónde dará la vuelta la carretera de naipes
Es algo que podría cambiar completamente la dirección del río
A causa del puente que produce un bello espejismo en el agua de la alfombra
Es fácil tener un gran árbol
Y poner debajo una montaña para levantarlo.
¡Dicha de jugar! ¡Paraíso de las libertades!
Y no vayan por ningún motivo a poner un pie en el cuarto
Nunca se sabe qué puede haber en el rincón
Si no irá uno a pisar la flor invisible más querida
He aquí mi caja de juguetes
Llena de palabras con que hacer enlaces maravillosos
Aliarlas separarlas casarlas,
De pronto evoluciones de danza
Y enseguida el claro estallido de la risa
Que se creía perdida
Un tierno coscorrón
Y la estrella
Que se balanceaba sin preocuparse
En la punta de un hilo demasiado tenue de luz
Se cae al agua y hace círculos.
Quién osaría entonces dudar del amor de la ternura
Pero ni dos centavos de respeto por el orden establecido
Y la cortesía y esta querida disciplina
Ligereza y maneras que escandalizarían a los mayores
Acomoda las palabras como si fueran simples canciones
Y en los ojos puede leérsele un placer travieso
De ver que bajo las palabras desplaza todas las cosas
Y actúa con las montañas
Como si fueran de su propiedad.
Voltea el cuarto al revés y de verdad ya no es posible orientarse
Como si fuera un placer burlarse de la gente.
Y sin embargo en su ojo izquierdo cuando se ríe con el derecho
Una gravedad del otro mundo se adhiere a la hoja de un árbol
Como si eso pudiera tener verdadera importancia
Como si tuviera tanto peso en su balanza
Como la guerra de Etiopía
En la de Inglaterra.
NO SOMOS CONTADORES
Todo el mundo es capaz de ver una piastra de papel verde
Pero quién puede ver a través si no es un niño
Quién como él puede ver a través con toda libertad
Sin que la piastra en modo alguno se lo impida ni sus límites
Ni el valor de una sola piastra
Pero en esta vitrina él ve miles de juguetes maravillosos
Y no tiene ganas de escoger entre tantos tesoros
Ni deseo ni necesidad
Él
Pero son grandes sus ojos pueden tomarlo todo.
ESPECTÁCULO DE LA DANZA
Bailan mal hijos míos
Es verdad que no es fácil bailar aquí
Donde falta el aire
Este aquí sin espacio que es toda la danza.
No saben jugar con el espacio
Y es ahí donde actúan
Sin cadenas
Pobres niños que no pueden jugar.
Cómo quieren bailar yo vi los muros
La ciudad no deja ver al principio
Corta en el hombro la mirada manca
Antes incluso de cualquier inflexión rítmica
Antes, corre y a lo lejos descansa
Lejos en el paisaje se abre
Antes la flor de la mirada aleación con el cielo
Bodas en el cielo de la mirada
Encuentro de infinitos choque
De maravillas.
La danza es medida segunda y segunda partida
Toma posesión del mundo
Tras la primera victoria
De la mirada
Que no deja huella en el espacio
—Incluso menos que el pájaro y su huella
Que la canción y su invisible paso
Imperceptible agitación del aire—
Un abrazo a través de lo inmaterial
Lo más cerca posible de la inmutable transparencia
Como un reflejo en la ola en el paisaje
Que nadie ha visto caer en el río
Ahora bien la danza es paráfrasis de la visión
El camino vuelto a encontrar que perdieron al cabo los ojos
Arabesca demora para reconstruir
El envolvimiento de la seducción desde su fuente.
RÍO DE MIS OJOS
Ah mis ojos hoy por la mañana grandes como ríos
Ah el agua de mis ojos listos para reflejarlo todo
Y esta frescura bajo mis párpados
Extraordinaria
Imágenes que veo a mi alrededor
Como refresca un arroyo la isla
Y como rodea el agua que fluye
A la soleada bañista
II
NIÑOS
1
Los niños
Ah pequeños monstruos
Te saltaron encima
Como los que se trepan en los chopos
Para doblegarlos
Y hacer que se inclinen hacia ellos
Tienden su trampa
Con increíble obstinación
Nunca te dejan
Antes de ganarte
Y entonces te dejan
Los muy pérfidos
Te abandonan
Escapan riendo.
Algunos se quedaron
Cuando se fueron los otros a jugar
Se quedaron sentados gravemente.
Algunos más fueron
Hasta el final del gran camino
Su risa quedó suspendida
En lo que se volvieron
A ver a quienes los miraban
Un remordimiento y una pena
Pero no se había perdido
Volvió a tomar su cohete
Que se oye correr por los aires
Mientras que desaparecieron ellos
Cuando el camino descendió.
2
RETRATO
Curioso niño
Es un pájaro
Ya no está
Se trata de hallarlo
De buscarlo
Cuando sí está
Se trata de no darle miedo
Es un pájaro
Es un caracol.
Mira sólo para besar
De otro modo no sabe qué hacer con los ojos
Dónde posarlos
Los maltrata como un campesino a su cachucha
Necesita ir hacia ti
Y cuando se detiene
Y si llega
Ya no está
Hay que verlo entonces venir
Y amarlo durante su viaje.
III
BOSQUEJOS AL AIRE LIBRE
LA VOZ DE LAS HOJAS
Una canción
Más clara un roce
De los más claros vestidos de los más transparentes colores.
LA ACUARELA
¿Hay algo mejor para cantarles, campos
Y a ustedes, árboles transparentes
Hojas
Y para no esconder la más mínima luz
Que la acuarela este claro
Tul claro este claro velo sobre el papel?
FLAUTA
Suspiraron todos los campos a través de una flauta
Todos los campos hasta donde ya no se ve ondulados sobre las colinas
Extendidos verdes sobre la quieta respiración de las colinas
Toda la respiración de los campos encontró este pequeño
verde arroyo de sonido para salir
Al descubierto
Esta voz verde casi marina
Y suspiró un sonido muy fresco
A través de una flauta.
SAUCES
Sauces al borde del agua
Inclinada la cabeza
El viento peina sus largas cabelleras
Las agita por encima del agua
En tanto sueñan
Y se complacen indefinidamente
Con los juegos del sol en su frío follaje
O cuando enreda la noche sus escurrimientos.
LOS OLMOS
En los campos
Quietos parasoles
Esbeltos, de tranquila elegancia
Los olmos están solos o en pequeñas familias.
A las vacas y a los caballos
Que los rodean a mediodía
Los quietos olmos les dan sombra.
No hablan
No los he oído cantar.
Simples
Dan sombra ligera
Buenamente
A los animales.
SAUCES
Los grandes sauces cantan
Mezclándose con el cielo
Y sus follajes son aguas vivas
En el cielo
El viento
Hace girar sus hojas
De plata
En la luz
Y todo resplandece
Y se mueve
Y fluye
Como las olas.
Pareciera que los sauces corren
En el viento
Cuando es el viento
El que corre por ellos.
Son remolinos en el cielo azul
Alrededor de las ramas y de los troncos
La brisa revuelve las hojas
Y salta la luz alrededor
Hadas
De mil reflejos
Como los trinos de los colibríes
Cuando baila sobre los arroyos
Moviéndose
Con todos sus diamantes y todas sus sonrisas.
PINOS A CONTRALUZ
Su follaje en la luz es como el agua
Islas de agua clara
Sobre la caponera negra sombreada a contraluz
Chorrean
Las copas y las matas
Una isla de agua clara en la punta de cada rama
Cada aguja es un reflejo de agua viva
Cada copa chorrea como una fuentecita burbujeante
Y fluye
No sabemos a dónde.
Chorrean como esta primavera he visto
Chorrear los sauces todo el árbol
Igualmente plata cada reflejo cada onda
Pasaje cada fuga de agua
Como viento que se hizo visible
Y parece
Líquido
A través de una mágica ventana.
IV
DOS PAISAJES
1
PAISAJE BICOLOR SOBRE FONDO CELESTE
La vida la muerte sobre dos colinas
Dos colinas cuatro laderas
Con flores salvajes sobre dos laderas
Sombra salvaje sobre dos laderas.
El sol de pie por el sur
Pone su alegría sobre ambas cimas
La esparce sobre las caras de ambas pendientes
Hasta el agua del valle
(Todo lo mira y no ve nada)
El cielo del agua en el valle
En el cielo del agua los nenúfares
Sus largos tallos van a lo profundo
Y el sol los sigue con el dedo
(Los sigue con el dedo y no siente nada)
Al agua que mecen los nenúfares
Al agua que punzan los nenúfares
Al agua que horadan los nenúfares
Y que sostienen cien mil tallos
Llega el pie de ambas colinas
Un pie florido con flores salvajes
Un pie roído por la sombra salvaje.
Y para quien boga justo al centro
Para el pez que salta justo al centro
(Ve cuando mucho una mosca)
Se hunde la frente de ambas colinas
Al tender sus pendientes hacia el fondo
Frente de flores frescas en la luz
Veinte años de flores contra un fondo celeste
Frente sin color ni rostro
Y sin comprender y sin sol
Pero ganada toda por la sombra salvaje
Compuesta toda de ausencia negra
Un hoyo de olvido —y el quieto cielo alrededor.
2
Un muerto pide algo de beber
El pozo ya no tiene tanta agua como se creería
Quién le dará respuesta al muerto
La fuente dice mi agua no es para él.
Ahora bien he aquí a todas sus servidoras en movimiento
Cada una lleva un jarro cada una su fuente
Para calmar la sed del amo
Un muerto que pide algo de beber.
Una recoge al fondo del jardín nocturno
El suave polen que brota de las flores
En el calor que se demora
en la envoltura de la noche
Esa carne la desenvuelve ella para él
Pero el muerto tiene sed todavía y pide algo de beber
Otra junta en la plata de los prados lunares
Las corolas que cerró el frescor del atardecer
Hace con ellas un ramo esponjado
Una pesadez tierna y fresca en la boca
Y va deprisa rumbo al amo para ofrecérselo
Pero el muerto tiene sed y pide algo de beber
Entonces la tercera y primera de las tres hermanas
Se apresura también por los campos
Mientras va surgiendo en el cielo de oriente
La clara amenaza de la aurora
Recoge en la red de su delantal de oro
Las gotas luminosas del rocío matinal
Llena con ellas una copa y se la ofrece al amo
Pero el muerto tiene sed y pide algo de beber.
Entonces la mañana aparece en su gloria
Y derrama como un viento la luz sobre el valle
Y el muerto pulverizado
El muerto perforado por los rayos como una bruma
Se evapora y muere
Y su recuerdo incluso ha dejado la tierra.
V
CADA GRIS MÁS NEGRO
SPLEEN
¡Ah! Qué viaje haré
Con mi alma, qué lento viaje
Y qué país veremos
Extenso país, país de tedio
¡Ah! Ya estar exhausto por la noche
Y regresar y no ver nada
Y morir durante la noche
Muerto de mí, de nuestro tedio
BAJO LLAVE
Pienso en la desolación del invierno
En las jornadas largas de soledad
En la casa muerta
—Y es que al no abrirse nada la casa muere—
Cerrada la casa, rodeada por el bosque
Negros bosques llenos
De viento duro
Atenazada la casa por el frío
En la desolación del invierno duradero
Alimentando a solas una pequeña fogata en el gran atrio
Alimentándola con secas ramas
Poco a poco
Para que dure
Para impedir la total muerte del fuego
A solas con el tedio que no puede salir
Que uno encierra consigo mismo
Y que se propaga en el cuarto
Como el humo de un mal atrio
Que asciende con dificultad
Cuando el viento azota el techo
Y reprende al humo del cuarto
Hasta que uno se ahoga en la casa cerrada
A solas con el tedio
Que sacude apenas el vano espanto
Que viene de pronto y nos asalta
Cuando el frío rompe los clavos de las tablas
Y el viento hace crujir el maderamen
Largas noches tratando de no congelarse
Después viene la luz en la mañana
Más glacial que la noche.
Así largos meses en espera
Del final del áspero invierno.
Pienso en la desolación del invierno
Solo
En casa bajo llave.
FIEBRE
Reanuda el fuego
Bajo la ceniza
Cuidado
Con los vestigios
Nunca se sabe
Cuidado
Nunca se sabe bien
Con los vestigios
Al menor soplo comienza el fuego
Al fondo del bosque
Reanuda el fuego
Con socarronería
De menos a más
Cuidado
Reanuda el fuego
Quema el aire a su paso
Reanuda el fuego
Pero a dónde ir
En los vestigios
Todos rotos
En los trozos de madera
Bien amontonados
El calor calienta
El viento se quema
El calor aumenta
Y enturbia el cielo
Con pesados resplandores
El calor sordo
Calienta y me retuerce
El calor calienta
Sin flama clara
El calor aumenta
Sin estandarte
Y enturbia el cielo
Y hace temblar los árboles
Y quema el viento a su paso.
El paisaje
Pide clemencia
Los animales tienen los ojos despavoridos
Los pájaros están extraviados
En el calor que enturbia el cielo
El viento ya no puede llegar
Hasta los grandes árboles que se ahogan
Que abren los brazos
Por un poco de aire
El paisaje pide clemencia
Y el calor intolerable
Del fuego reanudado
En los vestigios
No tiene fisuras
Por donde una flama
O el viento se cuelen.
VI
FACCIÓN
COMIENZO PERPETUO
Un hombre de cierta edad
Más bien joven y viejo
Con ojos preocupados
Y lentes sin color
Está sentado al pie de un muro
Al pie de un muro enfrente de un muro
Dice voy a contar de uno a cien
Al llegar a cien todo habrá terminado
De una buena vez de una vez por todas
Comienzo uno dos y lo que sigue
Pero al setenta y tres ya no está tan seguro
Es como cuando se pensaba que al contar las campanadas de medianoche
y que al llegar a once
Ya está oscuro cómo saberlo
Uno trata de reconstruir con los espacios el ritmo
Pero cuándo empezó todo esto
Y a esperar la próxima hora
Dice vamos hay que terminar
Empecemos de nuevo de una buena vez
De una vez por todas
De uno a cien
Uno…
ANTAÑO HICE POEMAS
Que contenían todo el radio
Del centro a la periferia y más allá
Como si no hubiera periferia sino el centro nomás
Y como si el sol fuera yo: con el espacio ilimitado alrededor
De veras que se toma impulso al brotar a todo lo largo del rayo
De veras que se adquiere una velocidad prodigiosa de bólido
Qué atracción del centro podría entonces impedir el escape
Qué domo de firmamento cóncavo que fuera perforado
Cuando se tiene este impulso para estallar en el Más Allá.
Pero luego se aprende que la tierra no es plana
Sino una esfera y el centro no está en medio
Sino en el centro
Y se aprende la longitud del radio ese camino tantas veces recorrido
Y pronto se conoce la superficie
Del globo íntegramente medido inspeccionado andado viejo sendero
Pisoteado
Entonces la humilde tarea
De recorrer el perímetro hasta el límite
Con la esperanza en la superficie del globo de una fisura,
Con la esperanza de un estallido de las fronteras
Por donde hallar libre la luz el aire.
Luego ay desesperanza
El impulso del rayo entero convertido
En este punto muerto de la superficie.
Como un hombre
Por miedo al refugio andando el camino demasiado corto
Hace más breve el paso y se tarda en llegar
Debo hacerme sutil
Para que, al divisar infinitamente la ínfima distancia
De la cuerda al arco,
Pueda crear por ingenio un espacio análogo al Más Allá
Y en este reducto encontrar materia
Para vivir y el arte.