Acerca de los autores

Juan Mila Demarchi es Profesor Director de la Licenciatura de Psico-motricidad y Profesor Director de la Carrera de Especialista en Gerontopsicomotricidad, Facultad de Medicina, Universidad de la República (Uruguay). Es coordinador del Equipo de Docencia e Investigación en Formación del Rol del Psicomotricista a través del Trabajo Corporal, de la Universidad de la República, y también es Profesor Honoris Causa de la Organización Internacional de Psicomotricidad y Relajación (Paris, Francia). Asimismo, ha impartido clases, en calidad de Profesor Invitado, en formaciones de grado y postgrado de psicomotricistas de universidades latinoamericanas y europeas. Es, además, investigador y autor de diferentes publicaciones y libros sobre Psicomotricidad.

Cori Camps Llauradó es Doctora en Psicología y especialista en Psicomotricidad. Profesora Titular de Universidad del Departamento de Psicología de la Universidad Rovira i Virgili (Tarragona, España), en el área de Psicología Evolutiva y de la Educación. Imparte asignaturas vinculadas a la Psicomotricidad desde el año 1983. Profesora y co-cordinadora del Postgrado en Intervención Psicomotriz y del Master en Terapia Psicomotriz de esta universidad, en los que imparte docencia, Formación Personal y Formación Práctica. Coordinadora del grupo de investigación: “Intervención Psicomotriz y Desarrollo Psicológico” y de Proyectos de Transferencia con instituciones para la intervención psicomotriz. Autora de diversos artículos, capítulos de libro, y comunicaciones vinculados a la Psicomotricidad.

Lola García Olalla es Doctora en Psicología, y Psicomotricista. Profesora del Departamento de Psicología de la Universidad Rovira i Virgili (Tarragona, España). Vinculada al área de Psicologia Evolutiva y de la Educación. Profesora y co-cordinadora del Postgrado en Intervención Psicomotriz y del Master en Terapia Psicomotriz de esta universidad. Miembro de los grupos de investigación: “Intervención Psicomotriz y Desarrollo Psicológico” e “Interacción y Comunicación en Contextos Educativos”. Asesora técnica en temas de atención psicológica y psicomotricidad a la primera infancia y a la tercera edad en diversas instituciones. Autora de diversos artículos y comunicaciones sobre desarrollo socioemocional en la infancia y psicomotricidad.

Mariela Peceli es Profesora Adjunta Coordinadora de Prácticas de la Licenciatura de Psicomotricidad, Escuela Universitaria de Tecnología Médica, Facultad de Medicina - Universidad de la República (Uruguay). Co-coordinadora del Equipo de Docencia e Investigación en Formación del Rol del Psicomotricista a través del Trabajo Corporal, Universidad de la República. Es también Directora del Centro CEDEP de tratamiento integral de bebés, niños y adolescentes (Montevideo, Uruguay), y autora de diferentes artículos y publicaciones en Psicomotricidad.

Inés Tomás Alabart es Doctora en Psicología y Psicoanalista. Profesora Titular de la Universidad Rovira i Virgili (Tarragona. España), en el Departamento de Psicología y dentro del área de Personalidad, Evaluación y Tratamiento Psicológico. Ha dedicado su vida profesional a la docencia y practica terapéutica, tanto infantil como de adultos. Desde el año 2000, coordina el Master de Terapia Psicomotriz de la URV, en el que también imparte docencia y Formación Personal. Es autora de comunicaciones y artículos diversos, relacionados con los factores psicoanalíticos que intervienen en la construcción del sujeto, y en la imprescindible formación personal de los terapeutas.

A nuestros maestros,

A nuestros alumnos

 

Proyecto de Investigación financiado por la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID). Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación (Convocatorias 2008 – 2009)

 

Título del proyecto: "Constitución de un grupo de trabajo, investigación y docencia para la formación corporal y personal de los estudiantes de psicomotricidad de la URV y de la Universidad de la República (Montevideo - Uruguay)

Prólogo

por Pablo Bottini

Es este un texto necesario.

La práctica psicomotriz resulta aún demasiado críptica para aquellos no iniciados en ella.

Eso incluye a los directivos de las instituciones en las que los psico-motricistas se forman, que pese a haber optado por albergar en ellas estas formaciones, no son la excepción.

En muchas de estas formaciones, la necesidad de que los estudiantes atraviesen un intenso trabajo personal de base corporal, suele ser mediatizada por diferentes prácticas ligadas a expresiones artísticas de distinta índole. Así, el teatro, la danza, la plástica o diferentes “técnicas corporales”, solo por mencionar algunas opciones, son enseñadas al futuro psicomotricista en el afán de que éste logre “entrenar” su cuerpo.

Desde luego, este tipo de formación constituye una importante ayuda en la disposición del futuro psicomotricista al despliegue de su cuerpo en el trabajo que se propone, sea este de educación o terapia psicomotriz. Es, por otra parte, el aspecto de más fácil comprensión para aquellos que ven “desde afuera” a la práctica psicomotriz.

También sabemos, por experiencia de años de ejercicio en este campo, que haber aprendido estas técnicas cubre solo un aspecto, el técnico-instrumental, de lo que en el ámbito de la práctica se despliega.

Pero… ¿dónde y cómo se favorece la elaboración del aspecto emocional-afectivo que se impone al psicomotricista en su práctica? ¿Es que solo se puede hablar de ello en los ámbitos psicoterapéuticos personales de cada uno? ¿Debe la experiencia corporal quedar ceñida al ámbito de la mera reflexión verbal?

Estamos seguros que no, pero es este es el aspecto de más difícil comprensión para aquellos no iniciados en las prácticas corporales, en las que podemos, provisoriamente, englobar a la práctica psicomotriz.

También es el de más difícil explicación… pero sabemos, ¡es el más necesario de ser explicado!

¿Cómo explicar la necesidad de generar experiencias similares a las que se van a dar luego, al momento en que los estudiantes inicien el ejercicio profesional? ¿Dónde y cómo generar, albergar, contener las vivencias propias y específicas del despliegue lúdico corporal constitutivas del aprendizaje del futuro rol? (Merleau-Ponty, 1994; Bottini, 2006).

Sin duda, ciertas analogías técnicas han resultado útiles en el pasado, pero ellas arrojan más preguntas que respuestas a los ojos y la comprensión del observador externo, y dejan más inermes a los futuros colegas.

Aquello que es propio y distintivo de la práctica psicomotriz, el jugar “cuerpo a cuerpo” en cada sesión, el co-construir la melodía lúdica de cada encuentro, el desplegar la propia disposición emocional-afectiva, y el contener la ajena, es paradójicamente el aspecto más complejo de entender y el menos eficazmente explicado.

La necesidad de sustentar y comunicar esta particularidad de la formación de los futuros psicomotricistas y de la especificidad del ejercicio profesional es y fue una preocupación para aquellos que se dedican a ella.

Es así que podemos ubicar importantes antecedentes de esta temática en publicaciones del campo de trabajo y la enseñanza de la psicomotricidad (Aucouturier, 2004, Boscaini, 2002; Bottini, 2008; Bottini y Sassano, 2000; Papagna, 2000; Sassano, 2003), algunos de ellos, de autoría de quienes generaron este mismo texto que hoy nos toca prologar (Camps Llauradó, 2008; Mila et al., 2000; Mila, 2002, 2007 y 2008c).

Estos antecedentes, que aquí mencionamos en forma incompleta, marcaron el rumbo; pero sin dudas, es el presente texto el que está destinado a constituirse en una referencia ineludible de esta temática.

Su carácter de investigación le da un lugar único, privilegiado, hasta ahora inexistente.

Tiene además, en sí mismo, una característica difícil de lograr: el de la escritura conjunta. Sabemos, los que habitualmente nos dedicamos a comunicar nuestras ideas acerca de la práctica, lo complejo que resulta hacerlo en forma coherente y consistente. Si además le sumamos la decisión de hacerlo en forma conjunta y consensuada, el camino elegido se hace por demás dificultoso.

Salir airosos de esta pretensión es otro de los logros de los autores del presente libro.

Como dijéramos en un principio, es este un texto necesario. Anticipamos en estas líneas su carácter de ineludible referencia futura para todo aquel que quiera en forma seria y profesional sustentar, en la capacitación de los futuros psicomotricistas, la necesidad de una formación específica de base corporal.

Felicitamos a sus autores y los comprometemos a seguir produciendo. No nos pueden privar ahora, que hemos comprendido la riqueza de sus logros y la sabiduría de sus reflexiones, de sus futuros avances en el tema.

Prof. Lic. Pablo Bottini

Buenos Aires, agosto de 2011

Introducción

Desde el comienzo, la Psicomotricidad y los psicomotricistas han puesto su mirada en el cuerpo, especialmente en el cuerpo del otro. Desde siempre, nuestro objeto de estudio ha sido el cuerpo del niño, y hace ya un buen tiempo que también lo es el cuerpo del adolescente, del adulto y del adulto mayor. De hecho, el campo de la Psicomotricidad como disciplina y como profesión se ha ampliado en forma significativa, y las intervenciones psicomotrices son hoy pertinentes a diferentes niveles tanto de la sanidad como de la educación.

Sin embargo, si bien varias corrientes de trabajo en Psicomotrici­dad han puesto énfasis en la formación corporal del psicomotricista, son muy pocas las publicaciones sobre dicha formación y prácticamente no existen investigaciones al respecto. En este sentido, manifestamos nuestro reconocimiento a la obra desarrollada por Bernard Aucouturier y por André Lapierre, ya que representan las primeras propuestas innovadoras en este ámbito de formación. Sus trabajos constituyen las raíces y el origen de la formación personal o el análisis corporal de la relación, respectivamente. Nuestra formación inicial se vincula fundamentalmente a la Práctica Psicomotriz de B. Aucouturier y al Psicoanálisis. A partir de estos inicios, hemos ido desarrollando, profundizando, cuestionándonos e investigando sobre la formación corporal y personal del psicomotricista. Es importante reconocer los aportes que a nuestro trabajo han realizado desde siempre, los compañeros Miguel Llorca, Fina Sánchez, Joaquim Serrabona y Pedro Pablo Berruezo, de España, y Dayse Campos de Souza y Suzana Veloso Cabral, del Brasil, quienes desde sus posturas y concepciones se han ocupado del trabajo corporal, discutiendo y apoyando nuestra labor.

Desde hace más de quince años los integrantes de este grupo de investigación nos encontramos trabajando en la temática de la forma­ción corporal específica de los psicomotricistas. Y desde ambas uni­versidades hemos realizado un recorrido teórico y práctico intentando mantener un planteamiento de coherencia a este nivel. Para nosotros es evidente la necesidad de trabajar en las diferentes vertientes de la formación del psicomotricista, es decir, la formación teórica, la formación práctica (técnico-profesional) y la formación corporal específica. Son los tres pilares de un recorrido que implica una construcción en tres tipos de competencias: la elaboración de conceptos y teorías, la adquisición de estrategias y herramientas metodológicas para la intervención y el desarrollo de actitudes y valores que pretenden, a través de un trabajo con el propio cuerpo y en interacción con otros compañeros, el cambio de la persona. Se trata, por tanto, de una formación en tres dimensiones profundamente interrelacionadas, que se articulan desde el sujeto y su historia personal, una historia de relación vivida con los otros y que se reactualiza en su quehacer profesional.

Por ello se hace necesaria la labor que debe hacer cada persona, para lograr la permanente articulación entre el trabajo realizado en los diferentes espacios de formación. Esta es una tarea dinámica, dialéctica y siempre inacabada, que merece la continua revisión y el constante cambio.

La formación por vía corporal debe dirigirse a construir el rol del psicomotricista, dotándolo de herramientas para entender al otro en su expresividad tónico-emocional, para decodificar y dar sentido a las señales del cuerpo, del gesto y del hacer del otro. La construcción del rol del psicomotricista a través del trabajo corporal compromete la totalidad de la persona. La formación corporal y personal ofrece al futuro psicomotricista la oportunidad de vivir un descubrimiento de su dinámica personal, aprehendida a través de la gestualidad, las implicaciones con el espacio, con el material y con las otras personas del grupo, para derivar en un cambio personal hacia la capacidad de comprender mejor al otro y a sí mismo, hacia la capacidad de escuchar, aceptar y contener al niño o persona con la que va a trabajar, y ayudarlo en su crecimiento integral. La formación personal parte de la persona y tiende a su cambio y transformación.

De ahí que sea pertinente preguntarnos: ¿es posible pensar que la formación del psicomotricista, profesional que realiza diferentes intervenciones psicomotrices a través de la mediación corporal, puede realizarse sin contemplar su formación corporal específica? O mejor aún: ¿cómo se implementa la formación corporal específica del psi­comotricista?

Parte de esos interrogantes se han abordado y han sido trabajados en el proceso de investigación, y forman parte de esta publicación. Para nuestro equipo, y para la docencia en cada una de nuestras universidades, dicho proceso ha sido movilizador y fundante en varios sentidos, en tanto implicó múltiples niveles de trabajo: revisión bibliográfica, entrevistas a expertos, análisis de la implementación de la formación corporal en cada uno de nuestros centros del estudio, supervisión, defini­ción de las competencias específicas, evaluación de las competencias, revisión de la evaluación del proceso de cada estudiante y de cada grupo de formación e implementación de nuevas formas de llevar a cabo nuestra tarea.El presente libro intenta ser un registro de este proceso de trabajo, que por cierto continúa, y en el que apostamos a seguir produciendo.

El libro se estructura en once capítulos. En el capítulo 1 se contextualiza el proyecto de investigación y docencia, financiado por la Agencia Espa­ñola de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación (Convocatorias 2008-2009), con el título: “Constitución de un grupo de trabajo, investigación y docencia para la formación corporal y perso­nal de los estudiantes de Psicomotricidad de la Universidad Rovira i Virgili (Tarragona – España) y de la Universidad de la República (Montevideo - Uruguay)”. Se presenta también la formación corporal y personal de ambos grupos de trabajo, los orígenes de nuestra propia formación y la trayectoria de la psicomotricidad en las titulaciones de grado y postgrado de ambas universidades.

En los capítulos 2 a 6 se describen las características de la formación que llevamos a cabo desde hace años en nuestras universidades. Se desarrollan los aspectos vinculados al encuadre del trabajo de formación corporal y personal del psicomotricista (capítulo 2), las competencias de dicha formación (capítulo 3), la metodología que se sigue en las sesiones (capítulo 4), el material que se utiliza en las mismas (capítulo 5), y las propuestas de trabajo en las sesiones de formación corporal y personal (capítulo 6). En estos capítulos, se hace referencia tanto a los aspectos corporales (sensaciones, tono, movimiento, mediadores de comunicación…) como a los procesos psíquicos implicados en dicha formación.

El capítulo 7 se centra en la evaluación de las competencias, anotando requisitos éticos, indicadores e instrumentos de evaluación. El capítulo 8 plantea la cuestión de la formación corporal/personal como instrumento terapéutico, incidiendo en los efectos terapéuticos de esta formación, que no pueden confundirse con una terapia propiamente dicha. El capítulo 9 se sumerge en la representación simbólica y los mecanismos psíquicos implicados en la misma. El capítulo 10 aborda los aspectos bioéticos de la formación y el proceso de supervisión. Se dedica el último capítulo (11) a la vinculación del trabajo que realizamos en la formación corporal en psicomotricidad con el desarrollo de actitudes y valores en la formación universitaria.

Para finalizar esta introducción, queremos expresar nuestro agradecimiento a Pablo Bottini por aceptar escribir el prólogo a este libro. Sus trabajos y escritos en el campo de la psicomotricidad son sobradamente conocidos, así como su defensa de la profesión y rigor en la investigación. Sus palabras alentadoras nos animan a seguir trabajando sobre la formación y continuar creando puentes de colaboración.

El grupo de autores de este trabajo quiere agradecer también a los numerosos colegas de profesión, a ambos lados del océano, junto a los cuales hemos ido perfilando esta profesión y construyendo los caminos de la formación. Con ellos hemos compartido, discutido y creado a lo largo de nuestras trayectorias. De todos hemos aprendido.

Asimismo, el equipo de la Licenciatura de Psicomotricidad agradece a Pilar Arnaiz por el apoyo brindado a nuestro crecimiento académico.

Despedimos el libro con la voz de nuestros estudiantes. Creemos que sus palabras reflejan de forma clara lo que para ellos ha supuesto esta formación. Les damos las gracias por haber compartido con nosotros su transformación y por prestarnos sus vivencias para cerrar este texto sobre un trabajo que nos apasiona y nos emociona, y a través del cual seguimos aprendiendo.

Cori Camps, Juan Mila, Lola García,
Mariela Peceli e Inés Tomás