Details
El final de Norma
Narrativa, Band 7
CHF 3.00 |
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Verlag: | Linkgua |
Format: | EPUB |
Veröffentl.: | 31.08.2010 |
ISBN/EAN: | 9788498169782 |
Sprache: | spanisch |
Anzahl Seiten: | 154 |
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Beschreibungen
La primera novela de Pedro Antonio de Alarcón, El final de Norma, fue compuesta a los dieciocho años y publicada en 1855. Se trata de una obra romántica, una historia de amor en la que un joven apasionado persigue al objeto de su deseo a través de media Europa. Es una obra juvenil, imaginativa y fantástica, con rasgos folletinescos.
Desde su retiro en Segovia, Alarcón rehizo su novela El final de Norma, cuya primera versión había llevado a cabo en Guadix, publicándola en el periódico El Occidente, en el año 1855.
Desde su retiro en Segovia, Alarcón rehizo su novela El final de Norma, cuya primera versión había llevado a cabo en Guadix, publicándola en el periódico El Occidente, en el año 1855.
Pedro Antonio de Alarcón y Ariza (Guadix, Granada, 1833-Madrid, 1891). España.
Hizo periodismo y literatura. Su actividad antimonárquica lo llevó a participar en el grupo revolucionario granadino "la cuerda floja".
Intervino en un levantamiento liberal en Vicálvaro, en 1854, y -además de distribuir armas entre la población y ocupar el Ayuntamiento y la Capitanía general- fundó el periódico La Redención, con una actitud hostil al clero y al ejército. Tras el fracaso del levantamiento, se fue a Madrid y dirigió El Látigo, periódico de carácter satírico que se distinguió por sus ataques a la reina Isabel II.
Sus convicciones republicanas lo implicaron en un duelo que trastornó su vida, desde entonces adoptó posiciones conservadoras.
Hizo periodismo y literatura. Su actividad antimonárquica lo llevó a participar en el grupo revolucionario granadino "la cuerda floja".
Intervino en un levantamiento liberal en Vicálvaro, en 1854, y -además de distribuir armas entre la población y ocupar el Ayuntamiento y la Capitanía general- fundó el periódico La Redención, con una actitud hostil al clero y al ejército. Tras el fracaso del levantamiento, se fue a Madrid y dirigió El Látigo, periódico de carácter satírico que se distinguió por sus ataques a la reina Isabel II.
Sus convicciones republicanas lo implicaron en un duelo que trastornó su vida, desde entonces adoptó posiciones conservadoras.